El Palau d’Esports de Campclar ya es municipal sine die. Casi cuatro años después desde su inauguración en junio de 2018 para los Juegos del Mediterráneo de ese verano, finalmente el recinto deportivo del barrio de Ponent pasa desde hoy a ser gestionado por el Ayuntamiento de Tarragona, culminando de esta manera una operación que –sin recibir ningún voto en contra en el pleno de ayer– comportará que el Consistorio ‘perdone’ entre 1,2 y 1,8 millones millones de euros a la Generalitat de Catalunya.
Así, según se indica en el informe del interventor que forma parte del expediente de la mutación demanial aprobada ayer, la corporación de la Plaça de la Font trasmitió el pasado 25 de enero «gratuitamente» el dominio de la finca al Govern, cuyo terreno está valorado en 699.759 euros según un informe elaborado por el Departament de Patrimoni. A partir de esta adquisición gratuita del solar –de 9.586 metros cuadrados–, la administración autonómica inscribió el 7 de marzo la obra nueva en el Registre de la Propietat número 3 de Tarragona «libre de cargas y gravámenes», a excepción «de las afectaciones fiscales por las liquidaciones de impuestos que, en todo caso, irán a cargo del Ayuntamiento», según indicó ayer la Conselleria de Economia i Hisenda mediante una nota de prensa.
Moción para lograr 1,1 millones
Aparte del traspaso sin compensación de la finca del barrio de Ponent, el Ayuntamiento también asumirá la inversión que falta para completar al 100% el polideportivo, una vez que ya tiene el pleno dominio del espacio. Según las estimaciones municipales, la cantidad que falta por invertir oscila entre los 510.000 euros –si solo se cuenta el material y el parqué– o los 1,1 millones, si se suman las gradas supletorias necesarias para poder organizar grandes eventos.
A medio plazo, la previsión inversora del Patronat d’Esports es la de ejecutar el medio millón en obras y mejoras. De hecho, el Consistorio activó 190.000 euros en los presupuestos de 2021 para llevar a cabo la fase 1 de las actuaciones. Estas acciones se centran en la adecuación del pavimento de hormigón, el montaje del parqué actual (que ocupa una tercera parte del total), los anclajes y el material deportivo, como las canastas de baloncesto o las porterías. En este sentido, desde el Patronat se considera que, con estas operaciones, el Palau ya podría estar listo para ser usado. Asimismo, la planificación es la de sumar otros 315.000 euros que el gobierno municipal (ERC-JxTGN-CUP) quería incluir en las cuentas de 2022. Sin embargo, estas no fueron aprobadas, por lo que ahora se deberá ir por la vía del modificativo de crédito. Este dinero se debía destinar para la compra del parqué entero, las cortinas separadoras de las pistas, la red separadora, anclajes, el protector del parqué y más equipamiento deportivo. Ayer, la concejal de Esports –María José López (ERC)– destacó que «es un día muy especial» ya que el Ayuntamiento «asume una pieza que será muy importante para el tejido deportivo de la ciudad», así como para «atraer eventos de primer nivel».
A los 510.000 euros previstos por el gobierno local habría que añadir otros 600.000 euros para la gradería supletoria que, de momento, no entra en los planes del ejecutivo de la Plaça de la Font. Pese a ello, ayer el Saló de Plens aprobó con los votos a favor de toda la oposición (PSC, Cs, ECP, PP y dos no adscritos) una moción –sin valor vinculante– presentada por el grupo socialista en la que se pide a la Generalitat «a realizar una inversión de 1,1 millones de euros para la finalización del Palau», según indicó el concejal Berni Álvarez. El edil del PSC especificó que, si a corto plazo esto no es posible «y el Ayuntamiento debe avanzar la inversión», se inste al Govern «a compensarlo posteriormente mediante un protocolo», que se pagaría «en un plazo no superior a los tres años». El portavoz de ERC, Xavier Puig, recriminó a los socialistas que «nos muestren un documento válido para poder exigir esta compensación», ya que si no hay ningún compromiso por escrito «es mejor no hacer el ridículo».
Por su parte, la exconcejal de Esports entre 2017 y 2019, Elisa Vedrina (PP), solicitó ayer al gobierno de Pau Ricomà (ERC) que «pase ya las peticiones de horarios a los clubes», de forma que estos «ya puedan hacer uso del equipamiento para la próxima pretemporada», que se inicia en verano.
La culminación del proceso generó críticas de Junts per Tarragona y la CUP contra el PSC. «Nunca había visto un nyap similar. ¿Cómo es posible que se construyera en un solar municipal sin declarar la obra nueva?». se preguntó Dídac Nadal (JxCAT). En Twitter, la concejal Begoña Floria (PSC) le contestó recondando el desastre del no parking Jaume I, impulsada por el alcalde Joan Miquel Nadal (CiU), padre del portavoz juntaire. Por su parte, la CUP lamentó el «cinismo» de las exigencias del PSC, una vez que «se soluciona uno de los pufos que dejaron los 12 años del gobierno socialista». Según los técnicos, el coste de mantenimiento del Palau será de 152.000 euros anuales, una cantidad que debe ser clave para que el deporte de la ciudad pueda dar, al fin, un salto de calidad.