Solo el 10% de los ingresos son de Covid en Tarragona

El virus ya es residual en los hospitales de la provincia, que recuperan la actividad tras la sexta ola. Los expertos definen cómo se controlará la pandemia ahora. Hoy se cumplen dos años del Gran Confinamiento

14 marzo 2022 13:20 | Actualizado a 15 marzo 2022 20:36
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Hoy se cumplen dos años del primer estado de alarma por la Covid, que supuso el inicio de una emergencia sanitaria que aún dura. La efeméride del Gran Confinamiento domiciliario llega seis olas después y con la situación epidemiológica y sanitaria estabilizada en Tarragona. «Estamos en una cierta consolidación de la mejora, con una reducción tanto del número de casos notificados, que han bajado de una manera significativa, como de la presión hospitalaria, que se consolida a la baja. Aún no estamos como al principio de la oleada», explica el doctor Òscar Ros, vocal de relaciones institucionales del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT).

Los hospitalizados por el impacto del SARS-CoV-2 en la provincia rondan el centenar, pero son solo un 10% del total de ingresados, que oscilan en la provincia entre los 900 y los 1.000 casos, aunque los datos varían a cada día. Por tanto, el coronavirus empieza a ser una enfermedad residual, lo que supone un alivio. «Los hospitales están comenzando a recuperar toda la actividad quirúrgica normal, aprovechando esta situación de valle en la que estamos», añade Ros.

Complicaciones en la UCI

El exponencial crecimiento provocado por ómicron ha hecho que, casi por primera vez en la pandemia, una parte de los ingresados no lo estaban por Covid aunque sí lo tenían. «Alrededor del 30 o el 35% de los ingresados pueden tener Covid pero no es la causa del ingreso. También notamos una tendencia a la baja en las UCI que es significativa. Una buena parte de lo que queda en intensivos son perfiles que llevan mucho tiempo, que han sufrido complicaciones, también por la ventilación mecánica que han tenido», dice Òscar Ros.

Los datos actuales se parecen a los de mediados de diciembre, cuando la sexta ola había comenzado y estaba en crecimiento pero no había explosionado. Por lo tanto, aún no se ha vuelto a la estabilidad que hubo entre septiembre y octubre, pero la dinámica es positiva y hay confianza en que los datos sigan mejorando.

La sexta ola ha dejado un tope de 283 enfermos ingresados a la vez en Tarragona, a inicios de febrero, y un máximo de 50 pacientes en la UCI. «Es posible que estemos tranquilos durante unos meses, por lo menos hasta que llegue otoño», añade el doctor Ros.

Un 10% tienen menos de 40 años

A día de ayer había 112 personas ingresadas por Covid, 18 de ellas en la UCI, donde el desalojo siempre es más costoso, aunque la dinámica es de claro descenso. Tres de esos pacientes son menores de 40 años. En el global de hospitalizados en la provincia, solo un 10% tienen menos de 40 años, según los datos de Salut.

La situación es calmada también en la atención primaria, que ha vivido en esta sexta ola, sobre todo en diciembre y en enero, el mayor impacto de toda la pandemia. «A nivel de Covid-19 la situación está muy controlada. Sobre todo vigilamos a personas no vacunadas, que si se contagian pueden tener una Covid grave», indica Jordi Daniel, médico en el CAP Salou y miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitaria (Camfic).

La Primaria de Tarragona registra unas 8.000 visitas semanales por Covid-19, lejos de las más de 40.000 que había a mediados de enero, en plena cresta de la sexta ola. Atrás quedan los sustos, generados de forma localizada en las Decennals de Valls o por el Carnaval. «Los contagios dejaron de bajar durante el Carnaval pero no hay subida general de casos. Los incrementos se ven en zonas con fuerte actividad e interacción pero no de forma general», dicen los científicos del grupo BIOCOM-SC, de la Universitat Politècnica de Catalunya.

Desde esta unidad que monitoriza a diario la pandemia, se ha constatado que la situación en la capital del Alt Camp volvió pronto a la normalidad: «En un escenario en el que la inmunización ha sido muy alta, cuando acaba la actividad, los casos vuelven a bajar de forma importante, tal y como pasó en las Decennals de Valls».

Ayer la provincia sumó alrededor de 300 nuevos casos. La Rt o velocidad de contagio, pese a que ha crecido en los últimos días, se mantiene por debajo del umbral de 1, lo que quiere decir que la pandemia no está creciendo. Sí parece que la bajada tan pronunciada de la incidencia se ha frenado en los últimos días, aunque la situación no es preocupante.

El desafío epidemiológico

La evolución sigue siendo benévola y Catalunya se encamina a controlar al virus de otra manera, sin un seguimiento estadístico de datos diario y tan pormenorizado. También esto supone un reto, como indica Àlex Arenas, catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas de la URV: «Tenemos que cambiar toda la estrategia de modelización matemática y análisis. Ya no dispondremos de información cuidadosa sobre infecciones individuales, y eso complica las cosas».

El recuento que conocíamos hasta ahora de positivos va a dejar paso a nuevas fases. «La estrategia de seguimiento y predicción en Catalunya será: seguimiento de población centinela, detección de vulnerables, secuenciación de casos y control de aguas residuales. Trabajamos para continuar monitorizando la evolución en unas condiciones más difíciles de calibrar». Arenas ha pronosticado «una primavera tranquila y probablemente también el verano», aunque no haya una derrota definitiva del virus: «No podemos descartar que nos sorprenda una variante y es difícil hacer previsiones más allá de cinco meses, pero las perspectivas son buenas. Nos podemos permitir una cierta normalidad. Entramos en una fase de aprender a convivir con el virus».

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