Una mujer de 88 años, vecina de Montblanc, fallecía justo hace uno en el Pius Hospital de Valls, convirtiéndose en la primera víctima de la Covid-19 en la provincia. Desde entonces, ha habido 1.245 muertos por coronavirus en las comarcas tarraconenses, más de tres al día, uno cada siete horas. La pandemia ha golpeado con especial dramatismo e intensidad a generaciones de mayores que se habían ido agrandando gracias a una mayor esperanza de vida.
En las últimas dos décadas, los mayores de 80 prácticamente se habían duplicado en la provincia: de 24.746 en el año 2000 a los 45.173 en 2020, es un 82% más, según los registros del INE. Otra comparativa ilustradora: si hace 20 años había 70 tarraconenses con más de 100, ahora hay 238. En esa sociedad envejecida el virus ha impactado más porque ha encontrado en la edad avanzada el factor más letal, que origina complicaciones en los cuadros de Covid-19 y, en último término, acaba provocando más fallecimientos. Así, gozar de esa longevidad se ha convertido en un arma de doble filo, más todavía en unas residencias de ancianos donde el virus se ha esparcido más.
Las muertes por los efectos devastadores del SARS-CoV-2 se pueden trazar según el perfil de edad. En el 68% de los casos, prácticamente siete de cada diez, los muertos tenían más de 80 años. En el 88% tenían más de 70.
Estudio en Joan XXIII
Un estudio de Medicina Intensiva del Hospital Joan XXIII de la primera oleada del virus constata la importancia de los años. «Se observó un incremento significativo de la mortalidad según los cortes de edad establecidos: 18 a 45 años (0%); 46-64 años (13,3%), 65-75 años (35,3%) y mayor de 75 años (66,7%)», apunta.
«La afectación tiene que ver con la edad. A partir de los 30 años, cuando vas aumentando de diez en diez, se incrementa el riesgo. Es un factor que predispone, pero después hay un porcentaje de gente joven que necesita requerimientos sanitarios, como estar intubado y en la UCI. Eso lo hemos visto en pacientes de 30 y de 40 años», explica Tani Francesch, médico especialista en geriatría y curas paliativas en Joan XXIII.
Los decesos vienen determinados también por otro condicionante. Si usted es hombre y se contagia, tiene más peligro de que su estado de salud empeore. Otro informe médico en Joan XXII, este sobre factores de riesgo, elaborado por el servicio de Cardiología, apunta, entre otros factores, al propio sexo masculino. Los datos lo corroboran. La Covid-19 mata más a los hombres que a las mujeres, a pesar de que ellas se contagian más.
Durante estos 12 meses de pandemia, las mujeres han protagonizado el 53,5% de los casos diagnosticados y notificados en Tarragona por el Departament de Salut. En el Camp de Tarragona ese acumulado sube al 54% y en el caso de las Terres de l’Ebre es del 51,5%. He aquí otra comparativa con datos absolutos: más de 23.300 mujeres contagiadas en las comarcas tarraconenses por unos 20.200 hombres, según los diagnósticos por PCR y test de antígenos realizados desde el pasado mes de marzo. También se puede establecer una diferencia territorial. El Priorat y el Baix Penedès son las comarcas con una tasa de mortalidad más elevada, mientras que la Ribera d’Ebre y el Baix Ebre son las que registran menos, según los datos de Salut.
En cualquier caso, ellas parecen infectarse más durante las diferentes fases de la pandemia, incluidas las olas y sus picos, pero son ellos los que padecen más la letalidad del virus y, por lo tanto, los que acaban falleciendo. A estas alturas, han perdido la vida a manos del SARS-CoV-2 un total de 658 hombres y 587 mujeres, siempre teniendo en cuenta el balance provincial. Desde el primer momento, el género masculino se ha visto golpeado por los casos más graves y, en último término, por la mortalidad derivada.
Un 3,2% de los hombres que se han infectado han fallecido y en el caso de las mujeres la proporción baja al 2,5%. Es, eso sí, la relación entre muertes y contagios oficiales, que no incluyen el infradiagnóstico arrastrado durante toda la pandemia, por lo que la tasa auténtica de letalidad es, en verdad, bastante más baja.
Sistema inmune más eficaz
Varios estudios han señalado ese impacto distintivo por sexos. Un trabajo llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Carlos II demuestra que la mortalidad general es mayor en hombres (una tasa de mortalidad que oscila entre el 1,1% y el 1,4%) que en mujeres (entre un 0,58% y un 0,77%), pero que esa diferencia se amplifica enormemente según va aumentando la edad.
A falta de nuevos estudios, algunas investigaciones apuntan a que las mujeres tienen sistemas inmunes más efectivos que los hombres. El mismo balance del Carlos III subraya un componente biológico como son las diferencias en la inmunidad celular –con una activación de las células T menos potente– y el incremento en la producción de citoquinas proinflamatorias, las responsables de este diferencia en mortalidad por sexos. Eso es importante porque la muerte por Covid-19 no se debe tanto al propio patógeno como a la reacción disfuncional del paciente, tal y como aportan los mismos investigadores del Joan XXIII, en Tarragona.
No se puede trazar un esbozo del fallecido tipo sin atender a las residencias. El 37% de las defunciones en la provincia por coronavirus han tenido lugar en geriátricos, casi cuatro de cada diez. Los que más lo han padecido han sido también los primeros en encontrar el alivio, gracias a la vacuna. Los fallecimientos se han desplomado en estos equipamientos.
Más allá de eso, los 1.245 muertos contabilizados han elevado la mortalidad habitual en Tarragona en un 25%, con puntas de más del 30% en algunas de las olas, según estimaciones del INE. Para comprender la magnitud de la tragedia se puede comparar esa cifra de óbitos con las de las causas tradicionales de defunciones. En Tarragona mueren cada año alrededor de 1.800 personas por algún tipo de tumor, una cifra muy parecida a la de los que pierden la vida como consecuencia de enfermedades del sistema circulatorio.