Sergi Miró, de 26 años y vecino de Valls, lleva desde octubre viviendo en Gold Coast, una ciudad de Australia. Se mudó con su pareja con la intención de buscar trabajo y de vivir una nueva experiencia única. Ambos empezaron a trabajar en un restaurante. Todo iba bien, hasta hace aproximadamente un mes y medio.
«La mayoría de clientes eran chinos. Así que con la llegada del coronavirus bajó mucho el trabajo», explica Miró. A principios de marzo, este joven ya se quedó sin trabajo. Finalmente, el gobierno australiano decidió cerrar todos los restaurantes. «Queremos volver a nuestra casa. Nos hemos quedado sin nada y la vida aquí es muy cara. Vemos que la cosa va para largo y sin ingresos se hace complicado tirar adelante», asegura Miró.
La pareja se puso rápidamente manos a la obra, a la búsqueda de un vuelo que les permitiera volver a Valls. Pero los precios eran desorbitados, asegura este joven. Así que decidieron esperarse una semana. Pero ya era tarde. «Los precios se dispararon y ya eran inaccesibles, de 3.000 a 14.000 euros», explica Miró.
Tarraconenses 'atrapados' en el extranjero por el coronavirus
Núria Messeguer, de La Sénia y antigua redactora del 'Diari', explica su accidentado viaje por la India, sin billete de vuelta a España todavía. La periodista ebrense explica en primera persona su experiencia vivida a raíz de la crisis del coronavirus.
Miró explica que «la vida aquí es muy cara, y entre pagar el alquiler del piso y comer, no llegamos. Suerte de los ahorros, pero llegará un día que no podremos mantenernos».
Finalmente, el pasado domingo, Miró pudo comprar un billete para volver a casa dentro de dos semanas. «No sabemos si lo lograremos, ya que cada día van cambiando las cosas. Tenemos miedo que lo cancelen», acaba.