Salen de prisión la mujer y su madre condenadas por matar al bebé de la primera

Abandonaron a la recién nacida en un contenedor y su cuerpo no se recuperó. La magistrada suspende la ejecución de la pena de siete años de cárcel durante la tramitación del indulto

18 diciembre 2022 07:55 | Actualizado a 18 diciembre 2022 07:58
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La mujer y su madre que fueron condenadas a siete años de prisión por haber matado al bebé de la primera en Torreforta han sido puestas en libertad –estaban en prisión– a la espera de que se tramite su indulto. Así lo ha decidido la magistrada-presidenta de la Audiencia Provincial de Tarragona que lleva su caso. Así consta en el auto, de seis páginas, al que ha tenido acceso el Diari.

El Tribunal del Jurado condenó, el 23 de marzo de este año, a las dos mujeres, S.Z.E. y su madre M.C.E.M., a siete años de prisión como autoras de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco y la atenuante incompleta de miedo insuperable. Ambas aseguraron durante el juicio que actuaron abandonando el bebé por miedo al abuelo de la víctima.

En la sentencia se recogía que en 2019, S.Z.E. vivía con su madre en Torreforta, con sus tres hermanos y su padre. En septiembre se matriculó en el Centre Municipal de Formació d’Adults de Tarragona para llevar a cabo las pruebas de acceso al ciclo superior. Entre finales de junio y principios de julio, la joven –que entonces contaba 18 años– se quedó embarazada, ocultándolo a toda la familia con el fin de evitar que su padre se enterase por el miedo que le ocasionaba. Por ello, decidió interrumpir la gestación.

La joven, el 13 de noviembre, acudió al CAP Torreforta para llevar a cabo la interrupción farmacológica del embarazo. Pero como se encontraba en la semana 11,3 de gestación, se le sugirió que en caso de no querer continuar con el embarazo, debía acudir a una clínica para la interrupción quirúrgica al haber superado las nueve semanas previstas en la ley.

El 3 de diciembre, la condenada acudió a la clínica. Allí le realizaron una ecografía, que reveló que se encontraba en la semana 23 ó 24 de embarazo. Al haber superado las 14 semanas de gestación, la clínica no está autorizada a practicar el aborto. Los facultativos le dijeron que volviera al CAP Torreforta para seguimiento y vigilancia del embarazo o que acudiera a Barcelona, donde practicaban interrupciones durante el segundo trimestre del embarazo.

De nuevo a la clínica

El 10 de diciembre, la joven volvió a la clínica «guiada por la grave situación familiar y el miedo de que su padre se enterase del embarazo». Le volvieron a decir lo mismo. Ella no acudió al médico, ni se hizo las revisiones ni controles de su embarazo.

Durante la noche del 23 al 24 de marzo de 2020, en una habitación de su domicilio –que compartía con dos de sus hermanos, menores de edad, uno de ellos lactante– dio luz a una niña, que nació viva.

Ante los lloros de la bebé, le tapó la boca y nariz con su mano, sin llegar a asfixiarla porque dejó de llorar. Después, la ocultó en el interior de un armario de la habitación.

Sobre las cinco de la madrugada del día 24, la madre de la joven oyó los lloros en la habitación de su hija y entró en la habitación para dar el pecho a su hijo ya que pensaba que era éste quien lloraba. Vio sangre en el suelo y la mano de la recién nacida que salía del armario.

Temor al padre

Ambas acusadas, ante el temor de la reacción del padre y marido, decidieron mantener oculto a la bebé en el armario hasta que el hombre abandonara el domicilio familiar, para luego dejarlo en un contenedor de basura.

Sobre las diez de la mañana, la abuela de la bebé sacó a la pequeña del armario, la puso en una caja de cartón envuelta con una sábana y una manta y la dejó en un contenedor de basura.

Tras escuchar el veredicto de culpabilidad del jurado popular, el fiscal pidió una pena de 18 años de prisión para cada una de las acusadas, mientras que las defensas solicitaban doce y medio.

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJCat), en su sentencia de apelación del 27 de septiembre de este año, rechazó el recurso presentado por el fiscal. Los magistrados ordenaban que una vez fuera firme la sentencia, se iniciaran los trámites de solicitud del indulto de ambas acusadas, «con libertad de criterio» del magistrado presidente sobre la posibilidad de dejar en suspenso la pena privativa de libertad mientras se tramite el indulto.

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