La problemática del robo cable del alumbrado público (para vender el cobre en el mercado negro) ha tenido este fin de semana un nuevo episodio en Tarragona.
En esta ocasión, se detectó el problema a tiempo y se pudo evitar la sustracción de cableado de las farolas del paseo de Santa Isabel. Los autores habían dejado las tapas abiertas para poder sacarlas sin perder tiempo de noche y arrancar el cableado rápidamente y marcharse del lugar.
Según fuentes del Ayuntamiento, un empleado de la empresa de mantenimiento del alumbrado, SECE, se percató el sábado por la tarde de que estaba abiertas algunas de las tapas de las farolas. Se da la casualidad de que este cableado que se intentaba robar ya se repuso recientemente por una sustracción anterior: más de medio kilómetro el pasado 23 de febrero.
El operario de SECE recolocó provisionalmente las tapas (hoy lunes se ha procedido a dejarlo todo sellado) y entorpecer así la labor de los ladrones paras extraer el cable de las farolas.
De esta forma se pudo evitar un nuevo robo de cable, que en la ciudad ya ha costado en estos dos meses de 2024, unos 15.000 euros en reparaciones.