Si está intentando alquilar una habitación en la demarcación de Tarragona, sepa que el precio difícilmente bajará de los 250 euros mensuales y que pueden llegar a cobrarle hasta 400 en función de dónde esté ubicado el inmueble. El precio medio, de 300 euros, se lleva por delante, como mínimo, el 20% del sueldo de más de la mitad de asalariados tarraconenses, que cobran hasta 1.500 euros.
Los datos, facilitados por el portal Idealista y por la Agencia Tributaria, reflejan la realidad del mercado: «Cada vez son más las personas de más de treinta años que se ven obligadas a alquilar habitaciones ante las dificultades económicas y los problemas de acceso a la vivienda», expone Ferran Font, director de estudios y portavoz de la plataforma Pisos.com.
«Cada vez son más las personas por encima de los treinta años que se ven obligadas a compartir piso ante las dificultades económicas», Ferran Font, director de estudios y portavoz de la plataforma Pisos.com
En consecuencia, la oferta también ha ido en aumento tanto en la demarcación como en sus ciudades más pobladas. En el caso de la capital, donde la media de edad de la persona que arrienda una habitación es de 33 años, el incremento en el pasado año 2023 –los últimos datos disponibles– respecto a 2022 fue del 44%.
La pandemia disparó la disponibilidad de habitaciones para alquilar. Entre 2020 y 2021, el crecimiento fue del 120,4%. Un crecimiento que se disipó en el año siguiente, con una bajada del 53%, para volver a subir entre 2022 y 2023.
Es una dinámica que, pese a que con porcentajes diferentes, se repite en el resto de las demarcaciones de Catalunya en los últimos años: grandes aumentos en el período del confinamiento, bajadas en los doce meses siguientes y nuevos incrementos desde 2022 hasta 2023.
Con carácter general, el precio también ha experimentado una subida durante los últimos años: en 2017, el coste medio del alquiler de una habitación en la ciudad de Tarragona era de 246 euros. Cinco años después, el dato asciende hasta los 350. Es un aumento del 38,2% en cinco años, provocado especialmente por el crecimiento que se produjo entre 2021 y 2022, que fue de un 20% interanual.
«El incremento se da en las ciudades donde el alquiler para una persona sola se ha convertido en inalcanzable», Manuel Sosa, abogado, experto inmobiliario y administrador de fincas
Manuel Sosa, abogado, experto inmobiliario y administrador de fincas, radiografía el tipo de público que opta actualmente por arrendar una habitación: «Son inquilinos que no pueden pagarse el alquiler de una vivienda tradicional completa y lo que buscan es un precio más bajo». «Es la forma más económica para vivir hoy en día», añade.
Pese a que es un recurso que existe desde hace años, el hecho de alquilar una habitación se ha convertido cada vez más habitual como alternativa a las escaladas del coste del arrendamiento.
Sin embargo, el precio del alquiler de un solo cuarto ya empieza a absorber buena parte de los ingresos de muchos tarraconenses: hay 133.959 –el 16,1% de todos los asalariados de la demarcación– que cobran mil euros o menos y para los que el coste medio de una habitación supondría, como mínimo, un 30% del salario.
Además, son 211.394 –el 57% de los asalariados– los tarraconenses que cobran hasta 1.500 euros y que deberían depositar, como poco, el 20% de su sueldo para alquilar una habitación media en Tarragona.
Un recurso para eludir la ley
Uno de los aspectos más polémicos de la nueva Ley de Vivienda es el control de los alquileres, una regulación que contempla únicamente el arrendamiento de larga duración de viviendas habituales.
«La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no regula el alquiler de habitaciones [que se rige por las disposiciones del Código Civil]», expresa Font, quien advierte que «esto significa que, a través de la firma de contratos de alquiler por habitaciones, los propietarios pueden sortear el control de precios de la nueva normativa».
«Mediante la firma de contratos de alquiler por habitaciones, los propietarios pueden sortear el control de precios de la ley», Ferran Font, director de estudios y portavoz de la plataforma Pisos.com
En este sentido, Sosa indica que los contratos de alquiler de habitaciones «dan más flexibilidad y libertad de pacto entre las partes en cuanto el precio, el tiempo, los plazos, etc.». «Los propietarios que alquilan salen así del corsé impositivo que supone la LAU», añade.
Nuevos tipos de negocio
Este ecosistema genera que la evasión de la nueva legislación desemboque en una nueva forma de explotación empresarial: muchos inversores que habían adquirido propiedades para alquilarlas de forma unitaria están optando por transformar la oferta y arrendar el inmueble por habitaciones.
«De esta forma, un propietario que tenía en alquiler cuatro viviendas de cuatro habitaciones, ahora ha pasado a tener dieciséis habitaciones arrendadas», confirma Sosa, quien argumenta que las plataformas de alojamiento «han dado muchas alas a este tipo de alquiler, especialmente entre la población joven».
«Es la forma más económica de vivir hoy en día», Manuel Sosa, abogado, experto inmobiliario y administrador de fincas
Ante los obstáculos cada vez más grandes que se cruzan en el camino de conseguir una vivienda, el alquiler de habitaciones se sitúa como una de las opciones más utilizadas para independizarse sin arruinarse en el intento.
El dato
El coste de arrendar un piso no era tan alto desde 2008
Según los datos que publica periódicamente el portal Idealista, el coste de alquilar un piso en la demarcación de Tarragona es de 8,9 euros el metro cuadrado. No era tan alto desde julio del año 2008, cuando alcanzó los 9,5 euros por metro cuadrado.
El motivo es un desequilibrio entre la poca oferta existente y la gran demanda actual, que provoca que el precio vaya subiendo de forma progresiva y que, presumiblemente y según los expertos, vaya a seguir haciéndolo durante este 2024.
La solución pasa por la aparición de alternativas residenciales. Existe un consenso respecto a que hay que habilitar más viviendas, en especial de alquiler y de protección oficial.