Los robos en viviendas es una de las grandes preocupaciones en verano para la población. El 27% de los robos en viviendas se producen durante el verano, según datos de Movistar Prosegur Alarmas. En Tarragona también se dan estos robos, pero la realidad dice que cada vez están más controladas y que hoy en día ya están presentes durante todo el año.
Según el Balance de Criminalidad proporcionado por el Ministerio del Interior, los robos con fuerza en domicilios han bajado en los últimos años. En 2019 hubo 439, en 2021 fueron 353 y en 2022 la cifra bajó un 20% situándose en solo 282 robos. Son muchos menos pero sigue habiendo. Los robos en viviendas están presentes durante todo el año. Los ladrones no dan tregua. Ellos perfeccionan su método porque los cuerpos de seguridad del estado cada vez cuentan con más ayudas para detenerlos. «El ladrón cada vez lo tiene más difícil porque hay cámaras, lectores de matrículas... y otros soportes que nos ayudan a identificarlos con una mayor facilidad. Solemos resolver entre un 30 y un 35% de los hechos, es decir, tenemos una resolución alta y vamos en una buena línea». Son las palabras de Eduard Blanch Folch, subinspector del área básica policial de Tarragona.
Lo primero que hay que comenzar a desmitificar es el hecho de que la mayoría de robos en casas se producen en verano. No es verdad. Ya no es así. Es cierto que «hay un cierto repunte», tal y como reconoce Blanch, pero ahora los cacos prefieren incluso que los inquilinos estén en casa y no se hayan ido de vacaciones. ¿Por qué? Porque las opciones de que los objeto valor estén en el hogar son mucho más altas y porque hoy en día la ciudadanía toma muchas más precauciones cuando se va de vacaciones que antes. A este tipo de robos actuales se les llama oportunistas. «Ahora nos estamos encontrando que sacan más rendimiento de las cosas que roban cuando estás viviendo que cuando te vas de vacaciones, porque cuando estás de vacaciones te llevas todo, sobre todo la electrónica pequeña que es lo que ellos buscan», explica el Mosso.
El ladrón cada vez lo tiene más difícil porque hay cámaras, lectores de matrículas... y otros soportes que nos ayudan a identificarlos con una mayor facilidad
¿Quién roba hoy en día?
Una de las preguntas que siempre salen a relucir cuando se habla de este tema es que tipos de ladrones hay en la actualidad. Blanch explica que ha habido un cambio importante desde la pandemia. Los grupos organizados han basculado a otro tipo de actividad y han dado paso al asentamiento del delincuente común. «Hemos tenido grupos organizado históricamente de la Europa del Este que eran muy dinámicos por toda la península (croatas, georgianos, albanos...), pero desde la pandemia hasta aquí ha sido como una especie de parón estacionario y se han pasado al cultivo de marihuana, ya que les sale más a cuenta».
Una vez detectado el tipo de caco que hoy en día abunda en la provincia, lo siguiente que hay que intentar descifrar es el modus operandi que utilizan. El oportunismo ha ganado peso, tal y como explica Blanch: «Son oportunistas. Ellos vigilan la casa, estudian los movimientos de las personas que viven en ellas y cuando saben la hora en la que está vacía, aprovechan la oportunidad para acceder y cometer el robo».
¿Hay diferencia entre robar un piso o una casa?
Evidentemente que sí. Por eso cada infraestructura reclama una estrategia muy diferente que los Mossos ya tienen totalmente identificadas en ambos sentidos: «Si es un bloque de pisos lo que hacen es intentar colarse por la puerta de acceso de la escalera y dicen que son obreros y algún vecino le abre con el timbre y a partir de aquí atacan el pomo de la puerta con algún tipo de radiografía o con un plástico duro y abren el pasador de la puerta o forzando la cerradura de la puerta».
Esto es en el caso de los pisos, pero... ¿y en el de las casas? «Si hablamos de casas, el acceso es más fácil porque saltar la valla puede ser relativamente fácil. Entonces atacan una ventana o una puerta que no dé a la calle y que en muchas ocasiones no están tan bien reforzadas como las principales».
El robo por oportunismo está muy presente, pero no hay que perder de vista otro que se basa directamente en el engaño y en la buena fe del propietario. El robo se produce con él mismo dentro de casa.
¿Cómo lo hace?
«El ladrón dice que es un obrero, fontanero, electricista... y que se le ha caído algo en el balcón y aprovecha el despiste para robar lo que puede», asevera el subinspector.
No obstante, no hay que perder de vista otro tipo de robo que está aumentando en los municipios costeros y consecuencia del alquiler turístico veraniego en estancias cortas. «Nos estamos encontrando que hay pisos de alquiler que la gente puede tener acceso a llaves porque suele haber muchos inquilinos a lo largo del verano. Nos encontramos a veces que no hay ni fuerza en los puntos de acceso. Eso significa que algún cliente ha podido hacer una copia de la llave y ha podido acceder al piso», asegura Blanch.
Precisamente un aspecto en el que Blanch quiere hacer hincapié es que si el ladrón es pillado in fraganti hay que evitar el enfrentamiento. Hay motivos para que los cacos tampoco lo busquen y se explica de la siguiente manera: «Las personas que entran a robar a la hora de ser descubiertas siempre huyen. Los autores evitan el enfrentamiento porque saben que es prisión segura. Por eso se recomienda evitarlo en todo momento».
¿Y qué pasa cuando el ladrón es identificado y detenido? ¿Cómo actúa la justicia?
Blanch abre dos posibles escenarios en función de si había alguien en la vivienda o no en el momento del robo. No es un asunto baladí, ya que en la mayoría de ocasiones cambia el rumbo del juicio. «La pena es de prisión. Si nos miramos el código penal, lo que comporta un robo con fuerza es prisión. Mayoritariamente cuando no hay nadie en el interior de la casa suelen quedar en libertad con cargos hasta que se celebra el juicio y tienen penas de uno a tres años. En lo que sí que son los jueces inflexibles es cuando ha habido un acceso cuando estás durmiendo dentro. Ha habido riesgo de la víctima de sufrir un enfrentamiento y agresión, en este caso los jueces son muy sensibles y ordenan el ingreso a prisión», explica Blanch.
Siempre denunciar
Lo que está claro es que para que haya juicio debe haber denunciado y en la mayoría de casos la hay, pero a veces no. Por eso Blanch insta a denunciar por muy pequeño que sea el hurto sufrido en la vivienda, detrás de esto hay un gran porqué: «Nosotros con los robos con fuerza utilizamos el POE contra Habitatge. Analizamos los mapas delincuenciales en zonas calientes y donde ha habido más incidencia aumentamos el patrullaje tanto uniformado como sobre todo de paisano que es cuando conseguimos mejores resultados aunque tenemos que hacer patrullaje uniformado para darles seguridad a los ciudadanos y también sirve como elemento disuasorio de cara al autor. Es importante que la gente denuncie porque todavía hay un pequeño porcentaje de personas que no denuncian porque piensan que les han robado poca cosa y que no merece la pena, pero eso nos perjudica a nosotros a la hora de dibujar el mapa de calor, ya que hacemos las previsiones en funciones de éstos».
Los robos en vivienda siguen a la orden del día. En verano más, pero conviene recalcar que ahora ya no hay estación del año preferida para los ladrones. Se basan antes en el oportunismo y en el engaño que en el espacio a la hora de cometer este tipo de delitos. Hay que estar siempre atentos y no fiarse de nadie porque los ladrones aprovechan los despistes con firmeza. Todo sea por evitar un susto.