Por cada bebé que nace en la demarcación de Tarragona se inscriben dos mascotas

Las altas han aumentado un 30% en los últimos diez años, según datos del AIAC. Para los expertos, la nueva Ley de Bienestar Animal se queda corta y no protege como debería

21 febrero 2023 19:36 | Actualizado a 22 febrero 2023 15:00
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Durante todo el 2022, se inscribieron en la demarcación de Tarragona un total de 13.465 mascotas. Es más del doble que el número de nacimientos, que se quedó en 5.844. Que se inscriban más mascotas que nacimientos es una tendencia que se ha acentuado durante los últimos años.

No se ha llegado a superar el dato récord de 2021 —cuando se llevaron a cabo 14.265 altas—, pero el dato es el segundo más elevado en los últimos 35 años, según el Arxiu d’Identificació d’Animals de Companyia (AIAC) del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (CCVC). Es una de las dos vías que tienen los propietarios catalanes para identificar con microchip a sus mascotas, aparte del Registre General d’Animals de Companyia de la Generalitat de Catalunya (ANICOM).

En todo el territorio catalán sí que se ha marcado un nuevo récord, con 113.383 nuevas mascotas registradas. De todas ellas, 76.163 fueron perros, 36.513 gatos y los 707 restantes se repartieron entre hurones, mamíferos exóticos, aves, reptiles, caballos, peces e invertebrados. Tarragona fue la segunda demarcación catalana donde más inscripciones se realizaron, después de Barcelona, que registró 77.173. Por detrás, Girona, con 13.163, y Lleida, con 6.962.

En el ámbito tarraconense, 10.110 altas fueron de perros, 3.273 de gatos y 82 del resto de animales. El dato total ha aumentado un 30% desde el 2013 —año en que se registraron 10.385 inscripciones—. Entre 2014 y 2015, se produjo un efecto de montaña rusa, con 12.864 y 9.644 nuevas mascotas respectivamente. A partir de 2016 y hasta 2019, los números se estabilizaron alrededor de los 10.000 y los 11.000 registros anuales. Con la llegada de la pandemia, en 2020 se produjo un pico de 12.059, inferior aún al dato de 2014. El año 2021, el del récord, 14.265 nuevas mascotas llegaron a los hogares de los tarraconenses.

En cuanto a las comunicaciones de pérdida y encuentro, también se han ido reduciendo con el paso de los años. Los datos del Consell exponen que, en el caso de las pérdidas, han decrecido en un 22% desde 2018 —de 2.184 a 1.693—. Las identificaciones, por otra parte, han caído un 47% —de 4.111 a 2.187—.

En la demarcación, se notificaron 256 pérdidas y 501 identificaciones en todo el 2022. En Barcelona, 1.036 pérdidas y 979 identificaciones; en Girona, 208 pérdidas y 360 identificaciones, y en Lleida, 131 pérdidas y 184 identificaciones. Con lo cual, se puede deducir que cada vez se producen menos abandonos, aunque no se puede proporcionar un dato exacto.

«Los abandonos se han reducido con los años, creo que la pandemia ha sido un punto de inflexión en cuanto a la responsabilidad», expone la presidenta del Col·legi Oficial de Veterinaris de Tarragona, Verónica Araunabeña. «Durante muchos años, la problemática del abandono ha sido desorbitada», añade. Núria Güell, tesorera de la Protectora de Animales de Tarragona, expresa que «la situación por lo que a abandonos y a adopciones respecta es estable, según los datos que maneja la protectora, que trabaja con ANICOM».

El microchip, más utilizado

«Hay mucha más educación que antes, más responsabilidad, las campañas dirigidas a promover el uso del chip han sido beneficiosas», afirma la abogada especialista en cuestiones animalistas y secretaria de la Comisión para la Protección de los Derechos de los Animales del Col·legi d’Advocats de Reus, Montserrat Tutusaus.

En este sentido, Araunabeña apunta a las campañas de concienciación como una de las claves para que cada vez se inscriban más animales en el registro: «La adopción responsable pasa por llevar a cabo todos los protocolos establecidos, ya que no hay un dato de los animales que no están identificados».

«Esta ley no es suficiente»

El pasado 9 de febrero, el Congreso de los Diputados aprobó el «Proyecto de Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales» con una votación muy ajustada: 174 síes, 167 noes y siete abstenciones. Es un proyecto que debe seguir su tramitación en el Senado y que se desconoce cuándo será una realidad palpable.

¿Qué supone, esta ley? Según Tutusaus, «no protege lo suficiente, evidentemente que no, la cosa ha mejorado en los últimos diez años, pero aún queda mucho por hacer». «El colectivo de los veterinarios y veterinarias tenemos la percepción de que esta ley se ha redactado sin mucho consenso ni información al respecto», remarca Araunabeña.

Y es que los veterinarios se sienten molestos por la «poca importancia» que creen que la nueva ley les da. «No queremos ser el centro de atención, pero sí que nos gustaría que se nos hubiera consultado», pide Araunabeña.

Una de las grandes objeciones que se manifiesta ante esta nueva ley es el hecho que los animales de caza, de experimentación, las rehalas, los cetáceos en cautividad, las aves de cetrería y los perros de trabajo hayan quedado fuera de su amparo, después de que se eliminara el capítulo que los contemplaba en la primera propuesta de ley. «En el escrito dice que estos animales ya están amparados por otras leyes, evidentemente con menos protección», denuncia Tutusaus. Para Güell, «es realmente absurdo que estos animales se hayan quedado fuera, al final parece que haya unos de primera clase y otros de segunda, ya que hay algunos grupos a los que no les interesa nada que gocen de la protección que esta ley debería proporcionarles».

¿Qué implicará, en la práctica, la nueva ley para las personas propietarias de animales de compañía? Se eliminará la categoría de «perros potencialmente peligrosos», regulados por una ley del 1999. Ahora, se llevará a cabo un «test de sociabilidad». «¿Quién hará este test? ¿En qué consistirá? Nada de eso se prevé aún en la ley», explica Tutusaus. En principio, lo llevaría a cabo un veterinario etólogo —especialista en comportamiento— y afectaría a los ejemplares a partir de los 10 kg.

No todos los animales podrán estar catalogados como mascota. Se armará un «listado positivo» que dictaminará cuáles se podrán tener en casa. Los que ya tengan alguno que no se incluya, sí que podrán conservarlo.

¿Cursillo para tener mascota?

Una de las medidas que más revuelo ha provocado es, sin duda, la inclusión de un curso para poder tener una mascota. Las personas que ya sean propietarias tendrán un plazo máximo de dos años —se desconoce desde cuándo— para realizarlo.

En todo caso, permanecerá vigente para toda la vida, aunque aún no se han concretado muchos detalles más, salvo que será gratuito. «Vamos otra vez a lo mismo, ¿quién hará este cursillo?, ¿qué se tendrá en cuenta?», comenta Tutusaus.

Se regula la venta

La ley indica que las tiendas de animales solo podrán vender peces, roedores y pájaros, que deberán proceder de criadores registrados —que sí que podrán comercializar mascotas—.

Además, se especifica que deberán tener una licencia profesional para ejercer su actividad. Tutusaus expone que «la explotación animal no la eliminan, además de que vuelve a ser una incógnita quién hará un seguimiento de las ventas ilegales». «¿Cuántos juicios habrá? Si en el 70% de estos temas se acaba llegando a un acuerdo», añade. «Controlar la cría ilegal va a ser muy, pero que muy difícil», indica Güell.

¿Qué piensan los propietarios?

Kitty, la primera mascota de Sheila, vecina de Vallmoll, fue adoptada hace ya once años. En mayo de 2022, Lucas se unió a la familia. «Hay puntos de la ley que son de lógica, como por ejemplo castigar que se deje un perro más de tres días sin supervisión; creo que es algo que cualquiera que quiera a su mascota ya no hace», apunta.

«Pienso que si se empieza a obligar a la gente, se corre el riesgo de que muchas personas que antes hubieran adoptado cambien de opinión» añade. Sin embargo, opina que «sí que es necesario que los propietarios y propietarias sepan cómo tratar a su mascota, ya que hay particularidades a las que mucha gente no le da importancia».

Tara es la compañera de Raúl, vecino de Botarell, desde 2014. «Espero que, a partir de ahora, se acote más el tipo de animales que se pueden tener en casa», confía. Por otra parte, coincide con Sheila en que «se sancione que un animal esté solo durante más de un tiempo determinado, pero llega un punto en el que es difícil de comprobar». «Me parece extraño que, con un test, se pueda decidir si una persona es apta o no para tener una mascota, más aún cuando no se sabe cómo será», añade.

Se desconoce si esta ley llegará a ser una realidad, y si es así, cuál es el texto que se aprobará finalmente. Lo que está claro es que el texto aprobado en el Congreso ha dejado indiferente a muy pocos.

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