Nuevo paso para la transformación del Serrallo

Si todo va sobre lo previsto, en un año, las calles Sant Pere y Gravina del barrio tarraconense se convertirán en una plataforma única

20 octubre 2021 18:00 | Actualizado a 21 octubre 2021 12:00
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Tarragona da un paso más al frente en lo que debe ser el futuro Serrallo. El Ayuntamiento ha adjudicado la redacción del proyecto que debe marcar cómo se llevará a cabo la peatonalización –o pacificación, como los serrallencs dicen– del barrio marinero. Si se respetan los plazos y no hay ningún contratiempo, todo parece indicar que, en noviembre del año que viene, las calles del Serrallo estarán libres de tráfico y de coches. El gobierno municipal, quien ha estado acompañado de los vecinos a lo largo de todo este proceso de transformación, ya ha llevado a cabo alguna actuación en la línea de la peatonalización, como por ejemplo, la prohibición de aparcar coches en la calle Sant Pere. Esta medida irá aplicándose a todas las calles principales del barrio marinero. El objetivo es dejar espacio para los peatones y convertir las calles en avenidas, en las que se abran nuevos comercios y se recupere la vida de barrio que hace años el Serrallo perdió.

El primer paso es la adjudicación del proyecto. La ingeniería Ambitec será la encargada de redactarlo por un precio de 9.000 euros. «Creemos que lo tendremos listo a finales de este año», asegura el concejal de Territori del Ayuntamiento de Tarragona, Xavi Puig. A partir de entonces, deberá llevarse a cabo la contratación de las obras y, entre una cosa y la otra, los trabajos empezarían en verano del año que viene. Cabe recordar que el proyecto prevé la pacificación de las calles principales del barrio y el soterramiento de parte del cableado aéreo.

Uno de los percances de última hora ha sido el coste del proyecto que, finalmente, ascenderá a 600.000 euros, casi el doble de lo que estaba presupuestado en un principio –350.000 euros–. «Sacaremos el dinero de otras partidas genéricas y de años anteriores. En este caso, la financiación no es un problema», explica el concejal de Territori. El Ayuntamiento, por si acaso, también ha solicitado parte de los fondos europeos Next Generation para la transformación del barrio. «Tanto si nos lo dan como si no, las obras se llevarán a cabo. La cosa está en si lo paga Europa o si lo paga la ciudad», dice Puig.

Paralelamente a la tramitación del proyecto, el gobierno municipal ya ha llevado a cabo una serie de actuaciones que acercan más el barrio a la peatonalización. Hace unos meses prohibía aparcar coches en el primer tramo de la calle Sant Pere. Ahora, el Consistorio amplía la medida por petición popular y ha publicado un anuncio para no dejar estacionar en el último tramo de la misma vía. De esta manera, antes de acabar el año, en la calle Sant Pere no habrá ni un vehículo aparcado, siguiendo así los pasos de la calle Espinach.

La pacificación del Serrallo es una larga reivindicación de los vecinos del barrio. Tanto es así que hace poco más de un año la asociación de vecinos llevó a cabo una consulta para conocer la postura mayoritaria. Unánimemente, la asamblea votó a favor de eliminar las aceras y de convertir las calles en una plataforma única, donde los peatones tengan preferencia delante de los coches. La decisión fue trasladada al Ayuntamiento, quien se puso manos a la obra.

Una de las virtudes del proyecto es que los bares y restaurantes que hay en las calles interiores del barrio podrán así sacar las terrazas al exterior, cosa que ya se hizo el pasado verano, cuando se prohibió aparcar en una parte de la calle Sant Pere. La valoración por parte del sector de la restauración y de los vecinos fue muy positiva.

«Para nosotros es muy importante recuperar el espacio público para la gente del barrio», explica el presidente de la Associació de Veïns del Serrallo, David Martín, quien añade que «actualmente, las aceras son impracticables, no puede pasar ni un cochecito de bebé ni una silla de ruedas. Son muy estrechas».

Por su parte, el concejal de Territori asegura que «el caso del Serrallo es ejemplar, ya que son los mismos vecinos los que lideran la iniciativa». Puig añade que «desde que se ha prohibido el parking en la calle Sant Pere, han abierto dos o tres comercios. La cosa funciona».

¿Zona verde de aparcamiento?

Con esta transformación del Serrallo, el barrio perderá la mayoría de plazas de aparcamiento. «No lo vemos un problema porque buena parte de los vecinos no aparcamos el coche aquí. Normalmente son gente de fuera del barrio que utiliza estas calles, ya que no se paga», explica Martín.

El Ayuntamiento trabaja en la puesta en marcha de un parking disuasorio a las afueras del barrio, justo delante de la Tabacalera. «Esta es una alternativa, pero también queremos hacer entender a la gente que se puede llegar al Serrallo de otras maneras que no sea en coche, por ejemplo, en bici una vez esté el carril bici habilitado», apunta Puig.

Otra de las ideas que ronda por los pasillos del Ayuntamiento es la de convertir las plazas que queden en zona verde, lo que significa que los no residentes deberán pagar tres euros por dejar dos horas el coche en el Serrallo. La actuación podría llevarse a cabo incluso antes de la peatonalización del barrio.

Con todas estas intervenciones, el Serrallo debería convertirse en un destino turístico de primer nivel, teniendo en cuenta la riqueza tradicional y gastronómica con la que cuenta.

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