El AFA de la Escola el Miracle aprovechará la Baixada del Pajaritu de este año para mostrar su preocupación por la falta de espacio en el centro. Para ello la andrómina que están construyendo para lanzarse por la Baixada de la Peixateria será una gran sardina. Mientras, los alumnos irán disfrazados de sardinas más pequeñas y los padres los acompañarán con camisas a juego.
Alba Sánchez Rodríguez, presidenta del AFA, explica que el problema es que la escuela comenzó hace seis años un proceso para pasar de tener una a dos líneas (actualmente los cursos entre I3 y tercero de primaria ya tienen dos grupos). Esto obliga cada año a convertir en aulas lo que antes eran espacios comunes, como el aula de música o la de artes plásticas, así como sitios que se empleaban para desdoblar los grupos. La preocupación es que todavía quedan dos cursos más en que, de nuevo, habrá que abrir nuevas aulas.
El Departament d’Educació está estudiando la situación junto al Ayunatmiento
Una de las situaciones que más evidencia la falta de espacio es la del comedor escolar. La cantidad de alumnos, unos 270 cada día, obliga a hacer tres turnos. No obstante, ni siquiera así caben, por lo que este año han tenido que comprar mesas para que los más pequeños, los de I3, que son unos cuarenta, coman en el salón de actos de la escuela. Se temen, además, que en los años venideros habrá que habilitar para comer otros espacios.
Alta demanda de plazas
Aclara Sánchez, eso sí, que la reivindicación no tiene nada que ver con la calidad educativa de la escuela, sino con las instalaciones: «elegimos este centro a conciencia porque tienen un buen proyecto educativo».
Se da la circunstancia de que muchos de los alumnos vienen de la zona de l’Arrabassada. El edificio de la escuela de aquel barrio (que antes estaba en barracones) se inauguró en 2022 y desde entonces la oferta de plazas siempre ha sido insuficiente para atender la demanda de una zona con muchas familias jóvenes.
Consultados respecto a la situación de El Miracle, fuentes de los Serveis Territorials del Departament d’ Educació i Formació Professional de la Generalitat explican que son «conscientes de la reivindicación y lo están estudiando con visitas técnicas al centro y conversaciones con el Ayuntamiento de Tarragona».
