1.300 millones de toneladas. Esta es la cantidad anual de comida producida para el consumo humano que termina en vertederos. O, lo que es lo mismo, un tercio del total. Son cifras que arroja el Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y que sirven para vislumbrar uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad. Y, es que, solo en Catalunya, la cifra alcanza las 262.000 toneladas desperdiciadas.
En Tarragona, desde hace más de un año, establecimientos y consumidores empezaron a poner remedio a este despilfarro alimentario mediante la aplicación móvil Too Good To Go, que ejerce de intermediaria para restaurantes o tiendas que ponen a la venta alimentos que no han vendido al servicio de los consumidores. El funcionamiento es sencillo. Después de registrarse como usuario, la interfaz de la aplicación muestra los establecimientos cercanos, se salva el pedido que se desee, se paga a través de la app y se recoge la comida en el mismo establecimiento a la hora acordada. El contenido de los packs que ofrecen no se conocen hasta el momento que se recoge, dado que resulta imposible predecir las sobras que se acabarán generando en el establecimiento. La mayoría de estos paquetes tienen unos precios que oscilan entre los tres y los cinco euros.
Su uso va al alza, no cabe duda. Ya son más de una treintena de comercios y restaurantes los que figuran en la aplicación y la popularidad que ha alcanzado estos últimos meses en la ciudad se refleja en la rapidez con la que se reservan los packs. «Cuando metimos a nuestro comercio en la aplicación, pensábamos que se trataba de un error informático porque a los pocos minutos nuestro paquete ya estaba reservado», recuerda Sergi, de la tienda Casa Armengol. Sus productos lácteos causan furor y es por eso que conseguir sus productos se antoja ardua tarea, como explica César Sánchez, usuario de Too Good To Go, quien asegura que esto «indica que hacen buenos packs».
Las fruterías son probablemente los comercios que más partido pueden sacar a la aplicación. Y es que, según datos de la FAO, en el mundo se desperdicia el 45% de la fruta producida para el consumo humano. Una cifra desorbitada.
Desde la frutería L’Hort ven esta iniciativa con muy buenos ojos. «No buscamos ganar dinero, solo evitar tirar piezas que aún están en perfecto estado», asegura Yasir quien calcula el precio de su pack en 15 euros, mientras que se vende a través de la app por cinco.
Las tiendas sacan jugo de la app
Pese a que existen establecimientos en la aplicación que pertenecen a franquicias, también figuran muchos pequeños comercios. Para estos, el uso de la app ayuda no solo a vender los excedentes, sino que también les sirve como una oportunidad de llegar a más potenciales clientes. Es el caso de Carns Bertran, una de las carnicerías del Mercat Central. Su paquete es sorpresa, como todos, pero siempre incluye dos productos de charcutería, otros dos de carnicería, uno precocinado y el postre.
Para Montse Bertran el precio de cinco euros y la composición del paquete atrae a muchos clientes que, al final, se fidelizan con el establecimiento. «Desde que estamos en Too Good To Go hemos notado que se ha incrementado el volumen de clientes. Al probar algunos de nuestros productos en el pack que ofrecemos, les ha gustado y ya han vuelto a comprar de manera regular», detalla Montse, quien, como todos los comerciantes, recuerda que no sacan beneficios económicos de las ventas vía app.
«Creo que es importante ser consciente de que no se trata de aprovechar los restos, sino de evitar que se tire comida en buen estado», reflexiona Marta Llort, usuaria de la app, quien considera que existe la mala fama de que se trata de comida en mal estado y lo compara con la percepción que se tiene de la ropa de segunda o tercera mano.
Jordi Barrera, del Bendinat, asegura que los paquetes que ofrece -tres platos y postre por tres euros- están cocinados el día anterior y que, por lo tanto, la comida está en perfecto estado: «Antes de ponerla a la venta, yo mismo la pruebo», dice. En su caso, reconoce que también es una manera de luchar contra el deterioro de la salud del planeta.
Cuando la comida se tira, el proceso de gestión de los residuos tiene un efecto dañino en el medio ambiente: esta gestión es responsable del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Otra usuaria de la aplicación, Lorena Vallés, asegura que hace uso de ella por «militancia» y agradece la implicación de los comercios de la ciudad a la vez que anima a algunos establecimientos a reducir el uso del plástico en sus paquetes.