El próximo lunes día 24 arrancarán las obras de desmontaje del conocido popularmente como ‘mamotreto’ del Miracle, un proyecto largamente esperado y que «cambiará el skyline» del litoral de la ciudad, según ha puesto en valor el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales.
El máximo representante municipal ha comparecido esta mañana, acompañado por el concejal de Medi Ambient, Guillermo García de Castro, para explicar los detalles de una intervención, que supondrá uno de los principales proyectos de renaturalización del frente litoral de la demarcación. «Ganamos un nuevo espacio natural y lo devolvemos a la ciudad, mientras nos estamos preparando mejor para la emergencia climática, eliminando una plataforma de hormigón que no debería haber estado, porque si no actuamos perderemos la playa del Miracle», ha afirmado Viñuales.
Cómo se hará
El desmontaje se financiará mediante el proyecto Greenbelt’26, que cuenta con un presupuesto de 4,2 millones de euros de los fondos europeos Next Generation. Esto obliga a que la obra esté completamente ejecutada antes de fin de año. «Se trata de la inversión económica a favor del medioambiente más importante que se ha hecho hasta el momento en la ciudad», ha asegurado Viñuales.

La estructura de hormigón tiene una longitud de 150 metros, ocupa una superficie de 6.200 metros cuadrados y pesa unas doce toneladas de peso. Esta se construyó en el año 2001, después de tres años de obras y tuvo que cerrarse el acceso en 2013 el acceso, ya que se detectaron problemas estructurales.
Los usuarios que estos días se acerquen al ‘mamotreto’ podrán ver que en la parte inferior ya se anuncia que a partir de este viernes día 21 ya no podrá aparcarse. Esto debe permitir que el lunes a primera hora de la mañana, la zona de estacionamiento esté completamente libre de vehículos para que pueda procederse al cierre perimetral de la zona de obras. A continuación, se abordarán los trabajos previos, con la retirada del mobiliario urbano, es decir, las barandillas, puntos de luz, papeleras, bancos, etc. En cuanto a los elementos perimetrales del entorno, estos serán reubicados.
De este a oeste
El desmontaje será de este a oeste y se hará mediante una excavadora con pinza hidráulica. Así, en un primer lugar empezará a derribarse la rampa de acceso del extremo más próximo al Fortí de la Reina y se seguirá hacia extremo más próximo al Port de Tarragona. A continuación se procederá a la demolición de los cinco edículos.
Tras el derribo, se triturará el hormigón armado para reducir el tamaño de los residuos y se separará el cemento de los hierros para que la empresa encargada de las obras pueda llevarse los residuos y que estos puedan ser revalorizados. Así se estableció en la redacción del proyecto, de forma que el coste de los materiales contribuye a financiar la intervención. Guillermo García de Castro ha afirmado que «aproximadamente el 95% de los materiales serán reutilizados».
Cuando acabe el derribo de la estructura, se eliminará la capa de asfalto y se dejará la superficie llana, nivelada y compactada, a la espera de que pueda activarse la segunda fase que es la que hace referencia a la renaturalización.
Según el calendario, las obras de desmontaje se prolongarán por espacio de cinco meses, por lo que si no surgen contratiempos estos acabarán a finales del próximo mes de septiembre. Durante estos meses habrá importantes afectaciones de tráfico tanto para los peatones, como para los vehículos. Uno de los principales cambios es que no podrá circularse en el tramo del paseo marítimo del ziga zaga de los Fortins, desde el cruce de la calle Mestre Benaiges hasta el Pont d’Armes.