Faltaban pocos minutos para las 18 de la tarde cuando se empezaban a notar las ganas y los nervios de vivir una de las noches más mágicas y especiales del año y que daba comienzo en el Port de Tarragona.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron en barco, iluminados por un barrio que les esperaba con la misma ilusión de siempre pero con nuevas listas de deseos en forma de cartas y llenas de regalos.
Eran las 18.15h cuando sus majestades entraron en el Teatret del Serrallo para asomarse al Balcón y dar la bienvenida a todos los niños y niñas a la que seria su noche.
Unos metros más atrás, Nerea capturaba esta experiencia en decenas de fotografías con su familia y al lado de su carroza, la de los regalos del rey Gaspar. «Está súper contenta pero creo que nosotros estamos más nerviosos», comentaba Carla, la madre de Nerea mientras le hacía la última foto a su hija antes de empezar.
Los participantes de la cabalgata no eran los únicos con ganas de disfrutar del desfile y es que casi dos horas antes de los fuegos artificiales, las calles que recorrerían sus majestades estaban ocupadas por muchos niños que querían ver a los reyes en primera fila y recoger todos los caramelos posibles.
«Llevamos aquí desde las 17.30h porque ya no podía aguantar más», explica Elisa, la mamá de Miriam, que saltaba y bailaba para pasar los nervios y las ganas pero sin soltar su bolsa para recaudar la mayor cantidad de dulces posibles. Y es que la ilusión para ver a los Reyes Magos no es el único motivo de alegría de los pequeños, ya que el objetivo de muchos de ellos es conseguir llenar sus bolsas de caramelos para endulzar una noche de espera demasiado larga.
Bandas sonoras diferentes
Las 19.20h la cabalgata entraba por la Rambla Nova con un ritmo muy ligero. Cuando la carroza del primero de los tres reyes dejó la calle de La Unió, los gritos de los niños fueron instantáneos: «Es Melchor... ¡Melchor, Melchor!». Saltos, risas nerviosas y dedos señalando al horizonte donde se podía ver una barba blanca con una corona se fueron repitiendo cuando Gaspar o Baltasar entraron en la Rambla Nova.
Los tres reyes iban acompañados por su propia banda musical. Melchor y Gaspar compartieron un ritmo más pausado. En cambio, la música que llevaba Baltasar, llenó de movimiento a los asistentes con un sonido a base de percusión en el que incluso se pudo escuchar un trocito de l’Amparito Roca.
Magia en movimiento
A medida que la cabalgata llegaba a su fin, la Plaça de la Font se iba llenado más y más. Todo el mundo quería vivir la entrada triunfal de los Reyes Magos. El Ayuntamiento recreó la magia de esta noche con una proyección de imágenes en su fachada que representaban todos los regalos que sus majestades dejarían esa noche en la ciudad y que despertó la fascinación y los aplausos de los más pequeños.
Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron las llaves de la ciudad por parte del alcalde Pau Ricomà para que pudieran llenar de magia y regalos todos los hogares de Tarragona. Los Reyes Magos se despidieron entre confeti y sonrisas de niños que soñarían toda la noche con sus regalos.