Los grupos criminales se han abonado al refranero español y a aquello de ‘no pongas todos los huevos en la misma cesta’. Por ese motivo, la última hora yace en las plantaciones de marihuana ‘atomizadas’: más puntos de cultivo y más pequeños, para así esquivar las extremidades de la policía, que actualmente centra sus esfuerzos en evitar que esta delincuencia arraigue en el territorio.
La realidad es que Tarragona y, en general, todo el Estado, forman una zona de producción y exportación hacia el resto de Europa, donde el precio se incrementa exponencialmente a medida que la droga se va hacia el norte.
«Antes, estábamos acostumbrados a las macroplantaciones en las que había una cantidad ingente de marihuana, mucha de ella cultivada en lugares outdoor, es decir, al aire libre, aprovechando el clima y el espacio», comenta el jefe de la Unitat d’Investigació del Àrea Bàsica Policial (ABP) del Tarragonès, el subinspector Marc Bayón.
Señala que, en la actualidad, cada vez están más a la orden del día las plantaciones indoor, «perfectamente estructuradas, con regímenes de cuatro cosechas anuales, fertilizantes y productos químicos que las alteran genéticamente y que incrementan el resultado de la producción».
En la misma línea se muestra el jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, Héctor Muñoz: «En las indoor, cada vez hay un interés mayor por alterar la planta y que haya más cosechas y con la máxima productividad posible».
Este fenómeno es lo que ha situado a la demarcación de Tarragona como zona de elaboración y de salida. Un cambio de tendencia que responde a diversos motivos: «Uno de ellos es la presión que los cuerpos policiales estamos ejerciendo para evitar que el crimen organizado se instale en el territorio», afirman los Mossos.
«Las plantaciones actuales tienen regímenes de cuatro cosechas anuales», Marc Bayón, jefe de la Unitat d’Investigació de la ABP del Tarragonès
Por otra parte, la sequía también ha contribuido al hecho de que las plantaciones sean más interiores, ya que, en las exteriores, debía asegurarse un punto de riego, que en algunos casos era el lugar de abastecimiento en el que los medios aéreos de los bomberos captan agua para apagar incendios.
La última moda es que los puntos de cultivo tengan cada vez menos plantas: se ha pasado de encontrar 1.000 o 2.000, a entre 300 y 500 actualmente. Dichas plantaciones están diversificadas alrededor del territorio y espaciadas para, en el caso de sufrir una intervención policial, la organización no tenga una mayor pérdida, ya que «la actividad vinculada a la marihuana es semanal», argumenta Bayón.
A nivel global, el subinspector afirma que «cada vez se llevan a cabo más actuaciones». «Es difícil cuantificarlo en cifras porque los quilos, las plantas, las unidades... tienen algunos sesgos: puede haber menos plantas, pero más quilos, o menos detenidos, pero que sean de mayor calidad...», añade.
El fenómeno sigue creciendo en la actualidad y, por el momento, no da muestras de debilidad: «No sabemos hasta qué punto este crecimiento podrá mantenerse; tarde o temprano, deberá llegar a un tope y nosotros no dejaremos de presionar hasta que lo haga», declara Bayón.
«Al salir del país, el precio se duplica, se triplica y, en algunos casos en los países del norte, podría llegar a quintuplicarse y sextuplicarse», Marc Bayón, jefe de la Unitat d’Investigació de la ABP del Tarragonès
Todo depende del mercado, ya que, en el caso de la marihuana, el capitán Héctor Muñoz, esta droga comenzó a escalar en 2011, cuando se echó el freno al hachís, un factor que se combinó con el incremento del consumo social del cannabis.
A nivel de datos, en 2023, los Mossos efectuaron 2.103 detenciones, el 89% de las cuales de hombres, por las 2.130 de 2022. En cuanto a los quilos de marihuana intervenida, Tarragona es la segunda demarcación de Catalunya donde más se incautan. La Guardia Civil, por su parte, intervino 22.091 plantas en 2023 y 237,8 quilos de cogollos.
La Fiscalía, que en 2023 en Tarragona registró un ascenso del 12% en procedimientos de tráfico de drogas –pasando de los 599 de 2022 a los 671 de 2023–, establece en su memoria anual que «sigue incansable el incremento del tráfico de marihuana y de hachís» en Catalunya. «Lleida y Tarragona también sufren el constante auge de plantaciones y la instalación de bandas extranjeras», añade el fiscal general del Estado, Álvaro García.
Elementos de sofisticación
Además de este cambio de dinámica, la policía también está encontrándose con modificaciones en el estilo de plantación: son estructuras montadas y dirigidas por ingenieros agrónomos, que calculan exactamente el producto que debe suministrarse y qué raíces deben plantarse, ya que algunas de ellas están manipuladas genéticamente para garantizar un mayor índice de afloración y un mayor porcentaje de principio activo, es decir, de THC.
«En las producciones ‘indoor’, cada vez hay un interés mayor para alterar la planta y que haya la máxima productividad», Héctor Muñoz, jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Tarragona
El THC es una sustancia que se encuentra en las plantas y el humo de cannabis, y que es responsable de la mayoría de los efectos psicoactivos de la marihuana. Todo lo que supere el 0,3% de este principio activo es manifiestamente ilegal, y ya se han encontrado plantas de hasta un 50%.
«Han llegado a localizarse algunas con un porcentaje superior», afirma Muñoz, cuando las exteriores están ahora sobre el 15% y, en origen, no pasaban del 6% y el 7%. Además, la Fiscalía también advierte «sobre el alarmante porcentaje de THC de las sustancias incautadas».
Toda esta ‘cocina’ de especialización, explica Bayón, provoca que el precio final de las plantas se incremente aún más cada vez que inician la ruta europea hacia el norte, ya sea a través de los Pirineos o no: «Se duplica, se triplica y, en algunos casos en los países del norte, podría llegar a quintuplicarse y sextuplicarse en comparación con el precio que podría encontrarse en territorio nacional», expone.
La marihuana es, hoy en día, un elemento tan lucrativo que ninguna organización criminal quiere desaprovechar. Y aquí está el quid de la cuestión: no es que haya predilección por el cannabis, sí que lo hay por el rendimiento económico que genera.
«Lleida y y Tarragona sufren el constante auge de plantaciones y la instalación de bandas extranjeras», Álvaro García, fiscal general del Estado
Además, «es una sustancia que tiene una pena de prisión menor en relación con drogas como la cocaína y la heroína», mantiene el subinspector, que también indica que este puede ser un elemento que las organizaciones criminales tengan en cuenta a la hora de estudiar dónde establecerse.