Después de tres días de actividad frenética, a Maria Rosa Blanch todavía le quedan energías para seguir sonriendo a clientes curiosos sean habituales o noveles. Su bodega, Cellers Blanch, es una de las dieciséis que ha estado estos días en la Fira del Vi de la Plaça Corsini, la primera desde que Blanch es presidenta de la Denominació d’Origen Tarragona. Este junio se cumplirá un año del inicio de su mandato.
Éxito de la Fira del Vi de Tarragona. ¿Saben cifras?
Por ahora se han servido más de 17.000 copas de vino, lo que es una cifra muy positiva de participación que supera, de largo, la de la última edición. Esto nos dice una cosa: que la Fira del Vi de la DO Tarragona ya está consolidada, que tiene una tradición detrás, pero sobre todo que ha venido mucha gente joven. Esto nos interesa, nos gusta que el vino tenga atracción entre la gente joven. Y si gusta, lo tenemos que pedir siempre a nuestro entorno más cercano, a los establecimientos hosteleros y especializados.
¿Qué buscan con la organización de la Fira del Vi?
Esta proximidad con el consumidor. No solo acercar los vinos y productos del territorio, sino que también pregunte, se interese, y nos cuente sus experiencias.
¿La DO Tarragona se reivindica lo suficiente? ¿Corre el riesgo de quedar entre el Penedès y el Montsant?
No debería ser así porque somos una de las tres primeras denominaciones que hubo en el Estado. Aquí hay mucha tradición pero también ha habido un cambio absoluto, innovación. La URV ha aportado muy buenos enólogos, se trabaja bien, hemos cambiado la mentalidad.
Sobre la sequía. ¿Cómo afecta al territorio y a la DO?
La sequía es un hecho que arrastramos desde los últimos años, aunque últimamente hemos tenido algunos episodios de lluvia. La del sábado por la madrufada no afectó mucho. Pero la cosa va así, tenemos que estar prevenidos que el clima está cambiando. Tenemos que pedir a la administración que siga atenta, tampoco podemos regar todo el territorio. Debemos ser los propios viticultores y las bodegas que reclamemos por el territorio.
Su mandato empezó después de la dimisión de su antecesor por discrepacias internas por la ubicación de la sede, ubicada en Valls y no en Tarragona. ¿Cómo está todo esto un año después?
Máximo respeto por los equipos anteriores, a veces las cosas son complicadas. No voy a entrar en valoraciones porque yo no estuve y mi intención es fer pinya. En la DO no podemos estar enfadados. El tema del cambio de sede es súmamente complicado, tenemos el apoyo de las autoridades de Tarragona pero en Valls estamos cómodos. Por ahora no lo tenemos sobre la mesa pero se tiene que debatir internamente, valorar qué nos conviene más a todos y encontrar la mejor fórmula.
¿Usted se decanta por Valls, Tarragona u otra opción?
Esto no te lo puedo contestar. Tarragona tiene más proyección y Valls está en medio de los territorios de la DO. Tenemos que hacer un debate interno.