Los diferentes sectores económicos y empresariales van recuperado poco a poco sus niveles de actividad e ingresos de antes de la pandemia. Un ejemplo lo encontramos en los talleres de reparación de coches que el año pasado, en la provincia de Tarragona, vieron como el trabajo subía algo más del 10%, según las cifras que maneja la Associació Empresarial de Tallers de Reparació i Venedors d’Elements d’Automoció de la provincia de Tarragona (Astave).
«Estamos hablando de un incremento significativo respecto al año 2020, cuando sufrimos las mayores restricciones de movilidad por culpa de la pandemia», explica al Diari Emili Beltran, secretario general de Astave, quien no obstante puntualiza que «aún no hemos llegado a las cifras de 2019, antes de la pandemia».
José Luis Flores, propietario del taller Autocarrocerías Eurocar, en Tarragona, corrobora esta apreciación de Beltran, al asegurar que «aunque no hemos alcanzado los niveles de 2019, poco nos falta. El empujón lo empezamos a notar a mediados de 2021 y ahora estamos prácticamente normalizados, lo más parecido a antes de la pandemia. La gente, durante el 2020 fue muy reacia a traer los coches a los talleres. Cuando la cosa se ha normalizado nos han empezado a venir las reparaciones del día a día junto a las atrasadas que quedaron pendientes».
A nivel de ingresos, y siempre según la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa), los talleres de reparación y mantenimiento de vehículos cerraron 2021 con un volumen de ingresos de cerca de 12.300 millones de euros en España, lo que supondría un incremento del 21% respecto a 2020.
Confluyen diferentes factores que habrían influido en este aumento de la actividad de los talleres mecánicos durante el año pasado. «En primer lugar está la relajación de las restricciones de movilidad. Y en segundo término tenemos el hecho de que la venta de vehículo nuevo bajó significativamente el año pasado. Esto provocó que, lógicamente, se vendiese más coche usado y el trabajo de los talleres subiese, tanto de reparaciones como de mantenimiento».
Astave ofrece unas cifras realmente ilustrativas del bajón de las ventas de vehículos nuevos. En este sentido, el secretario general de esta asociación empresarial confirma que «en la provincia de Tarragona el descenso en las ventas de coches nuevos fue del 12%».
Además, otro dato interesante para ver hasta qué punto se está envejeciendo el parque móvil en nuestra provincia es el de la ratio en las ventas de vehículos nuevos y usados. Según el secretario general de Astave, «por cada coche nuevo que se vende, se venden 3,7 usados», una cifra superior a los 2,7 a nivel de toda Catalunya. Sobre este aspecto, José Luis Flores confirma que «el coche de segunda mano se está vendiendo bien. Influye, entre otras cosas, la dinámica de mercado. Gente que quiere comprarse un coche y como no tiene claro si eléctrico, híbrido, gasolina o diesel, lo que hace es comprarse uno de segunda mano y esperar a que pasen un par de años para ver qué hace».
Para acabar de cerrar el círculo de las posibles causas de este incremento del trabajo de los talleres mecánicos de nuestra provincia, se da la circunstancia de que no solo se venden más coches usados que nuevos, sino que los primeros son especialmente viejos. Según Astave, de todos los vehículos de segunda mano que se vendieron durante el año pasado en la provincia de Tarragona, el 55,34% tenía más de diez años, lo que «implica que estén sujetos todavía más a labores de mantenimiento y a reparaciones», asegura Emili Beltran.
Un sector con reivindicaciones
En la provincia de Tarragona, a día de hoy, hay registrados en el registro industrial 900 talleres, que dan trabajo a unas 4.000 personas. Se trata, pues, de un sector importante para la económica de nuestras comarcas que además tiene una serie de reivindicaciones. Como por ejemplo «la incorporación del fabricante en el proceso de reclamación dentro de la normativa de consumo, que se ha modificado recientemente», explica el secretario general de Astave, quien aclara este concepto: «Se trata de que cuando haya un conflicto porque una pieza del vehículo está defectuosa que la normativa también recaiga en el fabricante y no solo en los talleres de reparación. Es un problema muy grave, pero el legislador no nos escucha», comenta Beltran.
Otro problema, según denuncian desde Astave, es el que se produce entre los carroceros y pintores y las compañías aseguradoras. «El nivel de prepotencia de las aseguradoras llega a extremos increíbles y no respetan ni los tiempos ni los costes y ponen muchas dificultades a los talleres», asegura el secretario general de Astave, quien añade que «es otro problema que hemos expuesto a la administración, pero no nos hacen caso y miran hacia otro lado. El nivel de conflictividad de los talleres con las aseguradoras es muy elevado».