Los precios crecen cinco veces más que los sueldos en Tarragona

Cada familia gasta 330 euros más al mes por la inflación. El hogar, sobre todo la luz y el gas, se lleva el 80% del aumento. El alza se ‘come’ 1.000 millones del ahorro tarraconense en el banco

23 marzo 2022 12:20 | Actualizado a 26 marzo 2022 14:17
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Solo hay que echar un vistazo a los tickets de la compra y verá cómo su economía doméstica se ha resentido notablemente. Ya venía pasando en los últimos meses pero la guerra de Ucrania ha dado la puntilla: el IPC crecía en febrero en Tarragona un 8,1%, superando los registros previos que ya habían sido de récord. Eso solo es la punta de lanza de un clima inestable y, para muchos, insoportable, marcado por las huelgas en diferentes sectores, la escasez de productos y las tarifas disparadas.

Batacazo del poder adquisitivo en meses

Los precios están subiendo cinco veces más que los salarios en Tarragona. Estos dos indicadores lo marcan todo. El IPC se dispara un 8,1%. Los sueldos crecen pero a un nivel muy inferior. Solo hay que mirar los últimos datos del Ministerio de Trabajo: los salarios por convenio han crecido en las comarcas tarraconenses en lo que va de año un 1,66%. Por lo tanto, los precios en Tarragona están creciendo el quíntuple que los sueldos. Y viene siendo así durante todos estos meses. Los salarios se han movido en un incremento que ha oscilado entre el 1,15% y el 1,33%, muy inferior a las tasas del 6% o del 7% del IPC.

El resultado ha sido una pérdida drástica del poder adquisitivo en cuestión de meses y un gran riesgo en ciernes. «Estamos de lleno en un estancamiento con inflación. Los precios aumentarán aún más y eso frenará el consumo. Es un círculo vicioso del que hay que huir pero es muy difícil de solventar», explica el economista tarraconense Rafael Muñoz, del gabinete de estudios de la CEPTA.

Una cesta de la compra mucho más costosa

El impacto se nota ya con claridad en la cesta de la compra. Tomemos calculadora para ver cuánto se ha encarecido la vida. En febrero de 2021, una familia tipo tarraconense podía gastar al mes 2.435 euros, según las estimaciones del INE y el Idescat en cuanto a dispendio por hogar, y teniendo en cuenta los diferentes productos que integran el IPC. Hoy el desembolso se dispara a 2.767, casi 332 euros más al mes.

El ahogo de la vivienda

La vivienda se lleva la palma de ese encarecimiento. Esa partida incluye gastos de alquiler o hipoteca, agua, luz, gas o combustibles. Se ha encarecido en un año un 28,4%, lo que supone que una familia tarraconense desembolse 263 euros más cada mes. Es casi el 80% de ese alza de precios. En Tarragona, según un estudio del portal Idealista, el alquiler se incrementó en enero 30 euros, al pasar de 490 a 520, como media.

Luz y agua por las nubes

Aún es más abultado el aumento si nos fijamos en la partida concreta y desglosada de ‘electricidad, gas y otros combustibles’, también ofrecida por el INE en clave provincial. El aumento ahí es del 62,3%, una brutalidad tanto para las familias como para las empresas. «He visto a personas que llegan incluso a apagar las luces del bar para gastar menos», dice Rafael Muñoz. «Miramos los tramos más baratos, pero tampoco es fiable porque cambian tanto que es difícil seguirlos», reconoce una familia numerosa tarraconense, sumergida en el mismo debate que otras: «Nos estamos planteando instalar placas solares para ahorrar a largo plazo. Sabemos que es una inversión económica importante pero puede salir a cuenta».

Transporte y combustible

El segundo apartado que más sube es el del transporte. Lo ha hecho un 13,8%. Ahí se comprenden los gastos del mantenimiento del vehículo, medios públicos y, por supuesto, el carburante. Un hogar en Tarragona ha pasado de dedicar 230 euros a 262. Es algo comprensible porque la gasolina se han encarecido más de un 30% en un año. Dos ejemplos: ayer en cinco gasolineras de la provincia la gasolina 98 superaba los dos euros y en una estación el gasoil había alcanzado ese umbral.

Alimentos (sube hasta el pan) y bebidas

Aquí el incremento es solo de un 5,2% en Tarragona, pero si se hace el cálculo aflora la dura realidad: gastamos 21 euros más al mes, lo que supone 252 euros más al cabo del año. Varios hornos y panaderías tarraconenses admiten que ya han tenido que subir precios del pan, entre un 5 y un 10%. Para algunos, es el segunda alza en pocos meses, después de varios años en los que la tarifa no se había tocado.

Aceites y cereales

En la cadena alimentaria todo sube, de manera más o menos justificada. El primer impacto fue en el aceite de girasol, afectado por la guerra de Ucrania, y luego, los cereales. La Llotja de Reus lleva semanas registrando los incrementos disparados del trigo o la harina pero en la espiral juegan otros factores. «Hay clientes que están viviendo la mejor situación de su historia. Hay una especulación brutal, por ejemplo de aceites o cereales. Se están usando las reservas que se tenían antes. Al final las materias primas se convierten en esos valores que llamamos futuros. Los que tenemos menos posibilidades nos hacemos más pobres», dice Rafael Muñoz desde la CEPTA.

Ropa y hoteles más caros

Las otras partidas crecen menos, pero se acumulan en ese envenenado Excel familiar de gastos e ingresos. A este ritmo al cabo del año habremos gastado 60 euros más en ropa o 30 euros adicionales en restaurantes y hoteles. Este último aspecto puede ser especialmente delicado, como sostiene Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona: «Ahora deberá venir la reactivación de la restauración, pero también de los hoteles, que consumen mucha energía eléctrica. Cuando el cliente vaya a contratar unas vacaciones en un hotel, deberá pagar más. Así que esto afectará a los servicios, que aquí son claves. La gente va a tener menos poder adquisitivo».

Un mordisco al ahorro de la pandemia

El panorama es gris y preocupante, como indica el economista Rafael Muñoz desde la CEPTA, porque el más perjudicado va a ser la población: «La inflación es el impuesto de los pobres». Esa pérdida del poder adquisitivo no es solo una cuestión del día a día sino que también hace mella en lo que se ha dejado de gastar. «El ahorro de la pandemia, acumulado porque la gente ha salido menos y el que ha podido ha guardado, va a estar castigado por la inflación», apunta el economista. Los tarraconenses tienen en el banco 13.077 millones de euros, según la última estadística del Banco de España, relativa a 2021. Es un 16% más que antes de la pandemia (11.273). Eso hace que, con el IPC desbocado al 8,1%, la inflación se ‘coma’ 1.059 millones del ahorro financiero de los tarraconenses. El dinero que está disponible en los depósitos es el mismo pero sirve para comprar menos bienes y adquirir menos servicios.

Cambio de hábitos

«Las subidas nos impactan en toda la cesta de la compra, se ha notado en todo», se lamenta una familia numerosa de Tarragona. La Associació de Famílies Nombroses de Catalunya (Fanoc) ha dado la voz de alarma. «Hay gastos que no puedes obviar. Ya no hablamos de viajes o de ocio, sino de cosas como el consumo en casa que son imprescindibles», dice esta madre de un hogar en el que viven cinco. El bono social ha evitado que el aumento de la tarifa eléctrica se quede en un 20%, solo una ayuda para paliar una escalada que obliga a cambiar los hábitos: «Nos miramos más los precios, comparamos más y aprovechamos las ofertas. Cuando se acaba algo en casa, en lugar de reponerlo al día siguiente te esperas a hacer la compra el fin de semana. Aun así es difícil cuadrar las cuentas».

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