Los mercadillos y los aparcamientos disuasorios de la ciudad contarán con cámaras de videovigilancia para controlar los hurtos y los robos en el interior de vehículos. La instalación de estos dispositivos extras en estos puntos estratégicos de la ciudad se puede llevar a cabo gracias a una ampliación de los contratos relacionados con las cámaras de seguridad que tiene abiertos ahora el Ayuntamiento de Tarragona, como el de los lectores de matrículas en las urbanizaciones de Llevant y el de las cámaras de videovigilancia de la Part Alta.
El objetivo es colocar estos dispositivos en puntos claves de la ciudad. «En los lugares donde es más habitual que se cometan delitos, como por ejemplo hurtos. Los mercadillos, en concreto el de Bonavista y el de la Plaça Corsini, son espacios donde se concentra un número importante de personas. Hay mucho tráfico de gente y, por lo tanto, se registran más robos que en otros lados», explica la concejal de Seguretat Ciutadana del Ayuntamiento de Tarragona, Cristina Guzmán.
Por su parte, Juan Benítez, presidente de los Marxants de Tarragona, opina que «todo lo que represente más seguridad para los mercadillos de Tarragona es un acierto. Eso sí, es importante que no se vulnere la protección de datos, ni de los clientes ni de los marchantes». Benítez añade que «en alguna ocasión, las paradas sufrimos robos, pero es un tema residual. Lo que sí que vemos a menuda son carteristas, que aprovechan cualquier despiste del cliente para echarle la mano al bolso o a la chaqueta». Para el presidente de los Marxants, la iniciativa es muy positiva «teniendo en cuenta la gran cantidad de personas a la que atraemos. Los clientes podrán comprar y pasear más tranquilos».
A las cámaras de videovigilancia en los mercadillos, cabe sumar la presencia de las unidades móviles de proximidad, que salieron a la calle hace unos meses. Estas furgonetas de la Guàrdia Urbana se dedican a recorrer la ciudad y se centran, sobre todo, en aquellos puntos con más afluencia de gente. Se trata de una medida también celebrada por clientes y marchantes, quienes pueden denunciar insitu si han sido víctimas de un robo.
Parkings y accesos ciudad
Otros de los puntos estratégicos donde está prevista la instalación de estas cámaras es en algunos aparcamientos disuasorios de la ciudad, como por ejemplo, el del cementerio o el de La Floresta, donde en los últimos años se han registrado un número importante de robos en el interior de vehículos. En algunos casos, la colocación de estos dispositivos responden a peticiones de asociaciones de vecinos.
Además, por otro lado, la Guàrdia Urbana de Tarragona y la concejalía de Seguretat Ciutadana están trabajando también en la instalación de lectores de matrículas –similares a los que hay en las urbanizaciones de Llevant– en algunas de las entradas y salidas de la ciudad. «De esta manera, reforzaremos los accesos a Tarragona, para saber quien entra», explica Guzmán.
En los presupuestos municipales ya se contemplaba una partida de 100.000 euros para instalar más cámaras. Para que el trámite sea más ágil, explican desde la concejalía, la idea es ampliar los contratos ya vigentes relacionados con cámaras y lectores de matrículas. «La ley nos permite ampliar un 20% el importe de los contratos. La intención es que sean las mismas empresas las que se encarguen de la colocación», explica Guzmán.
«Las cámaras de videovigilancia no son la solución a todo, pero son una herramienta que ayuda a mejorar la percepción de seguridad entre la ciudadanía. Además, nos facilita la identificación de los autores», explica la concejala.
Prueba de ello es lo ocurrido en las urbanizaciones de Llevant. Según los cuerpos policiales, desde la instalación de los lectores de matrículas en sus accesos, los delitos en estos puntos se han reducido considerablemente. Eso sí, ha habido un efecto de desplazamiento hacía otros municipios cercanos.
Las cámaras de la Part Alta
El contrato de la instalación de las 25 cámaras de videovigilancia de la Part Alta está a un paso de ser adjudicado. Según fuentes municipales, están pendientes de la formalización de un trámite. Cabe recordar que, en este contrato, se contempla una cámara en el ascensor del Amfiteatre y otra en el Balcón del Mediterráneo.