Habían sido vistos en el Parc Francolí, en la zona del Serrallo o cruzando la carretera T-11 a la altura de la Plaça d’Europa de Tarragona. Ahora también los jabalíes se dejan ver por las calles de la Vall de l’Arrabassada a plena luz del día, aunque también se han visto ejemplares durante la noche.
Los animales han sido observados en la calle Mercè Rodoreda, delante de las obras de la Escola Arrabassada, en la calle Narcís Oller. Posiblemente proceden del cercano bosque del Loreto o de los que hay en la zona de Llevant.
Anteriormente se habían efectuado avistamientos por la Via Augusta y también en Molnars. Se habían recibido algunas quejas de propietarios de fincas, que carecen de verjas, porque los jabalíes entran en busca de comida y pienso para gatos y perros. También encuentran basura y sistemas de riego que generan barro.
Uno de los peligros es que puedan causar accidentes de tráfico. Porque, por si solos, no suelen ser agresivos e intentan alejarse del entorno urbano. Sí se defienden cuando son acorralados o amenazados, y más si tienen crías.
Desde hace años, estos mamíferos han abandonado su área habitual rural y han entrado en las ciudades en busca de comida –poseen un gran olfato, lo que les permite detectar estos olores a tres kilómetros de distancia–, que muchas veces encuentran fuera de las papeleras o de los contenedores. Es lo que pasó hace unos años en la zona del Parc Francolí. Aquellos ejemplares vivían en las zonas boscosas situadas alrededor del río Francolí, posiblemente entre Constantí y El Morell –zona donde sí se pueden realizar batidas con permisos excepcionales porque provocan daños en los campos–. En una sola noche pueden recorrer entre 15 y 25 kilómetros. Y tienen en el río un corredor natural.
Los ejemplares del Parc del Francolí serían los mismos que han sido detectados en el tramo final del río Francolí.