Dos de cada diez personas que viven en la ciudad (el 21,7%) han nacido en el extranjero según los datos del Idescat. Ahora el Ayuntamiento de Tarragona se ha propuesto crear un Consell Municipal de l’Inmigració. Se tratará, según explica la concejala de Serveis Socials, Cecilia Mangini, de «un órgano de participación que quedará aunque cambie el gobierno... Creo que es lo que se merece la gente que lleva años viviendo aquí y también la que acaba de llegar».
Se hará a semenjanza de lo que sucede con otros organismos que hay en la ciudad como los concejos municipales que ya existen en materias como discapacidad, cooperación o Gent Gran. La idea es tener un sitio de relación formal con las entidades de la ciudad relacionadas con la inmigración para pulsar sus inquietudes y propuestas así como diseñar un plan estratégico.
Igual que sucede en los otros concejos municipales, en el organismo habrá representación de todos los partidos políticos, las asociaciones de inmigrantes y entidades que trabajen con el colectivo (como Càritas o Creu Roja, por ejemplo). Actualmente se está trabajando en las bases, aunque es una labor que, reconoce Mangini, «nos puede llevar unos cuantos meses porque lleva mucho trabajo administrativo».
El gobierno municipal anterior creó una concejalía de Nova Ciutadania (en el nuevo gobierno no existe porque las competencias de inmigración están dentro de la concejalía de Serveis Socials) que a su vez impulsó la creación de la Taula Intercultural.
Mangini apunta que la Taula ha sido positiva y seguirá funcionando, «pero el Consell permitirá dar un paso más».
Atención desde la llegada
Más allá establecer nuevas vías de participación de las personas inmigrantes, el Ayuntamiento está buscando maneras de optimizar la atención que se da a las personas inmigrantes que llegan a la ciudad. Según el Idescat en 2021 llegaron a la ciudad 2.870 personas extranjeras; el grupo más numeroso (1.028) provenían del continente americano.
Muchas de estas personas pasan por la Unitat Tècnica d’Immigració i Ciutadania (UTIC), dependiente de Serveis Socials, que el año pasado realizó 452 primeras entrevistas y tramitó 988 informes de extranjería (permisos de trabajo, de residencia, reagrupación familiar...)
Este servicio gestiona, además, las formaciones que deben acreditar ante el estado las personas que optan a regularizar su situación administrativa. Son módulos como lengua, conocimiento del entorno, o inserción laboral. Próximamente habrá un módulo, obligatorio, en materia de derechos LGTBIQ+.
Con todo, explica Josep Miquel Beltran, gerente del Institut Municipal de Serveis Socials, IMSST, el personal detectaba que muchas personas recién llegadas a la ciudad pedían visita en Serveis Socials cuando en realidad lo que necesitaban era información general o detalles sobre cómo realizar algunas gestiones.
Es por ello que desde junio han puesto en marcha el programa piloto ‘Benvinguts i Benvingudes’ en el que técnicos de la UTIC y Serveis Social hacen sesiones grupales para ofrecerles orientación general sobre el idioma, los servicios sanitarios, la educación o el empleo entre otros.
Las sesiones grupales resuelven dudas que antes ocupaban visitas a Serveis Socials
En estas sesiones, que son quincenales, las personas asistentes resuelven dudas que muchas veces son compartidas. El resultado es que muchos asistentes anulan sus citas en Serveis Socials porque ya han resuelto dudas «y así aligeramos agendas para quienes realmente lo necesitan», señala Beltran,
En vista de lo positivo de los resultados (durante 4 meses han pasado 114 personas) lo que se hará será ampliar el programa, que hasta ahora se desarrollaba en la zona centro, a los barrios de Ponent y la zona Norte.
Respecto al discurso que apunta a que las personas inmigrantes monopolizan los servicios sociales Mangini recuerda que «se trata de bulos que hay que combatir con datos. Hay gente que viene que necesita una atención especial pero hay otros que no. También hay muchas personas nacidas aquí que lo están pasando mal. Los recursos son para quien los necesita y siempre siguiendo varemos y requisitos técnicos», señala.
El dato: El punto de atención a los solicitantes de asilo no cierra
El año pasado, tras el inicio de la guerra de Ucrania, el Ayuntamiento de Tarragona puso en marcha el Punt Informatiu Municipal d’asil i refugi, PIMAR pensando en atender en un único sitio a las personas que llegaban de aquel país, pero también al resto se solicitantes de asilo. El servicio inicialmente contaba con una subvención de la Generalitat, pero ahora el Ayuntamiento ha decidido mantenerlo con recursos propios. El año pasado realizaron un total de 927 atenciones.
Una de las peculiaridades del servicio es que, además de una técnica municipal, en el mismo trabajan distintas entidades que se dedican a la atención de migrantes. Se trata de un servicio altamente especializado que se ha convertido en un referente para otros municipios, cónsules y otros representantes extranjeros.
Si bien se creó al inicio de la crisis de Ucrania, ahora muchos de los usuarios son de origen latinoamericano y del África subsahariana, aunque en breve podrían comenzar a llegar solicitantes de Oriente Próximo debido a la guerra.