Tarragona suma un tercio
de la superficie quemada en Catalunya en lo que va de año

El número de fuegos forestales en la demarcación representa una cuarta parte: 104 de los 409 registrados en las cuatro provincias

09 octubre 2024 20:23 | Actualizado a 09 octubre 2024 20:58
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Catalunya cierra la temporada de verano de incendios forestales con unas cifras positivas, menores que en años anteriores. De todas maneras, del total de superficie quemada en Catalunya en los primeros nueve meses, un tercio corresponde a la demarcación de Tarragona (308 frente a 828), mientras que si se tiene en cuenta el número de incendios representa una cuarta parte (104 frente a 409) Son datos facilitados por el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació de la Generalitat.

Este miércoles, los bomberos también hicieron balance de la campaña forestal, que comenzó el 1 de junio –en años anteriores era el 15– y terminó el 30 de septiembre. Durante este periodo, la Regió d’Emergències de Tarragona –abarca el Camp de Tarragona– es donde más incendios de vegetación –se incluyen tanto los forestales como los de vegetación urbana y agrícola– se han producido durante esta campaña; 288, seguida de la Metropolitana Nord (285) y Lleida (251).

En el Camp de Tarragona es también donde los bomberos trabajaron en más incendios de vegetación forestal; 65. El año pasado, con 88, fue también la región donde más incendios de este tipo tuvieron. En contraste, Lleida se sitúa a la cabeza en incendios agrícolas: 136. En 2023, la mayor parte de los fuegos agrícolas los tuvieron en Tarragona: 175.

El siniestro más importante fue el de Cabacés, donde ardieron 105,95 hectáreas

Durante la primera parte del verano hubo incendios con capacidad de evolucionar a grandes fuegos forestales debido a la gran masa de herbazal y campos secos. Bombers de la Generalitat lo encontraron sobre todo en el prelitoral sur. Fue el caso de los fuegos de Montblanc (27 de junio, donde ardieron 24,41 hectáreas), Bellprat (26 de julio) o Ciutadilla (31 de julio).

El de la Conca de Barberà se inició al lado de la carretera N-240 al arder un autobús. Las llamas prendieron en el matorral de la cuneta y avanzaron rápidamente hacia un camping, que se tuvo que evacuar.

Calor persistente

Aunque las masas de aire de este verano no han sido especialmente secas, el calor persistente ha contribuido a propagar incendios puramente forestales, como los de La Figuera (28 de julio, con una superficie quemada de 17,32 hectáreas), Vilanova de Meià (9 de agosto), y los Cabacés o Porrera el 12 de septiembre.

Fueron incendios más intensos que rápidos, con carreras puntuales fuera de capacidad de extinción. En el caso de los dos del Priorat, que se originaron con una hora de diferencia, el viento que soplaba hizo avanzar rápidamente los frentes –en Porrera se confinó el núcleo urbano–. Este fuego quemó 14,41 hectáreas y el de Cabacés, 105,95 (el más importante del verano).

Por la noche, el viento amainó y el avance de las llamas se frenó.

Pese a que el verano ha terminado, hay zonas del país con una sequía estructural severa y el riesgo de incendio persiste. Esta semana, se puede ver agravada la situación de riesgo por la entrada de viento de mestral en la zona del eje de la Terra Alta – Priorat donde ha llegado muy poca precipitación.

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