Poner la tecnología a prueba. Los intervinientes y el público le proponen a una aplicación muy conocida de inteligencia artificial que diga el nombre de cinco escritoras catalanas vivas. La respuesta de ChatGPT resulta a medias esperada y sorprendente. Aunque la pregunta se realizó en catalán, la aplicación responde en castellano el nombre de tres escritores hombres, una escritora catalana muerta y, al final, sólo una viva: Empar Moliner. Se le da una segunda oportunidad al aplicativo mal llamado ‘inteligente’ y ahora se le piden cinco obras literarias de cada uno de los autores. Aquí, el robot no defrauda y mezcla libros, autores y lenguas haciendo reír al público. En un examen habría suspendido y con mala nota.
A los cinco ponentes del escenario, todos muy jóvenes, les invaden los nervios tan humanos que no tendría el ChatGPT ante un examen. Se trata de cinco alumnos de institutos catalanes que participan en el diálogo ‘Els nous líders digitals: Estudiants impulsant l’era de l’IA’, dentro del Fòrum Internacional d’Educació i Tecnologia (FIET), que se celebraba estos días en la URV.
Son Àlex Martínez, del Col·legi Sant Pau Apòstol de Tarragona, Anna Bofill, del EI Daniel Mangrané de Jesús (Baix Ebre), Laia Porter, del IES d’Almenar (Segrià), Ivet Ballbé, de la Escola Espai 3 de Sant Joan Despí (Baix Llobregat) y Tell Rubió, de El Tallat de Sant Martí de Maldà (l’Urgell), cinco alumnos de entre 5è de Primària y 1r de Batxillerat que tienen muy clara la presencia y los límites de la inteligencia artificial en las aulas. «Está claro que el ChatGPT tiene muchos límites, y esto está bien; se demuestra que la IA no es infalible y que se puede entrenar, y en catalán todavía más», explica Laia Porter ante el experimento fallido de las escritoras catalanas vivas.
La escritora valenciana Gemma Pasqual modera el debate a base de preguntas a los chicos. «¿Qué haríais sin el móvil? ¿Cómo os imagináis un mundo digital?». A lo que los alumnos responden, con asombrosa elocuencia, que prevén un escenario «caótico, sin comunicación ni información». «Hemos desarrollado una tendencia muy bestia a la tecnología, vivimos conectados todo el día», reconocen ellos.
En el aula, la IA ha entrado con fuerza y ha desplazado libros, diccionarios y demás aprendizajes habituales. Los deberes se hacen con una pantalla y en compañía de ChatGPT o cualquier otra aplicación de inteligencia artificial, y algunos de ellos hasta reconocen que no les gusta leer. «Todo esto se tiene que utilizar de manera correcta; si queremos usar máquinas, adelante, pero no nos podemos deshumanizar nosotros; si no, perderemos nuestras costumbres y no sabremos reaccionar cuando la tecnología nos falle», afirman Ivet Ballbé y Tell Rubió con toda autoridad.
Laia, por ejemplo, que ahora está en 1r de Batxillerat, recuerda cómo antes utilizaba libros en clase y que «ahora han desaparecido». «Las pantallas han hecho mucho daño pero es sobre todo por como se utilizan. Esto lo tendría que regular la enseñanza», reclama. Unas actitudes que, aunque las denuncien unos jóvenes, la realidad es que ya inundan todas las edades y es muy habitual encontrar en la calle.
Sin ir más lejos, mientras ayer cinco alumnos debatían sobre los límites y usos de esta tecnología en el instituto, decenas de usuarios en las redes sociales criticaban el uso de la IA por encima del talento artístico de proximidad en un cartel de un evento cultural que se celebrará en Tarragona el próximo mes de octubre.
Y también desde Tarragona
Dos de los cinco jóvenes venían de centros tarraconenses. Àlex Martínez, de 4t d’ESO, y Anna Bofill, de 3r d’ESO, explican al ‘Diari’ que lo que sabemos y usamos hoy en día de la IA es solo el principio y que queda un mundo por recorrer.
«Es una cosa que puede suscitar miedo o respeto pero que en las aulas puede ser una excelente herramienta de búsqueda de información», afirma Martínez. Con sus límites, sí, pero utilizándola a conciencia: «hay que confirmar todo lo que te sale en ChatGPT», avisan. «Con el debate hemos abierto los ojos, hay que seguir estudiando la IA porque es la tecnología del futuro», dice Bofill.
Con este diálogo a cinco y la entrega de premios y las conclusiones se cerró una edición más del FIET, organizada desde la Facultat de Ciències de l’Educació i Psicologia de la URV, que ha atraído a Tarragona más de 140 expertos en la materia de 19 países diferentes.