Casi ni se nota su presencia, pero ahí está. En uno de los pasillos de acceso a la piscina pública del Serrallo se ubica uno de los desfibriladores externos automáticos (DEA), que se pueden encontrar en varias zonas de Tarragona y que sirven para medir las pulsaciones y actuar en caso de paro cardíaco. A pesar de su vital utilidad, algunos usuarios habituales de las instalaciones ignoran como debe utilizarse este aparato. «La verdad, es que desde siempre lo he visto ahí pero que si se presentara una urgencia, no sé como se debe utilizar», explica Maria que se encuentra con su familia después de una tarde de actividades en el agua. A su lado, Maurici explica que «en el trabajo nos enseñaron como usarlos, así que supongo que, si se diera el caso, sabría algunas nociones básicas de como usar estos dispositivos».
La situación que exponen estos tarraconenses es más habitual de lo que parece. A pesar que en la ciudad de Tarragona se encuentran más de 70 desfibriladores externos automáticos (DEA) −repartidos en puntos céntricos de la calle, centros de salud e instalaciones públicas− son muchos los ciudadanos que admiten que, si llegara el momento de hacer uso de ellos, dudarían sobre como proceder a la hora de iniciar los primeros auxilios.
Este es el caso de Amelia, que hace tan sólo cuatro meses que trabaja en la cafetería de la estación de autobuses, donde está instalado otro de estos dispositivos, en la puerta de acceso que conecta con la Plaza Imperial Tarraco. «La verdad es que todavía no he visto que se usara el aparato y no sé si sabría como hacerlo», admite. En la misma estación, uno de los trabajadores admite que el personal de las instalaciones se ha formado para atender a los ciudadanos que lo precisen.
El 112 proporciona información
Aunque cada vez hay más ofertas de formación, lo cierto es que son muchos los ciudadanos que nunca han recibido cursos sobre como usar un dispositivo de desfibrilación. Así lo confirma el secretario del Col.legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (CODITA) y formador en el área de soporte vital básico, Gerard Mora, que ve como «positivo» el hecho que hayan aumentado las políticas para acceder a la cardioprotección en espacios públicos, pero que admite que «aunque cada vez hay más cursos, todavía detectamos carencias en lo que se refiere al nivel de conocimiento de los ciudadanos.
Mora explica que, en caso de uso con urgencia, es muy importante seguir las instrucciones que se encuentran en el mismo dispositivo. «En primera instancia, es importante poder actuar con la máxima rapidez posible y examinar a la víctima», explica Mora, al tiempo que añade que «después de comprobar si la persona respira, se debe llamar al 112, donde nos informaran sobre como efectuar las compresiones y nos ayudaran a usar el aparato de desfibrilación, que cuenta con un sistema de electrodos que se colocan en el tórax».
En este punto, Mora admite que, a pesar que los aparatos de DEA cada vez tienen sistemas de funcionamiento más simples, es necesario que se formen el máximo número de ciudadanos posible para saber como usarlos y reitera que «no sería mala idea incluir información sobre desfibrilación en los programas curriculares de estudios».
Objetivo: salvar vidas
A pesar que Tarragona cuenta con un buen número de aparatos de reanimación, todavía queda mucho para hacer para garantizar que estos dispositivos sean totalmente eficaces, un objetivo que se debe conseguir garantizando las óptimas condiciones de los aparatos y asegurando que se instalen en zonas de paso concurridas. Así lo explica Pilar Vallano, miembro de la comisión de Urgencias y Emergencias del Col.legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona, que detalla que es importante que los aparatos de desfibrilación se ubiquen en zonas por las que exista un flujo de 200 ciudadanos al día. «Estados Unidos o Francia nos superan en número de aparatos y en tasa de supervivencia. Vamos avanzando, pero todavía queda mucho por hacer», explica Vallano.