El Centre de Salut Mental Infantil i Juvenil (CSMIJ) de Tarragona –de menores– tiene una lista de espera de 41 días para una visita ordinaria de psicología clínica.
Es el doble de tiempo que el del Centre de Salut Mental d’Adults (CSMA) de Tarragona Nord, que registra una espera de veinte días, según datos facilitados por el Departament de Salut. En el conjunto del Camp de Tarragona, son 37 días para asistir a un CSMIJ y 23 en el caso de un CSMA.
Es una muestra de la creciente demanda de atención psicológica por parte de menores de edad que está habiendo en los últimos tiempos. No tan solo en Tarragona, sino que la dinámica se repite en otros centros de la demarcación, como el de El Vendrell o el de Reus.
«Hemos percibido que, desde hace ya meses, la subida de las peticiones de atención psicológica ha sido mayor en menores de edad», Gentzane Carbajo, psicóloga clínica
La diferencia entre la espera para usuarios menores y adultos se concentra en las visitas ordinarias, que son las que el Departament define como aquellas en las que «previamente, los profesionales han valorado que no es necesario visitar al paciente antes».
En el caso de las preferentes, más urgentes, la demora se reduce a poco más de dos semanas, tanto en el caso de menores como en el de mayores de edad.
Unas listas cuyo tiempo de espera ha ido decreciendo durante los últimos meses, según informan fuentes del Departament: «De manera global, ha mejorado la accesibilidad a los centros de salud mental durante el año 2023 en comparación con el 2022».
«Al no obtener ninguna respuesta por parte de la Administración, me busqué la vida en un centro privado», Luisa –nombre ficticio–
Las mismas fuentes certifican que «el importante incremento en la demanda infantojuvenil respecto a la de los adultos» es el que ha provocado la diferencia en los días que han de aguardar unos y otros para una primera visita ordinaria.
En el caso de la psiquiatría, los datos son similares y no hay una diferenciación marcada: son entre 23 y 25 días –para menores y adultos– en caso de una visita ordinaria y entre 14 y 15 si la consulta es preferente.
Los CSMIJ y los CSMA son servicios de atención ambulatoria especializados en atención psiquiátrica y salud mental y dirigidos a personas que presentan un trastorno mental en cualquiera de sus etapas evolutivas que, por su gravedad y/o complejidad, no puede ser tratado únicamente desde los Centres d’Atenció Primària (CAP).
De hecho, ambos servicios se coordinan con los CAP: envían hasta allí profesionales en psicología y psiquiatría, que son los que detectan, según la gravedad, qué casos son susceptibles de llegar tanto a los CSMIJ como a los CSMA correspondientes.
En el territorio, estos centros los gestiona el Institut Pere Mata. Además de a las de la ciudad, los espacios ubicados en Tarragona atienden a las áreas básicas de salud (ABS) de otros municipios, como Constantí, El Morell, Salou, Torredembarra y Vila-seca.
Los efectos de la alta demanda
Pese a que los días de espera se hayan reducido últimamente, la dinámica general no escapa al incremento de las peticiones de atención psicológica.
«Ha habido un aumento importante de la demanda de asistencia, y sí que es cierto que ha sido más intenso en el caso de los menores de edad», expone Gentzane Carbajo, psicóloga clínica.
Ella visita a adolescentes y a niños –a estos últimos, en caso de que haya algún cuadro clínico, como depresión o ansiedad– y argumenta que «cada vez hay más estrés en la sociedad en general, y eso tiene un efecto también en los menores, que conviven con personas adultas».
«El confinamiento marcó un punto de inflexión en este sentido: afectó a los mayores y a los jóvenes de igual forma», añade.
«A medida que pasa el tiempo va subiendo el nivel de estrés general al que está sometida la sociedad», Gentzane Carbajo, psicóloga clínica
En consecuencia, el porcentaje de personas que sufren problemas de salud mental ha ido incrementándose desde entonces.
Lógicamente, dicha subida ha causado una mayor presión en los servicios del circuito asistencial público y ha derivado en que algunos pacientes hayan optado por acudir a la privada.
Luisa –nombre ficticio para proteger su anonimato– es una de esas personas. Sufre ansiedad desde hace años y ha estado en urgencias en diversas ocasiones.
«Se lo expliqué a mi médico de cabecera y me comentó que haría la propuesta, pero que había otra persona por encima de él que debía valorarlo; me insinuó que iba a ser difícil». «Estuve esperando una respuesta, pero finalmente decidí buscarme la vida en el ámbito privado», recuerda.
«Noté que empezaba a necesitar atención psicológica cuando tenía entre catorce y quince años», José María –nombre ficticio–
José María –nombre ficticio– también se encontró en una situación parecida: «Fui al CSMIJ a los catorce años y me sentí descontento con el trato».
«Posteriormente, cuando pasé al CSMA, todo cambió: me escucharon y me ayudaron mucho, pero la lista de espera era de entre uno y dos meses, más o menos, y lo dejé para ir al privado», añade.
Actualmente, y pese a que bajaron durante 2023, Salut está intentando reducir las listas. A pesar de todo, los casos muy graves y prioritarios mantienen un tiempo de demora reducido, de unos pocos días.