El Port de Tarragona es el comedor de las palomas. Sus instalaciones son el principal foco de atracción para esta especie. Así se puede extraer de un informe que encargó el Ayuntamiento a finales del año pasado y que ha llegado a manos municipales hace pocas semanas. El informe explica que cerca de cuatro mil palomas se desplazan del centro de la ciudad al puerto, en una franja de tres horas. Al cabo del día, la cantidad se multiplica por ocho. Y no solo eso. Resulta que el Port de Tarragona también recibe la visita de las palomas de municipios de alrededor, como pueden ser Reus, Vila-seca o Salou. El motivo es, sin duda, la industria agroalimentaria que hay en el puerto y que sirve como comida para esta especie. Y es que el de Tarragona es el puerto más importante de todo el Mediterráneo en tráfico y almacenamiento de grano.
El problema se centra, sobre todo, en los grandes silos, contenedores y naves donde se almacenan los cereales. Algunas de estas construcciones quedan abiertas o simplemente están al aire libre, cosa que provoca que las palomas puedan acceder a la comida de forma fácil y rápida. De hecho, un día cualquiera en el Port, se puede ver como estas aves se acumulan en los espacios de entrada de la mercancía y en las zonas de reposo y de descarga de género. Pero la cosa va más allá. El problema se agrava –siempre según el informe– cuando los camiones transportan el grano y parte del producto acaba vertido en la carretera. La acumulación de cereal en los arcenes de los viales que salen del puerto es importante y todavía empeora más la situación.
La salud, en juego
Una de las sorpresas que presenta este estudio es el riesgo que generan estas palomas en la cadena de seguridad de la industria agroalimentaria. Es decir, estas aves son portadoras de agentes contaminantes, como por ejemplo E.coli y Salmonella, que pueden infectar directamente al grano que se almacena en el Port de Tarragona y, por lo tanto, a la salud de quienes consumimos el producto.
Por otro lado, la presencia de estas aves está generando un importante problema de salubridad pública en la ciudad de Tarragona. No solo por los excrementos o la suciedad, sino también por la no conservación de edificios históricos. Según el informe, las palomas contribuyen «a un desmejoramiento del patrimonio histórico de la ciudad».
El estudio revela que el Port debería «cambiar su metodología» para poder solucionar la problemática, y asegura que «el simple hecho de capturar una cantidad de animales, aunque sea alta y de forma periódica, y no atacar aspectos estructurales, solo hace que empeorar la situación».
El informe destaca otros factores que también contribuyen a la presencia de estas aves. Es el caso de las cavidades o agujeros en monumentos históricos de la ciudad, donde se instalan nidos y palomas, o las muchas viviendas vacías, en las que se acumulan excrementos, plumas e incluso palomas muertas. Finalmente, aunque no menos importante, el estudio alerta de que hay personas que alimentan estas especies en plena calle.
Comisión bilateral
La solución, según el informe, pasa por trabajar de manera conjunta Ayuntamiento y Port, «con un plan de medidas estructurales a seis años vista y con las inversiones necesarias». Este plan debe contar también con el compromiso de los operadores de mercancías –es decir con las empresas– que, al fin y al cabo, son las que traen el pienso a las instalaciones portuarias.
Conscientes de esta situación, el Ayuntamiento de Tarragona se compromete a trabajar codo a codo con el puerto para solucionar el problema. «El informe marca una serie de medidas que debemos llevar a cabo. Nosotros, como Ayuntamiento, ya las estamos aplicando. Ahora le toca al Port», asegura Sonia Orts, concejala de Neteja.
Desde el Port dicen no tener conocimiento del estudio y aseguran que «no lo hemos recibido ni de manera oficial ni extraoficial». Las mismas fuentes insisten en que no pueden pronunciarse sobre unos datos y unos resultados que «no se han podido analizar desde un punto de vista técnico o científico».
Ambas administraciones tienen pendiente reunirse para formalizar la mesa bilateral donde tratar este tema. De hecho, la reunión ya se convocó hace meses pero, primero por la indisposición del alcalde –estaba enfermo–, y después por la cercanía de las elecciones autonómicas, el encuentro ha ido posponiéndose y todavía no se ha celebrado. «Confiamos en recibir el estudio antes de la mesa bilateral o bien que sea presentado como un punto dentro del orden del día», añade el Port.
Para el Ayuntamiento, buscar la solución al problema es una cuestión que corre prisa, ya que «el nuevo contrato de la limpieza estará listo en poco tiempo y queremos tener ya en vías de solución el tema de las palomas», asegura Orts.
Por su parte, fuentes del Port aseguran estar abiertos para tratar el tema desde la vertiente técnica «con el objetivo de coordinar políticas y acciones de las diferentes administraciones competentes, especialmente con el Ayuntamiento». Toca unir esfuerzos y solucionar de una vez por todas la problemática.
El ejemplo de Osona
Tarragona cuenta con el puerto de cereales más importante de todo el Mediterráneo. Justo por eso, quizás, la problemática de las palomas es tan grave. Sin embargo, en la Plana de Vic, en Osona, ocurría algo parecido debido a la gran presencia de fabricas de pienso. Hasta hace unos años, en la comarca se capturaban cantidades ingentes de palomas y, lejos de solucionarse el problema, cada vez aparecían más aves. Finalmente, los fabricantes de pienso optaron por iniciar acciones estructurales y preventivas, con el objetivo de disminuir los riesgos de seguridad alimentaria. Actualmente, la presencia de palomas se ha reducido a mínimos.