Los últimos datos oficiales de listas de espera para intervenciones quirúrgicas facilitados por el Servei Català de la Salut (CatSalut), junio de 2015, reflejan que el Hospital Joan XXIII tiene más pacientes –273– que la suma de los otros centros hospitalarios de la región sanitaria –212–, que incluye Sant Joan de Reus, Santa Tecla, Pius Hospital de Valls y el Hospital del Vendrell.
Aunque el dato pueda ser argumento para sacar pecho por la capacidad de gestionar este tipo de operaciones quirúrgicas complejas a tantas personas, lo cierto es que la realidad refleja que los pacientes que deben entrar al quirófano del hospital de referencia de la provincia les supone el doble de días de espera respeto a los otros centros capacitados para estas complejas operaciones. Y sin comparar las cifras con Terres de l’Ebre que forman parte de otra región sanitaria.
¿Por qué pasa esto?
El director de los Serveis Territorials de Salut, Josep Mercadé, argumenta que el motivo central es «la población asignada a cada centro». Y añade que «este centro se encarga de las intervenciones más complejas, tanto en prótesis como en recambios, por lo que también justifica un número superior de personas».
El director de los Serveis Territorials de Salut reconoce que no se están cumpliendo los tiempos de espera que marca la ley –seis meses: 180 días– y que hay que intentar reducir los 370 días de espera que actualmente tienen de media las personas asignadas en el Joan XXIII en los próximos meses.
Mercadé entiende las quejas y el cansancio de tanta espera de los usuarios pero también admite que una redistribución a otros hospitales de la región sanitaria «es complicada porque los presupuestos para las operaciones ya están previamente asignados a cada centro y no son suficientemente flexibles para reubicar pacientes, aunque se intenta reducir este tiempo buscando este cambio de centro».
Cabe recordar, además, que un cambio de centro hospitalario no sólo es decisión facultativa, sino que debe contar con el benepláctio del propio afectado. Cada operación quirúrgica tiene un coste aproximado de 6.000 euros que asume íntegramente CatSalut.
Si el número de pacientes es superior que el resto de centros y además en el Joan XXIII se realizan las operaciones más complejas de prótesis de rodilla, el último ingrediente que está complicando el ritmo de operaciones son las obras que se realizan en el centro hospitalario.
A finales de abril, empezaron las obras de ampliación y reforma correspondientes a la segunda y última fase (la primera se completó el 2010) del área de Urgencias del Joan XXIII.
La primera etapa, que ya se ha completado, se han adecuado las nuevas salas de radiología y los espacios provisionales para urgencias pediátricas. Durante la segunda etapa, que ha empezado este pasado mes de octubre y acabará en verano, la actividad del servicio se concentra íntegramente en la parte nueva de urgencias inaugurada el 2010. Además, se reforma íntegramente la área vieja de Urgencias.
Todas estas reformas afectan directamente al funcionamiento de los quirófanos –12–, sobre todo a los tres de cirugía mayor ambulatoria (intervenciones que no necesitan ingreso hospitalario). Y ello obliga a que estas intervenciones menos complejas se deban reubicar en quirófanos destinado a otros menesteresdel Joan XXIII.
Es cierto que «se hará menos actividad y por tanto repercutirá en el tiempo de espera»,admite Mercadé. Pero añade el director de los Serveis Territorials de Salut que «para buscar que el impacto sea el mínimo se ha potenciado la cirugía de tarde y la derivación de pacientes poco complejos», admite .
Aún así, hasta el cierre del ejercicio no se podrá conocer con exactitud cuantas operaciones menos respecto a 2014 se han realizado a causa de las obras de Urgencia y el número de pacientes asignados.
Con todo Mercadé recuerda que a nivel de región sanitaria, las operaciones de rodilla han aumentado significativamente. En 2013 se hicieron 572 intervenciones y el año pasado, 957, un 67% más.
