La Generalitat ultima los detalles para poder iniciar la primera fase de las obras del nuevo Hospital Joan XXIII de Tarragona. El CatSalut ya ha autorizado los trabajos y ahora es la empresa pública, Infraestructures.cat, la encargada de tramitar la publicación. Fuentes del CatSalut aseguran que está previsto que antes de terminar este mes de junio, la Generalitat saque a licitación el contrato de la primera fase de las obras, que consta de preparar el terreno para poder levantar el edificio central. Cabe recordar que el nuevo centro hospitalario costará 170 millones de euros y su construcción terminará en primavera del año 2025.
Según el calendario que maneja la administración, en el último trimestre de este año empezarán los trabajos previos a la construcción del edificio central, que contará con 50.000 metros cuadrados de espacio asistencial. Esta primera fase –dedicada a la preparación del terreno– durará aproximadamente diez meses y dará paso a la segunda etapa, que es la de construir el edificio. Está previsto que empiece a finales del año que viene.
El proyecto que va a desarrollarse se llama Entre Places y está elaborado por los despachos de arquitectura Sanabria&Planas Gallego Arquitectos, CBD Arquitectura SLP y Mario Corea Arquitectura SLP. El plan ha sufrido algunas modificaciones durante estos últimos años y a lo largo de los diferentes gobiernos. La principal novedad es que se fusionan las fases de construcción, con el fin de agilizar los trámites y afectar lo menos posible al funcionamiento normal del hospital.
Una vez terminada las dos fases de construcción, se necesitará otro año y 50 millones de euros más para equipar las instalaciones y hacer el traslado definitivo. La reforma de los equipamientos de docencia y de investigación se llevará a cabo en una fase futura que, por el momento, no tiene ni fecha ni presupuesto.
La administración autonómica está preparando ahora el concurso público que permitirá hacer los trabajos previos a la construcción del equipamiento. El inmueble contará con una área de hospitalización para 252 pacientes –actualmente hay 333 camas–, un bloque quirúrgico con 14 quirófanos, 20 salas de radiodiagnóstico y 125 consultas externas, despachos y gabinetes, entre otros. También se prevé la reforma de una parte del servicio de Urgencias, una rambla de unión entre los edificios que configurarán el nuevo campus, y el helipuerto, ubicado en la cubierta.
El total de la superficie construida en esta primera fase será de casi 80.000 metros cuadrados, de los cuales 53.000 son asistenciales y, el resto, estarán urbanizados, apostando por zonas verdes.
La previsión es que en primavera de 2025, el equipamiento esté ya construido, a la espera de dotarlo de mobiliario. El pasado mes de enero, la por entonces consellera de Salut, Alba Vergés, marcaba la puesta en marcha del nuevo hospital durante el año 2026. Más adelante, en fases futuras, se abordarán las obras de los edificios de docencia e investigación, que completarán esta especie de campus universitario. También entonces se adecuarán algunas áreas del edificio C y se procederá al derribo de la emblemática fachada principal del hospital.
Otras de las novedades que presenta el proyecto es el coste del hospital, que asciende a 170 millones de euros. Según fuentes del CatSalut esta inversión no peligra porque está incluida en el plan de infraestructuras del gobierno de la Generalitat. Pero la realidad es que la cantidad asegurada, por el momento, es de 135 millones de euros, que forman parte de la inversión plurianual prevista en las cuentas generales. Los 35 millones de euros restantes, se incluirán en los próximos meses.
Cabe recordar que el inicio de las obras del nuevo centro hospitalario se ha retrasado un año debido a las sorpresas que presentó el subsuelo del hospital durante las primeras catas.
El reproche de los sindicatos
Por su parte, sindicatos y trabajadores del Joan XXIII celebran la puesta en marcha de las obras, pero reprochan a la Generalitat que no se haya contado con su opinión a la hora de redactar el proyecto. «Nos parece adecuado que se haga un nuevo equipamiento. Es totalmente necesario», explica Ferran Manserga, delegado sindical de la CGT, quien añade que «cuando nos enseñaron el proyecto, vimos como las distancias entre servicios eran más grandes que ahora». Para poder entenderlo, si un paciente debe salir de la UCI para ir a hacerse un TAC, el recorrido a llevar a cabo será más largo de lo que es actualmente. «No entendemos cómo se diseña un hospital sin preguntar a los trabajadores», explica Manserga, quien añade que «será un hospital de escaparate, bonito, pero poco funcional, que acabará perjudicando a los pacientes».