Las grandes superficies ganan la partida al pequeño comercio en Tarragona

La próxima apertura de Tarraco Centrum pone de nuevo el foco en el modelo comercial de la ciudad, mientras urge la necesidad de plantear soluciones para descongestionar de vehículos la turbo rotonda de Les Gavarres

27 junio 2024 21:20 | Actualizado a 28 junio 2024 10:16
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Tarraco Centrum ya está en obras. En menos de un año, la ciudad dispondrá de más de 17.000 metros cuadrados de superficie comercial adicionales en el nuevo barrio del Pla Parcial 10, justo delante de Les Gavarres.

El comienzo de los trabajos puede decirse que prácticamente cierra un ciclo que se inició en el año 2010 cuando el entonces alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, anunció la llegada de la multinacional sueca líder del sector del mueble Ikea. La pregunta es por qué se tardó más de una década en tener todos los terrenos a punto, preparados para iniciar la construcción, y cuántas oportunidades de negocio se han perdido por el camino por esta ‘lentitud’ eterna.

Como los acontecimientos ya no pueden cambiarse y seguir fustigándonos tampoco sirve de mucho toca abrir un nuevo melón. ¿Qué papel jugará este nuevo centro comercial? ¿Realmente Tarragona tiene demanda para tanta gran superficie? ¿Y el pequeño comercio que papel jugará?

La Via T de Tarragona considera que este proyecto representa un nuevo «varapalo» para los establecimientos del centro. «O Comerç se pone las pilas y se generan nuevas oportunidades para el comercio de toda la vida o estamos destinados a morir», afirmaba el vicepresidente de esta entidad, Melcior Bustos.

Calles tradicionalmente fuertes a nivel comercial como Unió y Apodaca ya no se acuerdan de sus años de esplendor. También la plaza Verdaguer. Y a los locales cerrados hay que sumarle la proliferación de negocios de escaso valor a nivel comercial, como pueden ser las tiendas de carátulas de móviles.

Proyectos que no avanzan

Bustos se muestra muy crítico con la gestión que se está haciendo desde el área que lidera Montse Adan a nivel municipal. «Hay importantes proyectos en la ciudad que no avanzan porque no hay un retorno por parte del Ayuntamiento», indica.

También desde la Petita i Mitjana Empresa (Pimec) se defiende la necesidad de «intentar mantener el equilibrio entre las grandes cadenas y los pequeños establecimientos comerciales». «Entendemos que dentro de este centro comercial también habrá pequeñas tiendas y si es así bienvenidas sean, de lo contrario exigiremos que cumplan la ley y que no se rompa esta proporcionalidad», indica el representante de Pimec Comerç en Tarragona, Florenci Nieto.

La patronal catalana pone en valor el papel del comercio de proximidad como elemento para «evitar la desertización de los barrios» y la «cohesión» de ciudad. No obstante, en estas últimas décadas Tarragona ha desarrollado un modelo en el que el peso se lo ha llevado el extrarradio. En un primer momento con el Parc Central y más tarde con Les Gavarres, que este año celebran un cuarto de siglo desde su implantación.

Diversidad de formatos

El gestor de esta superficie, Jordi Cáceres, defiende que Tarraco Centrum «creará una concentración en este enclavamiento entre la T-11 y la A-7, de carácter comercial, de ocio y del sector servicios de los más importantes de la provincia». Este se muestra convencido de que la suma de ambas zonas comerciales, junto con el Carrefour, el CIM del Camp y la segunda fase que tiene que desarrollarse de este proyecto «nos posiciona como el centro comercial más importante del sur de Catalunya».

Cáceres cree que el desarrollo del nuevo centro comercial, con el hospital Viamed y el nuevo barrio del PP10 obliga a «sacar masa crítica» de vehículos de la turbo rotonda de la T-11. Al respecto, hay varias propuestas encima de la mesa que considera que «deben planificarse y activarse mediante la redacción del nuevo POUM».

El representante de Les Gavarres defiende que «la diversidad de formatos enriquece mucho la ciudad, teniendo en cuenta que la lucha es entre el comercio físico y el on-line». No obstante, cree que Tarragona debe pensar qué puede hacer para que «el resto del tejido comercial se aproveche de esta concentración de gente que tendremos en toda esta zona». Bustos no se muestra optimista. «No es un cliente al que puedas sacar provecho, ya que estamos hablando de un tipo de negocio pensado para que la gente vaya allí y pase tres o cuatro horas», señala. Lo que está claro es que Tarragona necesita un plan.

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