La Rambla Lluís Companys volvió a teñirse de deporte y solidaridad este domingo. La marea blanca y rosa de la 9a Women Race llenó las principales calles de Tarragona de miles de mujeres corriendo por un objetivo común: colaborar con la lucha contra el cáncer. Aunque historias había muchas entre las corredoras, el fin solidario de este evento también suponía una motivación personal para algunas como Aida y Marta Conillo, dos hermanas que participan en esta carrera desde el 2016 y que corren por su madre, quien falleció a causa de esta enfermedad. «Nos gusta mucho esta carrera, pero lo hacemos por nuestra madre y por ayudar a todas aquellas que desgraciadamente tengan que luchar contra el cáncer», explica Aida mientras tiene bien cogida a su perra, una galga con mucha energía y que hoy tendrá un paseo matutino muy especial.
A escasos minutos para las 9.30h de la mañana, hora de la salida de las participantes, en la parte delantera muchas ya estaban concentradas y haciendo los últimos estiramientos. Más para atrás, aún se hacían las últimas fotografías y se preparaban su playlist con los auriculares y es que aunque la Rambla Lluís Companys se llenó de música, algunas corredoras ya tenían seleccionada su banda sonora para esta Women Race. Llegó el momento, en la línea de salida, muchas saludaban a los espectadores que se encargaron de inmortalizar este momento, algunas empezaron saltando y celebrando y muchas cogidas de la mano como Aida y Marta, quienes seguro que con ese apretón de manos sintieron que eran una más.
Una lucha multitudinaria
El récord de participantes de la carrera con 3.000 inscritas, hizo que la salida durase casi 10 minutos. No fue hasta el minuto 19.45 que llegó la primera corredora. Con el número de dorsal 305, Stella Beazzutti paso la línea de meta con una sonrisa gigante y con una energía que parecía no haber corrido 5 quilómetros. «Estoy muy contenta, en este tipo de carreras lo importante no es ganar, pero siempre es especial llegar la primera», comentaba Beazzutti, quien añadió: «Me ha gustado mucho el recorrido, siempre ayuda ir por las calles de Tarragona».
A partir de los 25 minutos, la afluencia de corredoras que iban llegando a la meta fue aumentando. Algunas decidieron hacer un spring final en la última recta, otras llegaron bailando y aplaudiendo y otras fundiéndose en un abrazo que parecía una dedicatoria a las verdaderas protagonistas de esta carrera, aquellas que luchan contra el cáncer en primera persona.