La Vall de l’Hidrogen ha captado solo en Tarragona más de 2.500 millones en inversiones, si se suman los aproximadamente 40 proyectos que, con niveles diversos de maduración, están en marcha.
Es el balance de los dos años y medio desde que se presentara en sociedad la iniciativa para descarbonizar el polo petroquímico tarraconense, aplicando una reconversión radical con el hidrógeno como nuevo vector verde para avanzar en sostenibilidad y en la lucha contra el cambio climático.
Uno de los principales es el electrolizador de Repsol, pero hay más. «Todos los proyectos van sumando. Antes de final de año es probable que se anuncien dos más que serán muy importantes. Hay algunas plantas de hidrógeno más pequeñas planificadas pero que también contribuyen. La filosofía es que los proyectos grandes arrastren a los más pequeños», desgrana Isaac Justicia, director de la oficina técnica de la Vall de l’Hidrogen. Justicia reconoce que «aún hay muchos proyectos que son confidenciales pero en los que se está trabajando, pero que si se concretan podrían situar a Tarragona en el top a nivel europeo».
Tarragona ha entrado de lleno en una carrera feroz en la que la competencia, también por conseguir ayudas y subvenciones tanto del estado como de la UE, es máxima y también la cautela y la determinación. Esos más de 2.500 millones no están aún atados de forma definitiva, pero sí puestos encima de la mesa y, de una u otra forma, proyectados, pero deberán salvar algunos escollos importantes.
El principal es el déficit que tiene Catalunya en cuanto al despliegue y, sobre todo, a la generación propia de energías renovables, fundamentales en la ecuación para producir ese hidrógeno que será vital para el tejido químico.
Desde la propia Vall también son conscientes de la volatilidad. «Estamos trabajando, luchando para que salgan todos estos proyectos, y estamos muy esperanzados. Catalunya es epicentro europeo y Tarragona tiene mucha atracción, pero estamos muy condicionados y hay que mejorar en algunos aspectos para que todo se materialice. Hay proyectos pendientes de la declaración de impacto ambiental y de que haya puntos de conexión eléctrica. Los proyectos están, pero también hay un cierto riesgo de que no se concreten y de que los inversores prefieran irse a otro lugar», explica Justicia.
Movilidad y economía circular
El responsable técnico de la Vall ha admitido en alguna ocasión que la preocupación por parte de las empresas existe y que algunas se pueden ver obligadas a buscar la energía fuera. Ese escenario no es el ideal, pues la eficiencia siempre es mayor cuanto más cerca está la energía del consumo, además de la generación de empleo y riqueza que supone para el territorio.
Con esa encrucijada en el horizonte, la Vall en Tarragona va agregando propuestas en marcha, que van de la industria a la movilidad o la economía circular. «Uno de los proyectos es el de los autobuses de hidrógeno, por ejemplo, o también ligados a la navegación sostenible, con el Port como gran referencia», explica Justicia.
La ecoplanta en El Morell o el citado electrolizador de Repsol, de 150 MW, en el corazón químico tarraconense y que será el mayor de España, son quizás las joyas de la corona de este impulso al hidrógeno con vistas a la descarbonización. Solo esas dos instalaciones supondrán 1.050 millones de euros en inversión. El vínculo con el Port, sede de la Vall, también será vital. «Una de las claves es la conexión con el Port de Tarragona, para que se pueda hacer importación de hidrógeno», dice Justicia.
De hecho, la infraestructura portuaria tarraconense acoge estos días la Catalunya Hydrogen Week, con jornadas y actos en los que se hablará de temas como el hidrógeno como vector energético, la logística, la soberanía energética, las alianzas público-privadas, la innovación o la investigación científica. El presidente del Port, Saül Garreta, abría hace unos días la semana, mencionando en su discurso que «los expertos señalan que el 42% de la demanda de hidrógeno de la UE en 2050 procederá de los puertos». Asimismo, añadió que «Tarragona está acelerando las gestiones para posicionarse como puerto referente en Europa en los tráficos de las nuevas energías».
No todas las visiones son tan halagüeñas. «En cuanto a la Vall de l’Hidrogen vamos algo atrasados en Catalunya, una consecuencia de la dejadez que ha habido en energías renovables. La prueba es que aquí la iniciativa nació de la URV y luego se ha añadido tarde la Generalitat, cuando en otros lugares ha nacido de los propios gobiernos, que han dado fuerza», admite Xavier Sabaté, asesor energético. El exdelegado del Govern en Tarragona cree, eso sí, que «hay que dar algunas semanas más de tiempo, para ver qué impulsos son necesarios. Quizás falta un poco más de iniciativa privada».
«Requiere de mucha inversión»
«Hay que tener en cuenta que, ya no el hidrógeno, sino toda la transición energética requiere de muchas inversiones, más de 200.000 millones en Catalunya, y el hidrógeno verde jugará un papel importante. Confío en que en 2024 se empiecen a ver frutos», indica Sabaté, que alude también a la misma amenaza: «Está claro que las inversiones se tienen que hacer pero se irán allí donde haya más facilidades. Por eso puede haber casos en los que el inversor desista y se marche a otro lugar».
Jordi Vidal, director general de Sun Systems Group, una empresa tarraconense dedicada a la fotovoltaica, está pendiente de proyectos en lugares como Flix, Puigpelat, La Selva del Camp, Renau o el Pla de Santa Maria.
Vidal alerta: «La única manera de descarbonizar es hacer plantas de hidrógeno. Y para ello necesitamos muchas renovables. Si no tienes electricidad verde novas a ningún sitio. Y hay muchos inversores dispuestos, el interés está, pero hay que reconducirlo, porque si no se van a ir a otros sitios y va a ser un efecto dominó».
Vidal denuncia que «hay muchos ayuntamientos que solo ponen palos en las ruedas y no están de cara, y eso es un problema para salvar todas estas inversiones. Falta implicación y que la Generalitat dé un paso adelante».
Este empresario relata que «tenemos contratos de tierras ya firmados con agricultores muy interesados para alquilarles las tierras e instalar paneles y a veces los ayuntamientos se oponen, aunque la tierra sea de un particular, lo que no tiene sentido».
Unas 260 organizaciones públicas y privadas forman parte de la Vall, que actúa como plataforma colaborativa multisectorial. Ahí se incluyen más de 180 empresas, 43 entes públicos, además de asociaciones, clústers y centros de conocimiento e investigación.
La planta solar más grande de Catalunya, lista para operar en Constantí
El ‘skyline’ tarraconense, en su camino hacia la eliminación de las emisiones, cambia con el acabado en Constantí de la mayor planta fotovoltaica de Catalunya. COMSA ha terminado recientemente de construir la infraestructura, que ocupa 17 hectáreas de superficie, cuenta con 27.500 paneles solares, dispone de una potencia de 16,6 MW y producirá 26 GWh anuales. Fuentes de la empresa Iosa Green Energy confirman que la planta está totalmente finalizada y el inicio de la explotación depende de terceros.
Se prevé que se ponga en marcha en cuestión de meses, probablemente ya en 2024. La instalación se llama Constantí-42. Tendrá un papel clave en la generación de electricidad para una industria cercana como es la que se ubica en el Polígon de Constantí. Además de aportar a ese complejo, la nueva planta puede servir para contribuir a la producción del hidrógeno verde que se hará muy cerca.