Aunque todavía se encuentra en una fase embrionaria, la esperada Regió Metropolitana de Tarragona empieza a dibujar sus ejes básicos. Impulsada por los alcaldes de Tarragona (Rubén Viñuales) y Reus (Sandra Guaita), está previsto que el primer esbozo de la hoja de ruta de la nueva apuesta de gestión territorial mancomunada se haga pública a finales de enero.
Tras el primer encuentro protocolario del pasado 31 de julio, en el que los máximos mandatarios de las dos principales ciudades de la demarcación escenificaron un frente común para recuperar la voluntad por trabajar en línea a nivel global y dejar atrás las batalles de campanar, ahora la voluntad es ir afinando los ítems principales: ¿Qué hará? ¿Será una nueva capa administrativa? ¿Qué ámbito geográfico ocupará? ¿Cuál es el calendario previsto para empezar a ver concreciones? Algunas de estas preguntas vislumbran ya alguna respuesta en el horizonte.
Residuos, movilidad y energía
La primera de ellas ya la apuntaron hace 25 días tanto Viñuales como Guaita: la idea inicial, en su primera fase, no es que la futura Regió se convierta en una nueva institución pública al estilo del Àrea Metropolitana de Barcelona. Como mínimo durante sus primeros pasos, el objetivo es «mancomunar» servicios, de forma que las políticas municipales generen sinergias en su gestión para incrementar la eficiencia y eficacia en el día a día de los municipios. En este sentido, las fuentes consultadas indican que la competencia que podría tener una primera resolución sería la política energética. Por ejemplo, Reus ya cuenta con una empresa de estas características, mientras que Tarragona empieza a estudiar cómo poner en marcha la suya. La gestión futura en este ámbito puede ser uno de los primeros que tenga salida efectiva.
Otro aspecto en el que la Regió debe tener un papel fundamental es la movilidad. A día de hoy ya existe el Consorci del Transport Públic del Camp de Tarragona, pero el principal problema radica en el hecho de que las empresas de movilidad locales no pueden ir más allá de sus términos municipales. De cara a 2028, cuando finalizan las concesiones interurbanas de bus, la idea es tener el OK del Parlament para que las firmas municipales puedan desplazarse por la Regió y dar un nuevo impulso, junto al tranvía, a la movilidad territorial.
La tercera pata del trabajo conjunto se centrará en la recogida de residuos. Actualmente, Tarragona está en proceso de licitación de su nuevo contrato, pero los consistorios consideran que Sirusa tiene capacidad para albergar a más ayuntamientos. Asimismo, ya a mas largo plazo, temas como la promoción económica o la seguridad también podrían verse reforzados.
Sobre todo ello conversarán durante las próximas semanas Viñuales y Guaita con los alcaldes de la futura Regió, que según las primeras estimaciones podría ir desde Mont-roig del Camp hasta Roda de Barà, alargando por el interior hasta Valls. Cabe señalar que este triángulo es el que concentra la mayor actividad económica, productiva y de movilidad de la provincia. Por ello, tras la pausa de verano, en breve se intensificarán los contactos para hacer partícipes tanto a los representantes locales como a la Diputació, los Consells Comarcals del Tarragonès, Baix y Alt Camp y la Generalitat con un único objetivo: que la rueda de la futura Regió empiece a rodar.