El cambio de emplazamiento de la Compañía de Logística de Hidrocarburos (CLH) fue el «contigo empezó todo» de esta situación en la que Tarragona se ve evocada a redactar un nuevo POUM, después de que una sentencia del Tribunal Supremo anulara la totalidad del planteamiento urbanístico de 2013. Por este motivo, antes de plantear cualquier actuación en este sector va a analizarse con lupa, lo que no significa que haya pasado a ser un fortín inexpugnable. Y es que, ya sea por el trasiego que ha supuesto esto para la ciudad o por la ubicación estratégica de la fábrica, la salida de CLH cobra más importancia que nunca.
La sentencia marcaba varios aspectos. Entre estos, la ausencia de un informe de hidrocarburos y la «inviabilidad» de la operación que se planteaba, por parte de la compañía. «Hay que quitarle cargas o aportarle ingresos», indica el concejal de Territori, Xavier Puig. Esta se financiaba con la construcción de 700 viviendas en unos terrenos que, con el desmantelamiento de los depósitos de hidrocarburos, debía servir para dignificar la fachada fluvial en el tramo final del Francolí. Asimismo, se contemplaba la construcción de un nuevo puente para cruzar el río. Esta infraestructura la sufragaba la empresa, lo que hizo que al final un juez considerase que había un exceso de cargas, ya que los gastos superaban el valor del traslado.
En el año 2017, antes de que se conociera la sentencia definitiva, el anterior gobierno se reunió con la compañía para intentar llegar a un acuerdo que evitase lo que finalmente acabó pasando: la anulación total del POUM. El Consistorio había encargado un informe al bufete de abogados Cuatrecasas, en el que se valoraban los costes de la operación. Según cálculos de esta empresa especializada, el traslado de las instalaciones significaba un coste de 20.050.000 euros. A este montante había que sumarle otros 185.000 euros para la demolición y desmantelamiento de la planta.
Todas estas cifras se estudiarán al detalle por parte de los técnicos municipales. «Si mantienes la misma cifra de viviendas y le quitas el puente ya estás librando cargas, o la alternativa sería sumarle pisos y ponerle un comercial, pero los comerciales en las afueras no nos gustan demasiado, por tanto, incrementar la edificación y hacer ciudad al otro lado del río sería la línea que nos interesa», argumenta Puig. El Consistorio asegura que después de la impugnación ha negociado con la compañía emplazamientos alternativos «para estudiar su predisposición a irse». Tras estos encuentros, algunos con responsables del Ayuntamiento y otras a través de intermediarios, el tercer teniente de alcalde afirma que «concluimos que había voluntad de estudiar marcharse a otro emplazamiento».
Las opciones que están encima de la mesa quieren mantenerse en el marco interno de las negociaciones, pese a ello el Ayuntamiento asegura que «son muy interesantes, desde el punto de vista industrial que ellos necesitan, y muy buenas también para la población, ya que están lejos». Pese a ello, las negociaciones quedaron en stand by. «Paradójicamente nos quedamos atrapados, porque como nos habían tumbado el POUM de 2013, con el plan general de 1995 había menos retorno en viviendas y, por tanto, con la legalidad de entonces y la que tenemos ahora con las normas no podemos llegar a acuerdos, porque el retorno económico es inferior».
Sacar los depósitos y hacer ciudad al otro lado del río es una de las grandes apuestas del gobierno de cara al POUM que ahora se está redactando. Junto con Horta Gran son dos sectores que se están estudiando con especial interés con el objetivo de empezar a desdibujar la trinchera que representa el Francolí que, por otro lado, quiere potenciarse como zona agrícola y como una de las puertas de entrada a la Anella Verda. El objetivo es «ligar con un continuo urbano el centro de la ciudad con Icomar, Riu Clar, Torreforta y, por extensión, los barrios de Ponent», añade el responsable de urbanismo.
Que para ir de estos barrios al centro no tenga que seguirse por al lado de una carretera, rodeada por naves y descampados, es un reto. También lo es la transformación de la T-11 y la N-340 ‘a’ y ‘b’ en ejes más amables y aquí el futuro tranvía puede jugar un papel fundamental. En los próximos meses se hablará mucho de ciudad compacta, cohesión y sostenibilidad, entre otros conceptos. Para la gran mayoría de la gente un POUM es algo abstracto, que no se sabe muy bien para qué sirve. Los POUMs son esto, dibujan las ciudades del futuro.