Un fuerte estruendo sacudió la sobremesa de ayer domingo en buena parte de la Rambla Nova de Tarragona. Una explosión de gas dentro del restaurante japonés Koyo, situado en el número 26 (cerca del Balcó del Mediterrani), terminó con un balance de siete heridos, cinco de carácter leve y dos menos graves, además de la rotura de cristales del escaparate del local y la caída del falso techo.
Todos los afectados fueron derivados a los dos hospitales públicos de la ciudad: Santa Tecla y Joan XXIII, con ambulancias del SEM. Dos de las víctimas eran peatones y las otras cinco eran cocineros del restaurante. La deflagración tuvo lugar a poco antes de las 16 horas, cuando el establecimiento estaba cerrado.
Las llamadas al teléfono de emergencias 112 empezaron a entrar a las 15.57 horas y Bombers activó un total de siete dotaciones, la Guàrdia Urbana de Tarragona varias patrullas, Mossos también a sus unidades de apoyo y el SEM también se llevó hasta allí media docena de ambulancias para actuar ante posibles personas heridas.
Las causas de la explosión de gas todavía son inciertas y el informe que elaborará Mossos (responsables de la investigación) tardará unos días en conocerse la principal hipótesis de lo ocurrido.
Esa misma mañana de domingo, el restaurante avisó a la compañía distribuidora porque había notado un fuerte olor a gas en la cocina. La empresa envió a sus técnicos, que detectaron una fuga en una tubería que daba acceso a uno de sus electrodomésticos. Se cortó la llave de paso y se precintó.
Por la tarde, una vez pudieron entrar Bombers, Mossos, Guàrdia Urbana y técnicos en el interior del local se vio que el precinto de la mañana estaba roto, lo que podría indicar que alguien manipuló la llave de la tubería con fuga.
La onda expansiva de la explosión se llevó por delante cristales y el falso techo de alguna de las dependencias. También dañó un local de la calle Armanyà, con la que hace esquina este inmueble de la Rambla Nova.
Con los heridos atendidos y trasladados, se fue revisando el local. Primero Bombers y luego el arquitecto municipal visitaron el local y el edificio, garantizando la estructura del mismo.
El alcalde, Pau Ricomà, se acercó para conocer de primera mano qué había ocurrido. Lo hizo acompañado de la consellera de Seguretat Ciutadana, Cristina Guzmán. El alcalde explicó que la explosión había tenido lugar cuando el restaurante estaba cerrado y ello evitó una desgracia aún mayor.