La emoción de 700 voces infantiles celebra el patrimonio de Tarragona

Música. Un público entregado aplaudió sin descanso a los alumnos de quince escuelas de la ciudad en las tres funciones de la cantata ‘Amics de Pedra’. Fue un regalo a la altura para celebrar los 25 años de Tarragona como patrimonio

04 abril 2025 20:12 | Actualizado a 05 abril 2025 07:00
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A Lina (9 años), alumna de la Escola Ponent, le brillan los ojos cuando se le pregunta qué le ha parecido la experiencia de ponerse delante de un Teatre Tarragona lleno hasta la bandera. Ella era una más en el mar de voces infantiles que ayer no dejaban un hueco libre en el escenario durante la representación de la cantata ‘Amics de pedra’. Lina no va a clases de música fuera de la escuela, pero confiesa que «me encantan las representaciones». Se le dibuja una sonrisa enorme cuando le preguntamos si de mayor se vería como actriz de un teatro musical.

Pol, de 10 años, alumno del Col·legi Sant Pau, reconoce que al principio del espectáculo solo estaba pendiente de ubicar a sus padres con la mirada y Sergi, de la misma edad y alumno de la Escola Cèsar August, admitía que al principio sentía un poco de nervios, pero después le podía la responsabilidad de que todo saliera bien.

Todo esto lo contaban a la salida del teatro, pero minutos antes la mezcla de todas esas emociones infantiles y el buen hacer de un grupo de músicos profesionales (que se involucró en el proyecto de manera altruista), habían conseguido un resultado de gran factura. La cantata ‘Amics de pedra’ llenó el Teatre Tarragona en las tres sesiones que se organizaron para que actuaran los 700 alumnos que participaban. Era una manera de celebrar el 25 aniversario de la declaración del conjunto arqueológico de Tarraco como patrimonio mundial de la humanidad por parte de la UNESCO.

Humor y patrimonio

La música de la cantata es de Joan Vives y, aunque se había estrenado en 2014, fue renovada expresamente para esta ocasión. El texto es del poeta Adrià Targa y cuenta, con una buena dosis de humor, las aventuras y desventuras de una maestra interina (un poco sobrepasada por las circunstancias) y sus traviesos alumnos durante una visita al Museu Nacional Arqueològic de Tarragona. Los niños que cantan en la obra, de hecho, tuvieron la oportunidad de participar en visitas al museo y en actividades expresamente preparadas para ellos para conocer el pasado romano.

Los vídeos de gran formato ayudaron a los espectadores a meterse en la historia, cuya dirección musical y escénica estuvo a cargo de Xavier Pastrana y Marc Chornet Artells, respectivamente. Los solistas fueron Emma Clarke y Evan Dedes y el conjunto instrumental estuvo formado por profesores de la Escola Municipal de Música, de la Escola i Conservatori de Música de la Diputació a Tarragona y de l’Estudi de Música.

Lo que tal vez no salía en los créditos y merece tantos o más aplausos, es la forma cómo se gestó la idea de mezclar a tantas voces. La iniciativa surgió, como contaba Alexis Lanza, director de la Escola de Música, de un grupo de docentes de los centros donde se imparte música en la ciudad, junto con otros que trabajan en escuelas. Su intención era no solo conseguir que los niños tuvieran nuevas experiencias culturales, sino ‘coser’ una ciudad dispersa y separada por barreras que no son solo físicas. Viendo al público diverso aplaudir emocionado quedaba claro que el objetivo estaba más que cumplido.

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