Si los datos que circulan por la red no engañan, Josep Maria Flotats cumple, hoy sábado 12 de enero, 80 años y lo celebrará en el Teatre Tarragona con un pase de la obra en la que actúa y dirige, ‘Voltaire. Rousseau. La disputa’. Antes de presentar su propuesta en Tarragona, Flotats nos atiende para contrarnos todos los detalles de su última producción con un catalán perfecto que guarda un deje francés y una perfecta corrección inglesa.
La actuación de hoy sábado en el Teatre Tarragona significa el inicio de una gira en Catalunya que, este 2019, les llevará a escenarios de todo el Estado. ¿Por qué eligió este texto basado en el pensamiento de Rousseau y Voltaire para llevarlo a escena?
Desde el primer momento me pareció una enorme oportunidad poder trasladar este texto, que combina un alto nivel cultural con un lenguaje sencillo, y que además, cuenta con el innegable atractivo de adentrarse un poco más en las mentes de dos auténticos pesos pesante de la Ilustración. Cuando se profundiza en el mundo de su literatura, el espectador se da cuenta que sus posicionamientos en la mayoría de aspectos son totalmente opuestos pero, a la vez, son honestos en su configuración y totalmente contemporáneos. Es un texto bipolar que creemos que tiene un gran interés.
¿Cuál es el punto de partida de ‘La disputa’?
La obra arranca a partir de un planteamiento aparentemente trivial; Un panfleto anónimo acusa Jean Jacques Rousseau de haber abandonado sus cinco hijos.Rousseau recurre a Voltaire para averiguar juntos quién es el autor de esta abominación, lo que plantea la oportunidad de asistir a una gran escena doméstica, donde los dos filósofos enfrentan sus ideas sobre Dios, la igualdad, la educación y el teatro. Los espectadores se encontraran con dos maneras igualmente generosas pero muy diferentes de concebir la sociedad, a partir de los roles que interpretamos conjuntamente con el actor de Tortosa, Pere Ponce.
El planteamiento de opiniones contrapuestas es el nudo del texto. ¿Es la discusión uno de los géneros discursivos con más capacidad dramática?
Es inevitable que sea atractivo para ser llevado a escena, porque es un diálogo que, además, expone las opiniones y manera de ver el mundo de dos de los más importantes enciclopedistas de uno de los períodos históricos que más han influido en el futuro.
El texto original parte del trabajo de Jean-François Prevand y fue pubicado en 1991...
Sí. Es un trabajo realmente delicado, casi milimétrico, porque recoge opiniones reales de los dos pensadores y las une formando un intercanvio de opiniones que se basa en razonamientos reales pero que, al mismo tiempo, permite imaginar la conversación. Es un texto fresco, brillante y en el que no faltan algunos momentos de ‘mala baba’ totalmente necesarios.
¿Es arriesgado presentar una producción basada en ideas filosóficas? ¿La producción se aleja de los problemas reales de los espectadores?
Todo lo contrario. Este es uno de los grandes atractivos de la obra, que no trata sobre la filosofía en si misma, sino que nos muestra a dos grandes filósofos hablando de la vida. De hecho, de alguna manera, la obra pone de manifiesto que a todos nos preocupan los mismos grandes temas y ofrece la posibilidad de asomarse a los razonamientos de unos primeros espadas de lujo.
¿Qué temas universales que son de total actualidad hoy día encontraran los espectadores de Tarragona que se animen a ir a ver ‘Voltaire. Rousseau. La disputa’?
Hay varios momentos en los que los temas que se tocan tienen una absoluta relación con los problemas actuales de la sociedad. Por ejemplo, el debate de la separación de poderes tiene un peso importante en el texto. ¿Cómo es posible que en pleno período de monarquias absolutistas, dos pensadores hablaran y defienderan con tanta libertad de la separación deI Estado y la Iglesia? Porque estaban exiliados, pero también porque eran dos intelectuales probablemente avanzados a su tiempo, como muestra su radical vigencia.
Así, uno de los grandes atractivos es contemplar las ideas de ambos...
Sobretodo, queremos que los espectadores asistan a dos maneras totalmente opuestas de considerar la sociedad. Rousseau es más apasionado y considera que se debe destruir todo y empezar desde cero, es el primer romántico antes del género, y Voltaire opina que no se puede ser tan radical. Son dos planteamientos opuestos, pero igualmente generosos.
¿Cree que hoy en día, tanto Rousseau como Voltaire seguirian manteniento las ideas que defiendieron en su momento? ‘
Es dificil de decir, pero creo que sí. Voltaire era un socialdemócratadeclarado brillantísimo y reconocido, cuando este concepto no existía, por la sociedad de su época y Rousseau anticipó, de alguna manera, las ideas comunistas i marxistas. A su manera, hoy día podrían ser conasiderados como activistas comprometidos con la sociedad.