La policía ha incorporado nueva tecnología tras el aumento de crimen organizado. En total, los últimos siete equipos que han comprado los Mossos d’Esquadra se utilizan para realizar estudios forenses tras el incremento de estos episodios en Catalunya.
En el último año, se ha invertido más de un millón de euros para dotar el cuerpo de instrumentos como un lector de entornos con láser, una cámara de alta velocidad o un dispositivo para determinar la distancia a la que se ha disparado un arma.
Tal y como ya publicó el Diari, la policía sitúa la rivalidad entre bandas de narcotraficantes como un motivo del incremento de uso de armamento. Principalmente, el aumento de la violencia está estrechamente vinculado al cultivo y comercio de marihuana. De hecho, el año pasado, en Catalunya, se registraron trece homicidios con arma de fuego, cuatro por encima de la media de la última década.
En esta línea, el objetivo de las nuevas herramientas policiales es incrementar el nivel de resolución de investigaciones vinculadas con el crimen organizado. Esto va desde establecer conexiones entre hechos ocurridos en lugares y días diferentes, hasta encontrar impactos de tiros sin plomo o entrar en la escena de un crimen desde un ordenador para reconstruir la trayectoria de una bala.
Este último caso es el del escáner 3D Faro, un aparato que rastrea con tecnología LIDAR (Laser Imaging Detection and Ranging) un espacio, ya sea abierto o cerrado, para poder conseguir muchas imágenes, y que permite realizar recreaciones en tres dimensiones para navegar por el espacio.
«La mayor parte de avisos siguen llegando por la colaboración ciudadana», Marc Bayón, jefe de la Unitat d’Investigació del ABP del Tarragonès
«Nos permite reproducir el escenario de un crimen, lo capturamos y lo llevamos a laboratorio y, si a lo largo tiempo cambia una tesis, nos permite tomar medidas milimétricas con un margen de error ínfimo», explicó durante su presentación el jefe de la científica catalana, el intendente Xavier Sellart.
El cuerpo también ha incorporado el Evofinder, un sistema automático para identificar balas, que permite determinar si dos proyectiles han sido disparados por una misma arma. De hecho, desde su incorporación, el equipo investigador ya ha podido resolver determinados casos o relacionar algunos de ellos entre sí gracias a la aplicación de este sistema.
También ha facilitado el trabajo el iForenLIBS, que permite determinar la distancia a la que se ha efectuado un disparo sin la necesidad de llevar a cabo comparativas manuales, o una cámara de alta velocidad que captura un millón de imágenes por segundo para estudiar, en este caso, el recorrido y la consecuencia del impacto de una bala.
Los otros aparatos incorporados son un microscopio electrónico que determina la presencia de residuos de disparos de munición no tóxica en superficies, y dos escáneres –ToolScan y TrasoScan– que permiten comparar huellas de la escena de un crimen o las marcas producidas en un robo.
«El ‘3D Faro’ nos permite reproducir el escenario de un crimen, lo capturamos y lo llevamos a laboratorio», Xavier Sellart, jefe de la científica de los Mossos d’Esquadra
Chivatazos y colaboración
Algunas de estas herramientas, como el sistema SIVE o los drones, se utilizan para alertar de hechos delictivos. ¿Cómo es más habitual que se entere la policía de que está llevándose a cabo una actividad ilícita? De diferentes formas.
«Puede ser por comunicaciones realizadas por colaboradores o ciudadanos que avistan una embarcación o que notan un olor raro, por investigaciones propias, por conversaciones telefónicas o movimientos de determinadas personas... Cuando no disponemos de ningún indicio externo, lo más efectivo que tenemos sí que es el sistema SIVE», asegura el jefe de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la comandancia de la Guardia Civil de Tarragona, Héctor Muñoz.
Por su parte, el jefe de la Unitat d’Investigació del Àrea Bàsica Policial (ABP) del Tarragonès, el subinspector Marc Bayón añade que existe «la colaboración de todos los sectores». Se refiere a actores como las compañías eléctricas, que avisan cuando detectan un consumo fraudulento, y a otras fuentes de información. «Durante todos estos años, se ha generado una gran inteligencia policial», destaca.
Pone el foco en los grupos de salud pública que existen en las unidades de investigación de los Mossos y que atacan el tráfico de drogas: «Son expertos en saber cuándo algo es importante, cosas que otras personas no detectan». «Con una simple comprobación, nosotros podemos descubrir si en un inmueble hay posibilidades de encontrar una plantación de marihuana», sentencia.
Bayón comenta que «la mayor parte de avisos siguen llegando por la colaboración ciudadana, y eso es un elemento que muestra que se confía en la actividad policial y que esta da resultados». No obstante, la policía sigue dedicando esfuerzos a su modernización para no quedarse atrás ante la innovación del crimen organizado.