Fenómenos como el sucedido este martes en Valencia podrán tornarse cada vez más frecuentes y más intensos. Así lo explica el profesor del Departament de Geografia de la Universitat Rovira i Virgili, Òscar Saladié. El investigador recuerda que este tipo de fenómenos son habituales en el Mediterráneo, pero podrían intensificarse debido al Cambio Climático.
DANA es el acrónimo de ‘Depresión Aislada en Niveles Altos’ y el profesor explica que son borrascas aisladas que se generan en niveles altos de la atmosfera, a unos 9 kilómetros de altura, y que luego descienden tanto altitudinalmente como también latitudinalmente, hasta la Península Ibérica. Cuando estas masas de aire frías (que pueden tener un comportamiento errático o quedarse estacionarias en un mismo sitio) entran en contacto con masas de aire a un nivel inferior, en contacto con el mar Mediterráneo (unas masas de aire y un mar que en esta época todavía tienen una temperatura relativamente elevada), el resultado es inestabilidad atmosférica, un movimiento vertical de aire más cálido que condensa hasta saturarse, provocando lluvias de muy alta intensidad.
El calentamiento progresivo del Mar Mediterráneo, una de las consecuencias del Cambio Climático, hace prever que fenómenos como éstos se repitan y sean más intensos,
Señala el experto que si bien hay niveles de precipitación capaces de causar problemas; «con 200 litros tendrás problemas sí o sí» , advierte, el impacto será distinto en función de lo que se encuentre toda esa agua cuando llegue al suelo. «Dependerá de si se encuentra con espacios muy antropizados (modificados por los seres humanos), con la ocupación de rieras de ríos, de zonas inundables, de estructuras que impiden el paso natural del agua... Los daños irán en función de cómo sea la ocupación del territorio», señala.
Aunque el fenómeno afectó sobre todo a Valencia, un nivel de precipitación similar habría sido probable en Tarragona si se hubieran dado las circunstancias. Pero insiste, las consecuencias de estos fenómenos no tienen que ver solo con la cantidad de agua que cae, sino con cómo es el territorio donde cae, y cree que allí es donde deberían estar actuando ya las administraciones. Recuerda que en la demarcación de Tarragona ya hemos tenido ejemplos de DANAS recientemente, aunque no comparables con lo del martes.
Cree también que debería haber una responsabilidad compartida entre las administraciones y la ciudadanía para prevenir la pérdida de vidas humanas tal como ha sucedido. Aunque reconoce que las DANAS, al encontrarse en niveles altos, no son fáciles de predecir con demasiada antelación, la ciudadanía debe ser avisada cuanto antes. Los ciudadanos, por su parte, deberían actuar en consecuencia para minimizar riesgos y acostumbrarse a no subestimar los avisos