Decepción en el Ayuntamiento tras la visita del presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, el pasado jueves a Tarragona, en la que no concretó cuál será el apoyo financiero del gobierno central a los Juegos Mediterráneos de 2017 porque, dice, antes quiere conocer más detalles del proyecto.
Tras las reacciones de los dos partidos más directamente implicados (el PSC, quegobierna en el Ayuntamiento, y el PP, que lo hace en Madrid), que llegaron el mismo jueves, ayer fue el turno para los otros cinco partidos presentes en el consistorio. Y, de ellos, hay cuatro que hablan abiertamente de renunciar a la cita.
«La visita fue más de lo mismo y lo único que sabemos seguro es que la relación entre el presidente del CSDy el alcalde está viciada, que gobierno central y ayuntamiento nunca habían hablado de cantidades, y que los que saldremos mal parados de todo este proceso seremos los ciudadanos de Tarragona», vaticina el portavoz de Ciutadans, Rubén Viñuales, para quien la solución es clara:«Si no hay dinero, los Juegos no se hacen». En este sentido, Viñuales desea «más que nunca» conocer «cuál es ese plan B del que habla el gobierno de Ballesteros para el caso de que el gobierno central no se implique», porque «el tiempo se echa encima».
‘Exigimos abandonar’
También se manifestó con dureza el portavoz de ERC, Pau Ricomà. En rueda de prensa, el republicano no dudó en «exigir» que el equipo de gobierno «abandone el proyecto de los Juegos, dada su incapacidad para llevarlos a cabo». Para Ricomà, la «imprescindible complicidad entre administraciones no se ha producido», por lo que el proyecto no tiene garantías. «El legado puede no ser positivo, si la deuda es insostenible. Es irresponsable seguir adelante sin ningún tipo de compromiso en este sentido», asegura el líder de Esquerra. Y, en todo caso, reclama una consulta ciudadana para comprobar «si el apoyo social a los Juegos es tan generalizado como dice el equipo de gobierno».
Desde la CUP, Laia Estrada sólo vio en Cardenal «declaraciones de buenas intenciones, insistiendo en que los Juegos se harán pero sin concretar qué pondrán de su parte». Además, la ausencia de compromiso del Estado es, para la CUP, «sólo un factor». «Seguimos denunciando que lo más importante en estas cosas es el legado que dejan, y ahora mismo el legado básicamente sería deuda».
Por eso, Estrada insiste en que en este contexto lo más prudente sería renunciar a la organización. Aunque la CUPes consciente de que ahora mismo esa postura no es mayoritaria en el Saló dePlens, sí la considera lo bastante numerosa como para que como mínimo el asunto se debata:«Ballesteros prometió en campaña más diálogo y participación. Si sumamos los concejales de CUP, ERC, ICV y C’s, aun no siendo mayoría somos el 40% del consistorio. Tirar adelante un proyecto así con el 40% del consistorio en contra no es lo más dialogante precisamente», recuerda.
En la misma línea, la concejal de ICV, Arga Sentís, lamenta que tras la visita del secretario de Estado «quedan abiertas todas las incertidumbres». «Debemos ser realistas. No sólo es posible que el legado no sea positivo. Es que puede que sólo sea endeudamiento. Hace falta racionalidad para tomar la decisión que más conviene a la ciudad, aunque cueste», concluye Arga, en referencia a renunciar a organizar la cita.
CiU sí quiere los Juegos
Sólo Albert Abelló, portavoz de CiUen el Ayuntamiento, se mostraba ayer partidario de seguir hacia adelante:«La visita de Cardenal se produce con dos años de retraso. La parte positiva es que si viene a Tarragona es porque hay predisposición del gobierno central a colaborar con los Juegos, como no podía ser de otra manera. Deberemos esperar estas dos semanas para ver cómo colabora exactamente el Estado. Pero está claro que a día de hoy los Juegos ya no tienen vuelta atrás. Hay que hacerlos y hacerlos bien. El punto actual ya es de no retorno. Renunciar ahora sería un descrédito para la ciudad», afirma el portavoz convergente.
