Como cada 12 de julio, el Il·lustre Col·legi de l’Advocacia de Tarragona (ICAT) convocó ayer una rueda prensa para reivindicar la labor del abogado de oficio y la necesidad de dignificar su trabajo.
Estela Martín es la decana del ICAT, razón por la que conoce de primera mano las precariedades a las que se enfrenta el turno en nuestra localidad. Entre ellas, destacó la necesidad de un aumento de la remuneración, una mejora que llevan promoviendo desde hace muchos años.
Arguyó que, gracias a las negociaciones llevadas a cabo por los catorce colegios de abogados de Catalunya con la Generalitat, el año pasado consiguieron que la remuneración aumentara en un 2%. Sin embargo, declaró que los abogados de oficio «siguen sin recuperar el poder adquisitivo que tenían en 2018», y que, de media, perciben «unos mil euros mensuales brutos». Aun así, deben hacerse cargo de todos los costes: el coche, el despacho, la seguridad social, la luz y el agua, entre otros. Asimismo, calculó que, teniendo en cuenta las horas que están «realmente de guardia», cobran menos de cinco euros la hora.
8,16 es la puntuación que ha dado la ciudadanía al servicio de orientación jurídica
En cuanto a las guardias, señaló un segundo problema, ya que «no se cobran a no ser que se produzca una asistencia». Esto implica que el abogado o abogada que esté de guardia, a menudo «esté pendiente del teléfono durante veinticuatro horas sin recibir ningún tipo de compensación».
La decana reivindicó que esta remuneración tan reducida se debe a una norma del 1996 en la que se marcaban unos ratios: «Si no se llegaba a un número mínimo de víctimas, no se dotaba la guardia.» No obstante, alegó que el trabajo que se realizaba en el año 1996 no es el mismo que se realiza en la actualidad.
Más demandas
La decana prosiguió a describir otra de las demandas que promueven desde el ICAT: «Estamos solicitando que en ciertos turnos se aumente la cantidad de abogados». Afirmó que, por ejemplo, los casos de violencia de género, por su tipología, requieren «una dedicación casi exclusiva». Aun así, según explicó, actualmente un mismo abogado debe atender a varias víctimas a la vez. Añadió que, cuando esto ocurre, «no puede ofrecer un servicio de la misma calidad que si solo atendiera a uno».
Del mismo modo, recalcó que, a día de hoy, siguen sin contar con espacios donde reunirse con sus clientes. Esto significa, por ejemplo, que las víctimas, a menudo, deben compartir detalles delicados y dar sus datos personales en medio de un pasillo. Explicó que la solución estaría en construir unas dependencias adecuadas. «El Palacio de Justicia se pensó hace muchos años, y lo llevamos pidiendo veinticinco años seguidos», indicó.
Un servicio de calidad
A pesar de las precariedades, tanto Estela Martín como Maria Granja, Diputada Quinta del ICAT, consideraron que el turno de oficio proporciona un servicio de calidad. Granja, además, especificó que «el turno de oficio es vocacional», y que a pesar de la baja remuneración, están disponibles y proporcionan sus servicios a todas esas personas vulnerables que la necesitan.
La puntuación que ha dado la ciudadanía a los Serveis d’Assistència Gratuïta i Torn d’Ofici corrobora sus declaraciones. Por ejemplo, el servicio de orientación jurídica ha recibido una puntuación de 8,16.
Un homenaje
Durante la rueda de prensa de ayer, además, se aprovechó para homenajear la larga trayectoria de Ferran Casas Bonastre como abogado de oficio, que quiso reconocer la labor de sus compañeros y compañeras: «dedican los 365 días del año a estar al pie del cañón». También agradeció los esfuerzos de los miembros del Col·legi de l’Advocacia, «sin los que el turno de oficio no estaría tan bien montado como lo está».