El Tribunal Supremo (TS) no ha admitido a trámite el recurso de casación que presentó un condenado a un año de prisión por haber provocado un incendio para vengarse de su expareja sentimental en Tarragona. El fuego afectó once motocicletas, un árbol, un semáforo, un quiosco de la ONCE, la fachada de un edificio y una parafarmacia.
El recurso tenía como único motivo la vulneración del derecho a la presunción de inocencia. Entendía que únicamente se contó con prueba indiciaria y que la conclusión condenatoria obedecía a una «conjetura o elucubración».
Señalaba que las manifestaciones de dos agentes policiales y de otros dos testigos habían sido «incorrectamente interpretadas». Pero para el Supremo, estos alegatos ya fueron resueltos por la Audiencia Provincial en la sentencia de apelación.
Los magistrados del TS señalan que los alegados del acusado son contrarios a los hechos que fueron considerados probados. El 13 de diciembre de 2017, el acusado coincidió con su antigua pareja en un bar de Tarragona. Llevó en dicho vehículo a su excompañera hasta otro bar, situado en la calle Felip Pedrell.
En una hora indeterminada pero antes de la 1.10 horas del día 14, el procesado puso pegamento en el contacto de la moto reseñada, que estaba aparcada. Su usuaria, al ir a arrancarla, se percató de ello. Pero como el pegamento estaba recién puesto y no estaba solidificado, pudo arrancar el vehículo. Se marchó a un bar que regentaba una amiga suya, en la Plaça dels Sedassos.
El acusado, posteriormente, acudió a pie donde se encontraba su expareja, llegando sobre las dos y media. Pero la dueña del establecimiento no le dejó entrar. Minutos después, la antigua compañera y sus acompañantes se marcharon a otros bares de la Part Alta, hasta donde les siguió el encausado. Este, sobre las tres acabó abandonando el lugar sin más incidentes.
Pero aproximadamente media hora más tarde se presentó en la zona de aparcamiento de motos que hay en una especie de puente que une la plaza Verdaguer con la calle Girona. Allí, localizó la moto de su expareja, a la cual le quitó el retrovisor.
Un usuario que iba a estacionar su motocicleta le sorprendió gritando, haciendo reproches a su pareja. Decía que la moto la seguía pagando él pero que la disfrutaba ella.
Al suelo
Posteriormente, el acusado tiró al suelo la moto de su expareja y prendió fuego al depósito de gasolina con uno de los mecheros que llevaba. Era plenamente consciente que, además de destruir la moto referida, el incendio podía extenderse dada su proximidad a otras motos, al mobiliario e incluso a los edificios, lo cual finalmente sucedió.
El acusado se marchó del lugar y fue interceptado sobre las 4.45 horas por una patrulla de los Mossos d’Esquadra mientras caminaba por la carretera N-340, en la zona de Ponent. Los agentes hallaron entre sus ropas varios mecheros y un bote de pegamento de contacto.
El acusado efectuó reproches dirigidos a su expareja. Debido al incendio, diversos vecinos fueron desalojados de sus viviendas.