La sexta ola se repliega en Tarragona casi tan rápido como llegó. El número de contagios diarios es alto –ayer, 1.858 casos notificados por el Departament de Salut– pero los indicadores epidemiológicos son muy positivos y el escenario que se adivina para los próximos meses es optimista.
El riesgo de rebrote se desplomó en una sola jornada más de 200 puntos tanto en la región del Camp de Tarragona como en el Ebre. La Rt o velocidad de contagios es la más baja casi en dos años de emergencia sanitaria. Esa tasa de infecciosidad que debe ser inferior a 1 para que la pandemia decrezca es ahora de 0,65. Hay que volver a junio de 2020, tras el Gran Confinamiento domiciliario de la primera ola, para ver en la provincia una cifra tan baja, según los datos oficiales de Salut.
Los contagios han caído a la mitad en dos semanas: de los más de 25.000 que había en la semana del 15 de enero a los 12.000 a inicios de este mes. De ellos se ha beneficiado la atención primaria, aún con una carga alta de trabajo, pero en descenso y con un cierto alivio.
La comparativa es elocuente: a mediados de enero había 38.000 visitas semanales en los CAP de Tarragona por motivos de Covid-19. El dato actual es de 21.000, aún más elevado que el máximo de la quinta ola del verano pasado, pero ya lejos de ese tope alcanzado en este inicio de año con los estragos que ha causado ómicron.
El bajón de la incidencia es generalizado en todas las franjas de edad, según los datos de Salut, pero es especialmente notable entre los menores de 15 años, que durante esta oleada habían alcanzado cotas muy elevadas.
Otra batalla distinta y más costosa es la que se libra en los hospitales, aún con un número de pacientes alto. El Departament de Salut registró ayer 17 pacientes menos ingresados con Covid-19 en la provincia. Hay 259 personas hospitalizadas por el impacto del virus, algo menos que el máximo de esta oleada, alcanzado a finales de enero (271).
La dinámica es de estabilidad y de un retroceso que, eso sí, es lento. Aún costará semanas desalojar a los centros sanitarios de estos enfermos de coronavirus. Lo mismo sucede con las UCI, instaladas en la estabilidad prácticamente desde principios de año. Hay 45 tarraconenses críticos. Las unidades están llenas, pero lejos del colapso absoluto de otros momentos de la pademia, gracias básicamente a los efectos de la vacunación. En Catalunya hay un progresivo descenso de las UCI, la parte más sensible del sistema. Hay 396 pacientes, lejos del umbral peligroso de los 600 o 700 casos que hubieran comprometido a la sanidad de una forma extremadamente delicada.
Ayer también hubo un respiro en cuanto a la mortalidad. No se notificó ningún fallecido, ni en la provincia ni en Catalunya. Desde el inicio de la pandemia han perdido la vida 1.543 personas en Tarragona. 123 de esos fallecimientos han sido en esta sexta ola, desde noviembre.
