El histórico Josep Fèlix Ballesteros –concejal desde 1983 (con el paréntesis entre 1999 y 2003), líder socialista en la Plaça de la Font desde 2003, alcalde entre 2007 y 2019 y ahora edil en la oposición– tendrá relevo antes de este verano. A poco más de un año para las próximas elecciones municipales, la maquinaria del partido con sede en la calle Ramón y Cajal ultima el engranaje previo para iniciar en las próximas semanas el proceso para escoger a su segundo alcaldable en Tarragona del siglo XXI (al anterior a Ballesteros fue Xavier Sabaté, en 1999).
No es ningún secreto que el nombre que está en pole position para ser el cabeza de cartel dentro de 15 meses es el diputado en el Parlament Rubén Viñuales, que anteriormente ya ha sido candidato en 2015 y 2019 con Ciutadans. En diciembre de 2020 rompió con la formación naranja para ser el número ‘2’ de Rosa Maria Ibarra en las autonómicas del 14F de 2021. Conseller de Justícia del Govern Alternatiu de Salvador Illa y militante desde hace un año, en el entorno del PSC se da por hecho que él será el escogido. De hecho, el abogado y concejal tarraconense entre 2015 y 2020 tiene contacto habitual con el grupo municipal, participando en los principales posicionamientos en el Saló de Plens con el grupo municipal.
Con Viñuales ya en el horizonte, las sensaciones electorales de cara a la cita del próximo año son positivas en el PSC, hasta el punto de no dar credibilidad al reciente sondeo encargado por Esquerra Republicana al Institut Opinòmetre–publicado este martes por el Diari–, que daría una ligera ventaja a los independentistas por el estrecho margen de un edil: 7-8 para los de Ricomà por los 6-7 que tendrían los socialistas, que en estos momentos contarían con una intención directa de voto del 13,4% frente al 16,1% que se prevé para el actual alcalde.
Los socialistas justifican estos resultados, pese a no darle valor empírico, en el hecho de que la candidatura del PSC aún no tiene cabeza de lista. Pese a ello, hay mucho optimismo. De hecho, las estimaciones que se dibujan en la sala de máquinas socialista calcula un notable crecimiento de cara a 2023, que se centraría principalmente en recuperar el terreno perdido durante los últimos años con la exformación de Viñuales –que en 2019 logró cuatro concejales–. Las debacles en el Parlament, la Asamblea de Madrid, las Cortes Generales y en Castilla y León han consolidado esta tesis, que no se sustenta en ningún sondeo propio, sino en «sensaciones con la ciudadanía». En este sentido, los socialistas prevén recuperar entre dos y tres concejales frente a Ciutadans para poder aspirar a recuperar la vara de mando perdida hace 32 meses pese a ser la formación más votada.
Un proceso de 20-30 días
Inicialmente, la idea era la de poner en marcha el proceso este mes de febrero, pero el timing se ha retrasado para definir a la vez los alcaldables de las cuatro capitales de provincia. Desde Tarragona, ya hace semanas que se ha informado a la dirección nacional de la voluntad de hacer los primeros pasos, pero el calendario no se definirá hasta mediados de marzo para convocar la presentación de candidaturas «entre abril y mayo», según indica el Primer Secretari en Tarragona, Santi Castellà.
A partir de ese momento, si se presenta más de un aspirante se convocarían elecciones primarias, en un proceso que se quiere que sea ágil. «Entre la convocatoria y la proclamación del alcaldable queremos que solo pasen entre veinte y treinta días», afirma Castellà. El objetivo, pues, es tener cabeza de cartel a un año de las urnas para iniciar la etapa PostBallesteros y preparar el terreno para intentar dar el sorpasso a ERC en 2023.