El carril bici que enlazará Tarragona y Altafulla está cada vez más cerca. A día de hoy, el proyecto está redactado por parte de la Dirección General de Carreteras en Tarragona y tan solo falta la aprobación de Madrid para poner en marcha la maquinaria administrativa, que debe permitir iniciar unas obras largamente esperadas y que transformarán por completo el carácter de esta antigua carretera nacional.
El proyecto afecta a un tramo de unos 11 kilómetros de longitud entre la rotonda final de la Via Augusta y el límite con el municipio de Altafulla, a través de la N-340. Con la entrada en funcionamiento de la A-7 el tráfico de vehículos de este eje se ha reducido notablemente, mientras que en su entorno hay numerosas urbanizaciones y establecimientos de camping, lo que se ha traducido en un incremento de personas que ya lo utilizan tanto caminando como para ir en bicicleta, aunque ahora las medidas de seguridad no acompañan.
Según el proyecto al que ha tenido acceso el Diari, el nuevo carril bici se iniciará a unos 100 metros de la glorieta de acceso a la salida de la Via Augusta. Se trata de la rotonda que da acceso a la A-7 y a la zona de playas. En este primer tramo, este eje se situará en el lado derecho, aprovechando la acera que se ampliará.
A 200 metros del origen cruzará la calzada lateral de acceso a la estación de servicio y seguirá por la terciana hasta la salida de estas instalaciones. A partir de este cruce, esta plataforma discurrirá paralela a la N-340 por el lado derecho, sorteando los obstáculos que se va encontrando por el camino, como el puente de acceso a Cala Romana, que obligará a desplazar el eje de la carretera hacia el lado de montaña.
También rodeará por el lado mar la intersección de acceso a la Platja Llarga y la pasarela peatonal que hay en este ámbito, hasta llegar a la glorieta de acceso a la urbanización de Boscos. Aquí se encontrará con una segunda estación de servicio y la solución propuesta es la misma que en la primera, de forma que unos metros más adelante el carril cruzará bajo el ferrocarril, aprovechando un paso existente, y seguirá junto a la vía del tren por el lado mar, hasta llegar al acceso principal a la urbanización de La Móra.
En este punto, el carril cruzará de nuevo por debajo de la vía del tren, aprovechando un paso existente, y seguirá por el lado mar hasta las calles Terra Alta y Carrer N de La Móra. Al final de esta última calle, la plataforma seguirá por el puente del Camí de Tamarit, para acceder a un tramo antiguo de carretera y enlazará de nuevo con el trazado de la carretera N-340 hasta el municipio de Altafulla.
Vial para peatones y bicicletas
La habilitación de esta plataforma comportará que se desplacen los ejes de la carretera nacional, que ahora tiene dos carriles de 3,5 metros de ancho y un arcén de 1,5 metros a cada lado. Según indica el proyecto, los coches se moverán un metro hacia el costado izquierdo, de forma que manteniendo el ancho de los carriles quedará espacio por la derecha para la habilitación de este espacio para las bicicletas y peatones.
En la actuación se han previsto diferentes soluciones para que el carril mantenga su anchura máxima sin ocupar parcelas edificadas. Esto comportará que en algunos tramos esta plataforma tendrá un carril de hasta 2,5 metros para patinetes y bicicletas y otro de paralelo de 1,5 metros para peatones, mientras que en aquellos tramos más estrechos este vial será compartido.
El proyecto también especifica que el nuevo eje estará dotado de balizas luminosas en el borde del lado de mar, además de separadores de tráfico con la carretera y una barandilla ecológica.
La actuación forma parte de la negociación por el traspaso de carreteras entre el Estado y el Ayuntamiento de Tarragona. En mayo de 2019 se cerró el acuerdo para un primer paquete, que ya pasó a manos de la administración local, mientras quedaba pendiente cerrar este segundo bloque, que incluye la parte más significativa de estas carreteras que han quedado inseridas en la trama urbana y aún son titularidad del ministerio. Como contraprestación el Consistorio –que en adelante deberá hacerse cargo de su mantenimiento– exigió un seguido de inversiones entre las que se incluyen la habilitación de este carril bici.
La ampliación del puente del Francolí y la instalación de pantallas acústicas en la A-7 son los otros dos proyectos que financiará Madrid, según el acuerdo al que llegaron ambas partes.
Los tres proyectos suman una inversión de 6.207.192,4 euros (IVA incluido), que inicialmente se incluyeron en los Presupuestos Generales del Estado para este año y que finalmente se financiarán con los fondos europeos Next Generation.
«Este proyecto confirma que sigue adelante una inversión con la que nos comprometimos y que cambiará toda esta parte de la ciudad, de forma que los tarraconenses que vayan a la playa o los usuarios de los campings, además de los vecinos de todas estas urbanizaciones no tendrán que coger el coche», asegura el diputado del PSC de las comarcas tarraconenses, Joan Ruiz.
Ruiz se muestra convencido de que esta inversión «pondrá Tarragona un poco más en el mapa del turismo» ya que se trata de «un eje vertebrador» que además de enlazar las urbanizaciones de Llevant, tiene a su alrededor siete campings y un equipamiento como la Ciutat Residencial.
El proyecto no habla de plazos ni de calendarios de ejecución. Ruiz prevé que el inicio de las obras podría ser «el próximo mayo». Sin embargo, antes deberá resolverse el periodo de alegaciones que deberá abrirse y resolverse el proceso de expropiaciones, teniendo en cuenta que la ejecución de las obras comportará la ocupación de terrenos de titularidad privada y que estas están valoradas en 608.843 euros.
Asimismo, el hecho de que sea una obra vinculada a los fondos Next Generation comporta que el Estado tenga que cumplir con los plazos europeos, siendo esta una administración estricta en cuanto a los calendarios.
Finalmente, Joan Ruiz pone en valor que este es un proyecto «va en la línea» de la transición ecológica y el impulso a la nueva movilidad que está promoviendo el Gobierno de Madrid.
El carril bici de Llevant deberá completarse con otras actuaciones en la trama urbana de Tarragona para que en un futuro los vecinos de Bonavista puedan llegar en bicicleta hasta Altafulla y que esta se convierta en el medio de transporte de los tarraconenses para ir a la playa.