El mes de julio, el Port de Tarragona instaló ocho biótopos que simulan arrecifes para potenciar la biodiversidad de la zona. El éxito de estas estructuras permiten optar a las ayudas LIFE de la Unón Europea que serían utilizadas para ampliar la Anella Blava.
Se trata de un proyecto para recuperar la vida marina que contribuye también en fijar carbono y reducir la concentración de emisiones en la atmósfera, mitigando así los efectos del cambio climático. El objetivo es frenar a escala global la pérdida de biodiversidad que los mares y océanos están sufriendo a nivel global.
El éxito y los resultados de las experiencias anteriores han animado a los responsables del Port a ampliar el proyecto con el asesoramiento de la bióloga Puri Canals, doctora en ciencias biológicas y fisiológicas y presidenta de la Red Xarxa Mediterrània d’Àrees Marines Protegides (MedPan) desde 2009.
El presidente del Port, Saül Garreta, explica que “el éxito del parque subacuático es un ejemplo que queremos extender a toda la costa tarraconense para crear una auténtica Anella Blava que restaure el fondo marino y contribuya en la captura de CO2”.