La Autoritat Portuària de Tarragona (APT) acelera para que la ampliación del Moll de Balears, prevista para 2028, sirva para convertir las instalaciones tarraconenses en un nuevo hub de la energía eólica marina. Así lo enfatizó ayer el presidente del Port, Santiago Castellà, durante una charla en la Cambra de Comerç para explicar la hoja de ruta de los próximos años ante representantes políticos y empresariales de la demarcación.
Castellà tiene claro que la administración portuaria debe apostar por «la economía azul siendo un Port Verd» y, por ello, lanza un proyecto «metropolitano» para poner en liza una nueva industria: la eólica marina, que es una de las tecnologías que más expectativas generan en el sector debido al potencial crecimiento que está teniendo en otras regiones de Europa. «Tenemos las condiciones óptimas para acoger esta actividad, que será intensa dentro de seis o ocho años», resaltó Castellà, quien reconoció la competencia de Castellón y Almería. «Nuestra ubicación es estratégica, entre Barcelona y Valencia, y estamos a menos de 48 horas por mar del sur de Francia, Cerdeña, Sicilia y el parque Tramuntana de Roses», detalla el presidente portuario.
En concreto, el Port reserva unas 19 hectáreas de la futura ampliación del Moll de Balears –cuyas obras empezarán en 2026– para impulsar este nuevo clúster, así como también un espacio del Contradic de Ponent, donde habrá nuevos muelles.
El objetivo no es instalar molinos de viento en el mar tarraconense, que no se hará, sino generar una nueva industria que se dedicaría a llevar a cabo todos los procesos de fabricación, almacenamiento y ensamblaje de las partes de una instalación eólica offshore, con la fabricación de plataformas flotantes y el montaje de los aerogeneradores, a partir de piezas que podrían ser preparadas por empresas del territorio y enviadas a los grandes parques marinos del continente. La inversión que se llevará a cabo será de 75 millones de euros. Los cálculos en Castellón son los de generar entre 1.000 puestos de empleo directos y entre 4.000 y 5.000 indirectos.
«Nuevo ecosistema»
El presidente del Port apuesta por crear este nuevo «ecosistema», a partir del hecho de que en el territorio, «tenemos industria, espacio y calado en nuestras instalaciones y, además, estamos cerca de todos los grandes parques», además del hecho de que «Barcelona no tiene sitio» para albergar esta industria, que requiere gestionar elementos de hasta 100 metros de altura y 10.000 m2 de superficie.
«El sector industrial necesita esta carta. Puede ser un polo de atracción de talento, ya que aquí se haría con una nueva tecnología, como son las plataformas flotantes», indican fuentes del Port, las cuales reconocen haber recibido ya el interés de varias empresas.
De hecho, de cara a los próximos años está previsto que salgan a concurso varias licitaciones europeas –tanto de la administración como de los propios puertos– a las que la APT tarraconense quiere aspirar. «Deberemos hacernos un hueco. De momento, el objetivo es hacer lobby y consenso territorial. Y ser parte del clúster de la eólica marina de Catalunya con sede en Tarragona sería una buena forma de crear las condiciones para que el Gobierno Central apueste por nuestro territorio», recalcan las fuentes portuarias consultadas.
Aval de la Generalitat
La propuesta de Santi Castellà es avalada por la Generalitat de Catalunya. «Siempre hemos expresado un firme compromiso con la transición energética y las energías renovables, incluyendo la energía eólica marina», indica la directora de los Serveis Territorials d’Empresa, Mar Giné. La representante en Tarragona de la Conselleria liderada por Miquel Sàmper añade que «el Port debe posicionarse como un actor clave en la creación de infraestructuras y servicios relacionados con la energía eólica marina» y «consolidarse como un referente en este sector», ya que «será un elemento más para fomentar la investigación y la innovación en nuestro territorio».
Por su parte, el alcalde de Vila-seca, Pere Segura (Junts), asegura estar «alineado» con el proyecto para «diversificar la economía del territorio con industrias de alto valor añadido». A juicio del primer edil de la localidad del Tarragonès, la construcción de aerogeneradores «es un sector vinculado a la economía azul y verde», aportando «una mano de obra transversal, con ingenieros, técnicos y montadores».
El Diari intentó conocer la valoración del Ayuntamiento de Tarragona, pero no fue posible tener la opinión del consistorio sobre el ambicioso plan del Port para situar a la ciudad como el epicentro de la industria de la energía eólica marina de la próxima década.