En muchos hogares tarraconenses ya se ha colocado el pesebre. Este tradicional elemento navideño es una recreación del nacimiento de Jesucristo a través de figuras y escenografía que suelen pasar de generación en generación. Una tradición que puede que se esté perdiendo.
Mientras, hay quiénes van un poco más allá. Es el caso de la Associació Pessebrista de Tarragona, que recupera su tradicional exposición de dioramas en la cripta de la iglesia de Sant Antoni de Pàdua tras dos años sin poderse celebrar por la pandemia.
El presidente de la asociación, Josep Maria Borrut, explica que, pese a todo, no han parado. «En 2020 hicimos una exposición en el patio del ayuntamiento y el año pasado hicimos talleres», recuerda. Ahora, vuelven a casa con la inquietud de saber si tendrán la misma cantidad de visitantes que en ediciones anteriores. «En los últimos dos años, la gente ha encontrado otras aficiones», apunta Borrut.
Pero ellos siguen el pie del cañón. En la construcción de los trece dioramas expuestos han trabajado 24 personas. No es tarea fácil ni tampoco rápida. El presidente confiesa que «desde que se termina la traca de Santa Tecla, ya estamos trabajando en ellos».
A cada persona o grupo se le adjudica un tema para recrear con figuras y escenografía.
Son fragmentos de pasajes bíblicos, pero a veces la inspiración para hacerlos llega de zonas que tenemos muy cerca. «Visitas un pueblo y ves un paisaje bonito que te sirve para hacer un diorama», admite el presidente.
A veces no es necesario ni salir de la ciudad. Es por eso que Borrut lanza un reto a los visitantes. Uno de los trece dioramas expuestos «se ambienta en un mercado situado en una de las plazas de Tarragona». No quiere desvelar de cuál de todas se trata. Habrá que ir y descubrirlo por uno mismo.
La exposición puede visitarse los fines de semana y festivos, de 12 a 14 h por las mañanas, y las tardes de 17 a 20 h. La entrada tiene un coste de dos euros.
El futuro, una incógnita
La entidad, y la actividad en general, tienen un reto pendiente por delante, y ese es el relevo generacional de la práctica del pesebrismo. «La media de edad de algunas asociaciones ronda los 60 años», asegura Borrut. Si nos centramos en el pesebrismo popular, el que se hace en casa, «es difícil que se mantenga, ya que actualmente las nuevas generaciones tienen otras inquietudes», lamenta el presidente.
Aún así, Borrut explica que, a veces, aparece algun joven interesado en la actividad. Es el caso de uno de los autores que han participado en la exposición de dioramas. Se trata de Roger Solé, quien comenta que se introdujo en el mundo del pesebrismo desde casa. Tras ganar algunos premios, algunos miembros de la asociación pesebrista lo animaron a hacer dioramas.
Solé es el autor de la viñeta que muestra el sueño de José. «La escena es una cantera romana que se inspira en Les Estunes, en Banyoles», cuenta el artista. En su creación le han ayudado otros miembros de la asociación pesebrista.
