La comisión de Cultura del Parlament de Catalunya debatirá y votará el próximo 30 de abril la reclasificación de la procesión del Sant Enterrament, que se celebra cada Viernes Santo en Tarragona. La propuesta fue registrada por el grupo parlamentario de Junts per Catalunya, quien pide que la celebración sea reconocida como Festa Patrimonial d’Interès Nacional, una de las máximas categorías del momento.
«Desde el grupo de Junts per Catalunya registramos la propuesta al Parlament en la misma línea que lo hicieron antes la congregación de La Sang y el plenario del Ayuntamiento de Tarragona», explica el diputado Jordi Bertran.
Cabe recordar que el pleno municipal, de forma unánime, aprobó una moción que iba en esta dirección. El Consistorio tarraconense tramitó oficialmente la petición a la Generalitat hace unos meses.
Un error histórico
La procesión del Sant Enterrament de Tarragona ya había sido declarada en un pasado Festa Tradicional d’Interès Nacional en el año 1999 por la Generalitat de Catalunya, siendo la máxima distinción que existía en ese momento.
A raíz de un cambio normativo, la celebración fue recalificada en 2010, convirtiéndola en Element Patrimonial d’Interès Nacional. Perdíamos la condición de fiesta por la de elemento.
La congregación de La Sang, el Ayuntamiento y la ciudad quiere que ahora se repare el error de ese momento y vuelva a la categoría que se merece.
Tarragona quería que el reconocimiento llegara antes de la Setmana Santa, cosa que no ha sido posible. El debate tendrá lugar el próximo 30 de abril en el marco de la comisión de Cultura.
Se da el caso de que el presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull, será el encargado de llevar la bandera de la Reial i Venerable Congregació de la Puríssima Sang de Nostre Senyor Jesucrist de Tarragona, en la procesión del Sant Enterrament del próximo 18 de abril.
El agravio
«Si nuestra procesión se hiciera en Barcelona, la veríamos año tras año por la televisión pública catalana. Tendría el máximo reconocimiento y gozaría del apoyo de todo el mundo». Así de contundente se muestra Maria Grau, subprefecta de La Sang, y una de las organizadoras de la procesión.
Grau asegura que la celebración no está bien valorada por las administraciones ni por los medios, «ya que se trata de un acto con más de 475 años de historia».
La subprefecta de La Sang insiste en que «hay veces que parece que Catalunya se acabe en Vilafranca», y añade que «es muy triste que la Setmana Santa más antigua, más importante y más multitudinaria de nuestro país reciba el trato que recibe. La procesión pasa desapercibida y los tarraconenses estamos olvidados».
Finalmente, Grau quiere agradecer el trabajo, tanto del Ayuntamiento de Tarragona como del grupo de Junts en el Parlament, «por seguir con la lucha».