Ha pasado un año de la explosión de Iqoxe. ¿Cómo lo vivió?
Estábamos en un acto en el Gremi de Pastissers con el alcalde y nos llamaron de Protecció Civil del Ayuntamiento. Nos informaron que había un accidente importante en una industria, pero aún no se sabía cuál era. Poco después vimos las imágenes.
¿Qué es lo primero que pensó?
Al principio sentí perplejidad y, después, angustia. Rápidamente constituimos el Centre de Coordinació Municipal de Riscos y nos pusimos en contacto con el CECAT. Fueron momentos de incertidumbre, no teníamos una información concisa, la empresa no decía nada...
Las sirenas no sonaron, había mensajes contradictorios en las redes sociales... La ciudadanía iba muy perdida.
Estuvimos 45 minutos hasta que supimos qué era lo que pasaba. Por esto se habló de confinamiento preventivo sin que sonaran las sirenas, que era una cosa nueva y que no aparecía en ningún protocolo. Luego se supo que era Iqoxe y que el aire no era tóxico, por lo que se confinó a la zona más cercana a la industria, no a la población en general. En ese momento actuaron la Guàrdia Urbana, los voluntarios, Serveis Socials y Comunicació.
«La industria no puede ser ‘low cost’»¿Fue eficiente la gestión de la emergencia?
Fue compleja. Tenga en cuenta que fue un accidente inédito hasta entonces. Debe mejorarse la gestión, pero lo primero es intentar que no vuelva a suceder. Debe ajustarse la información y la emergencia a la población.
¿Qué supuso ese 14 de enero de 2020 para la ciudad?
Es un punto de inflexión. Un accidente así, con un riesgo importante para la población y con muertes debe hacer que el sector químico y la administración se alineen para que no vuelva a pasar.
¿Cómo?
Si es necesario cambiar la legislación, que se haga.
Así se recomienda en las conclusiones de la comisión de estudio del Parlament.
Sí, pero estas recomendaciones deben ponerse a la práctica, como son las bunkerizaciones, los sensores perimetrales...
¿La Química es segura?
Sí. Convivimos con ella desde los años sesenta de forma ordenada. La seguridad ha mejorado, pero siempre hay más recorrido por hacer.
Tarragona tuvo caducados durante años varios planes de emergencia. ¿Esto afectó a la gestión de la explosión?
No. El Duprocim se aprobó en 2018 y está vigente. Se ajustaba a los requerimientos de la Generalitat.
«Que Iqoxe diga ahora que volvería a actuar igual me parece poco prudente. Esto molesta, ya que si pasó lo que pasó es que algo no se debió hacer bien, ¿no?»Los sindicatos y los vecinos denuncian que no se ha avanzado ni en formación ni en información. ¿Está de acuerdo?
El Plaseqcat ha pasado a ser Plaseqta, y esto es un gran paso porque lo gestiona el territorio.
Los sindicatos dicen que no conocen el Plaseqta
Se lo hicimos llegar en la Comissió Local de Seguretat. Les pedimos que hicieran alegaciones.
¿Tarragona ha presentado alegaciones al Plaseqta?
Sí. Es fundamental la formación y la información a la ciudadanía para poder interiorizar el riesgo en la vida cotidiana. La comunicación debe ser rápida, fiable, masiva y llegar a todo el mundo. Las sirenas deben sonar de manera preventiva pese a que no se sepa si el humo es tóxico y la ciudadanía debe saber cómo actuar en cada momento.
¿Las escuelas saben cómo actuar? ¿Qué hubiera pasado si la explosión hubiera sido a las diez de la mañana?
Sí. Todas tienen un coordinador de riesgos laborales, con un plan de emergencias validado por el Departament d’Educació. Y el riesgo químico está incluido. Nos preocupa la ciudadanía, que debe tener claro que no debe moverse, sino confinarse.
En todo 2020, sin embargo, no ha habido ningún simulacro de las sirenas del Plaseqta
Justo una semana antes del confinamiento había uno programado, pero no se hizo por temas técnicos. Después el foco fue la Covid, pero se podría haber avanzado en los sensores y la formación.
«Todo lo que se haga para obtener más beneficios en detrimento de la seguridad es un suicidio y una irresponsabilidad»Interior dice que no hay financiación para ejecutar el plan...
Ya mostramos nuestra más enérgica oposición hacia este acto de sinceridad. La ciudadanía vivió una situación trágica. Hay previstos siete millones hasta 2024. Lo que pedimos es que se ejecuten acciones, como los 1,4 millones para los sensores y el plan de información para los vecinos.
Iqoxe dice que actuó bien y que hoy lo haría todo igual.
La justicia será la que lo determinará. Son unas manifestaciones poco prudentes, que molestan. Si pasó lo que pasó es porque algo no se debió hacer bien, ¿no?.
¿La industria ‘low cost’ tiene futuro en la ciudad?
La Química no puede ser nunca low cost. Todo lo que se haga para obtener más beneficios en detrimento de la seguridad es un suicidio y una irresponsabilidad.
¿Cómo afecta la anulación del POUM a la franja de protección química?
Todo lo que está en marcha se mantiene. El nuevo POUM nos da la oportunidad de revisar las franjas. La futura planificación urbanística priorizará la zona de riesgo químico. Es una oportunidad para repensar la urbanización en las zonas de riesgo.
Pero se está urbanizando el barrio de Ten Brinke
Sí, pero el PP10 cumple la norma. Es un tema planificado y que tirará adelante. El POUM hará más seguras las urbanizaciones.