Todavía no tiene nombre y aún se conoce como el Pla Parcial 10. Sin embargo, el nuevo barrio entre Bonavista y Campclar está empezando a asomar la cabeza, a la espera de que lleguen los primeros vecinos, lo que está previsto para mediados del año que viene.
Desde el desarrollo de la zona de Joan XXIII y la Vall de l’Arrabassada Tarragona no vivía el nacimiento de un nuevo barrio. No obstante, en este caso antes de que lleguen los primeros residentes, el espacio ha empezado a llenarse de vida gracias al dinamismo del Anillo Mediterráneo y la Ciutat Esportiva del Nàstic. Un movimiento que se incrementará con la entrada en funcionamiento del nuevo hospital de Viamed, previsto para este primer trimestre, así como con la nueva zona comercial que está empezando a levantarse junto al centro sanitario.
Las grúas y las máquinas pesadas han llegado para quedarse durante un tiempo, y ahora mismo están trabajando en la construcción de la primera promoción de viviendas en un solar en el que pronto empezarán a vivir la primera 200 familias. En concreto, se están levantando 192 pisos de alquiler social que tienen que estar acabados en junio de 2026, de acuerdo con los plazos de los fondos Next Generation. Este es el calendario con el que trabaja Smhausa, junto con las fundaciones Sales y Nou Lloc, que son las que están impulsando un proyecto que busca generar un efecto dominó sobre los promotores privados. Al respecto, desde la administración local quiere incentivarse este desarrollo y recientemente se ponían en venta dos solares, mientras se han iniciado conversaciones con el Govern de la Generalitat para que en otra de las fincas –de titularidad compartida con Incasòl– también se inicien viviendas sociales, de acuerdo con el plan de president, Salvador Illa, de impulsar 50.000 pisos hasta 2030.
«Creemos que puede ser un revulsivo importante para toda esta zona», indica la presidenta de la Associació de Veïns de Bonavista, Loli Gutiérrez, quien asegura que la ‘recuperación’ del antiguo barrio de La Esperanza «ha sido muy buena para el barrio de Bonavista».
La urbanización de este entorno comportó la construcción de nuevos accesos para Bonavista y Buenos Aires. Estos garantizan una mejora de las conexiones con la T-11. Pese a ello, esta representante vecinal insiste en que los accesos actuales tan solo disponen de un carril de salida. «Pasamos dos o tres años con la carretera cerrada y lo pedimos a los cuatro vientos, pero todo el mundo se ha callado y ahí está. No se ha hecho nada de lo que tenía que hacerse y parece que nos hayamos olvidado de que hace cinco años hubo el accidente de Iqoxe, y que las fábricas siguen aquí», argumenta Gutiérrez.
Pese a ello, esta se muestra convencida que la llegada de nuevas familias en este entorno puede significar un «revulsivo» para el mercado de Bonavista, el cual se convirtió en uno de los más importantes de Europa, con cerca de 900 paradas, y que en los últimos tiempos ha perdido fuelle.
Pensar en el futuro
Desde la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT), el responsable de la mesa de urbanismo, José Carrasco, se muestra convencido de que «va a ser una zona muy atractiva para la gente joven» Este considera que la nueva promoción social que se está impulsando «va a ser un lujo» para los nuevos vecinos. No obstante, desde la federación se insiste en que debe empezar a trabajarse para que «cumpla con toda la normativa» en aspectos como la limpieza, la seguridad o el transporte público, «sin que esto suponga que se lo quiten a otros barrios».
«El desarrollo de una nueva zona residencial comportará que estas familias necesiten unas escuelas o un CAP y ahora mismo el de La Granja está preparado para 25.000 personas. Si en un futuro hay 10.000 personas más qué hacemos», afirma Carrasco, quien considera que son aspectos que tienen que plantearse «desde el minuto cero». También insiste sobre este tema el presidente de la Associació de Veïns Campclar Zona Esportiva, Marc Colilla, quien recuerda que esta nueva zona de crecimiento está junto a la Escola Ponent, que sigue con barracones. «Nos preocupa que si viene mucha gente joven, que después tendrá hijos, que el centro siga en estas condiciones. Además, sí que se ha hecho una ampliación del CAP La Granja, pero tan solo en cuanto al espacio, no en personal, y si viene más gente aquello quedará pequeño».
Colilla valora muy positivamente que se haya pensado en los jóvenes, cuando se ha impulsado esta primera promoción de viviendas de alquiler social. Estos tendrán el 25% de las viviendas, mientras que las personas mayores otro 25%. «Es una oportunidad para mucha gente de seguir viviendo en esta zona. Personalmente, lo veo muy interesante, porque la posibilidad de ir a vivir al centro tampoco no me atrae», argumenta.
Este sector contempla la edificación de unas 1.211 viviendas. Así se estipuló cuando empezó el diseño de un plan que inicialmente tenía que servir para la llegada de Ikea y que, más tarde, dio un giro de timón cuando la firma sueca modificó sus planes de expansión. Pese a ello, la parte comercial siempre ha mantenido el peso del nuevo sector y los 37.121 metros cuadrados que suma la parcela dedicada a dicho fin representan aproximadamente el 20% del espacio total del futuro barrio.
Una parte de las nuevas instalaciones comerciales se están levantando en un edificio junto al nuevo hospital. Aunque el grueso todavía sigue siendo una incógnita después que Ten Brinke vendió su parte de los terrenos a General de Galerías Comerciales, que sigue trabajando en silencio en la definición de un proyecto que deberá ver cómo puede complementar la oferta existente a escasos metros, en la zona de Les Gavarres.
Todavía no tiene nombre y aún se conoce como el Pla Parcial 10. Sin embargo, el nuevo barrio entre Bonavista y Campclar está empezando a asomar la cabeza, a la espera de que lleguen los primeros vecinos, lo que está previsto para mediados del año que viene.
Desde el desarrollo de la zona de Joan XXIII y la Vall de l’Arrabassada Tarragona no vivía el nacimiento de un nuevo barrio. No obstante, en este caso antes de que lleguen los primeros residentes, el espacio ha empezado a llenarse de vida gracias al dinamismo del Anillo Mediterráneo y la Ciutat Esportiva del Nàstic. Un movimiento que se incrementará con la entrada en funcionamiento del nuevo hospital de Viamed, previsto para este primer trimestre, así como con la nueva zona comercial que está empezando a levantarse junto al centro sanitario.
Las grúas y las máquinas pesadas han llegado para quedarse durante un tiempo, y ahora mismo están trabajando en la construcción de la primera promoción de viviendas en un solar en el que pronto empezarán a vivir la primera 200 familias. En concreto, se están levantando 192 pisos de alquiler social que tienen que estar acabados en junio de 2026, de acuerdo con los plazos de los fondos Next Generation. Este es el calendario con el que trabaja Smhausa, junto con las fundaciones Sales y Nou Lloc, que son las que están impulsando un proyecto que busca generar un efecto dominó sobre los promotores privados. Al respecto, desde la administración local quiere incentivarse este desarrollo y recientemente se ponían en venta dos solares, mientras se han iniciado conversaciones con el Govern de la Generalitat para que en otra de las fincas –de titularidad compartida con Incasòl– también se inicien viviendas sociales, de acuerdo con el plan de president, Salvador Illa, de impulsar 50.000 pisos hasta 2030.
«Creemos que puede ser un revulsivo importante para toda esta zona», indica la presidenta de la Associació de Veïns de Bonavista, Loli Gutiérrez, quien asegura que la ‘recuperación’ del antiguo barrio de La Esperanza «ha sido muy buena para el barrio de Bonavista».
La urbanización de este entorno comportó la construcción de nuevos accesos para Bonavista y Buenos Aires. Estos garantizan una mejora de las conexiones con la T-11. Pese a ello, esta representante vecinal insiste en que los accesos actuales tan solo disponen de un carril de salida. «Pasamos dos o tres años con la carretera cerrada y lo pedimos a los cuatro vientos, pero todo el mundo se ha callado y ahí está. No se ha hecho nada de lo que tenía que hacerse y parece que nos hayamos olvidado de que hace cinco años hubo el accidente de Iqoxe, y que las fábricas siguen aquí», argumenta Gutiérrez.
Pese a ello, esta se muestra convencida que la llegada de nuevas familias en este entorno puede significar un «revulsivo» para el mercado de Bonavista, el cual se convirtió en uno de los más importantes de Europa, con cerca de 900 paradas, y que en los últimos tiempos ha perdido fuelle.
Pensar en el futuro
Desde la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT), el responsable de la mesa de urbanismo, José Carrasco, se muestra convencido de que «va a ser una zona muy atractiva para la gente joven» Este considera que la nueva promoción social que se está impulsando «va a ser un lujo» para los nuevos vecinos. No obstante, desde la federación se insiste en que debe empezar a trabajarse para que «cumpla con toda la normativa» en aspectos como la limpieza, la seguridad o el transporte público, «sin que esto suponga que se lo quiten a otros barrios».
«El desarrollo de una nueva zona residencial comportará que estas familias necesiten unas escuelas o un CAP y ahora mismo el de La Granja está preparado para 25.000 personas. Si en un futuro hay 10.000 personas más qué hacemos», afirma Carrasco, quien considera que son aspectos que tienen que plantearse «desde el minuto cero». También insiste sobre este tema el presidente de la Associació de Veïns Campclar Zona Esportiva, Marc Colilla, quien recuerda que esta nueva zona de crecimiento está junto a la Escola Ponent, que sigue con barracones. «Nos preocupa que si viene mucha gente joven, que después tendrá hijos, que el centro siga en estas condiciones. Además, sí que se ha hecho una ampliación del CAP La Granja, pero tan solo en cuanto al espacio, no en personal, y si viene más gente aquello quedará pequeño».
Colilla valora muy positivamente que se haya pensado en los jóvenes, cuando se ha impulsado esta primera promoción de viviendas de alquiler social. Estos tendrán el 25% de las viviendas, mientras que las personas mayores otro 25%. «Es una oportunidad para mucha gente de seguir viviendo en esta zona. Personalmente, lo veo muy interesante, porque la posibilidad de ir a vivir al centro tampoco no me atrae», argumenta.
Este sector contempla la edificación de unas 1.211 viviendas. Así se estipuló cuando empezó el diseño de un plan que inicialmente tenía que servir para la llegada de Ikea y que, más tarde, dio un giro de timón cuando la firma sueca modificó sus planes de expansión. Pese a ello, la parte comercial siempre ha mantenido el peso del nuevo sector y los 37.121 metros cuadrados que suma la parcela dedicada a dicho fin representan aproximadamente el 20% del espacio total del futuro barrio.
Una parte de las nuevas instalaciones comerciales se están levantando en un edificio junto al nuevo hospital. Aunque el grueso todavía sigue siendo una incógnita después que Ten Brinke vendió su parte de los terrenos a General de Galerías Comerciales, que sigue trabajando en silencio en la definición de un proyecto que deberá ver cómo puede complementar la oferta existente a escasos metros, en la zona de Les Gavarres.